¿Sirven los cambios en Gob. del estado?
Eduardo Arredondo Delgado
René Sotelo dejó la vacante de Comunicación Social de Gobierno del estado, luego de los ajustes que está haciendo la gobernadora, María Eugenia Campos Galván. ¿Le sirve?
Un jefe de Comunicación Social en teoría debería de buscar acuerdos con los medios y ser un eje de resonancia positiva dentro del gobierno del estado.
Estos ajustes se deben quizás como dijo una fuente, dentro de agilizar y presentar un nuevo camino del gobierno María Eugenia Campos y buscar enderezar la relación con el gobierno federal que se ve lejos y compleja.
René Sotelo se le vio poco atinado a la hora de buscar acuerdos con medios de comunicación que piensan diferente y no por eso dejan ser significativos en la información general, porque los “consentidos” no informan a cabalidad lo que necesitaría la jefa del ejecutivo.
¿Quién llegará? En palacio de gobierno hay muchos nombres y quizá sea presentado (a) este lunes 26 de agosto a menos que sea una nueva sorpresa.
Los ajustes de los colaboradores cercanos de Maru se ven obligados porque el trabajo necesariamente se verá reflejado en muchos de los tópicos más importantes del acontecer diario.
¿Realmente sirven estos cambios? ¿Quién le vendría bien a la comunicación social?
Un gobernador en turno inteligente y políticamente visionario buscará organizar la baraja y contener menos odio y menos incompetencia. Dependerá si el nuevo titular de comunicación social cuenta con ese perfil.
La reciente salida de René Sotelo de la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado, en el contexto de los ajustes realizados por la gobernadora María Eugenia Campos Galván, plantea una serie de interrogantes sobre la efectividad y el propósito de estos cambios en el equipo de comunicación gubernamental.
En teoría, el papel del jefe de Comunicación Social es fundamental para establecer acuerdos con los medios y actuar como un canal de resonancia positiva para el gobierno. La capacidad de negociar con medios diversos y, en ocasiones, críticos, es crucial para asegurar una cobertura equilibrada y efectiva, que a su vez influye en la percepción pública y en la relación con otros actores políticos y sociales.
El ajuste reciente parece responder a un intento de agilizar y redirigir la estrategia comunicativa del gobierno de Maru Campos, así como de mejorar las relaciones con el gobierno federal, que han sido percibidas como distantes y complicadas. La gestión de René Sotelo fue vista por algunos como deficiente en este aspecto, especialmente en la capacidad para establecer acuerdos con medios de comunicación que, aunque críticos, son relevantes y significativos para una información completa y objetiva.
La pregunta que surge es si estos cambios realmente aportarán mejoras significativas. Un nuevo nombramiento en la Dirección de Comunicación Social podría traer consigo una nueva perspectiva y una mejor estrategia para abordar las relaciones con los medios. Sin embargo, el éxito de este ajuste dependerá de si el nuevo titular posee un perfil adecuado para enfrentar los desafíos comunicacionales y para establecer un diálogo constructivo con una amplia gama de medios y audiencias.
Es importante considerar que los cambios en el equipo de comunicación deben ir más allá de simples ajustes de personal. Deberían reflejar un entendimiento profundo de las dinámicas mediáticas y un enfoque estratégico para construir una imagen gubernamental coherente y positiva. Un gobernador o gobernadora con visión política e inteligencia estratégica reconocerá la necesidad de no solo reorganizar a su equipo, sino también de fomentar una comunicación transparente y efectiva que minimice conflictos y maximice la comprensión pública de su gestión.
En última instancia, la efectividad de estos cambios se medirá por su capacidad para mejorar la percepción pública del gobierno y facilitar una relación más armoniosa con los medios y otros actores clave. La selección del nuevo titular de Comunicación Social será crucial en este proceso, y su éxito dependerá en gran medida de su habilidad para enfrentar los desafíos comunicacionales y promover una narrativa que apoye los objetivos del gobierno.