- Laura Islas
- Las Siete Palabras de Jesús en la cruz realidad no son palabras, son siete frases. Cada una tiene un significado especial, que invita a la reflexión en esta Semana Santa.
Te compartimos las 7 palabras y su explicación de acuerdo a la catequesis que impartió el Papa Juan Pablo II en 1988.
1. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34)
Jesucristo “no sólo perdona, sino que pide el perdón del Padre para los que lo han entregado a la muerte, y por tanto también para todos nosotros”.
“Se dirige a todos los que, humanamente hablando, son responsables de su muerte (…) el perdón es su única respuesta a la hostilidad”, dijo San Juan Pablo II. “Cristo crucificado, Sacerdote eterno (…) permanece siempre como el que intercede en favor de los pecadores que se acercan a Dios a través de Él”.
2. “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43)
“Esto muestra que los hombres pueden obtener, gracias a la cruz de Cristo, el perdón de todas las culpas y también de toda una vida malvada […] si se rinden a la gracia del Redentor que los convierte y salva”, explicó el Sumo Pontífice durante su catequesis sobre las Siete Palabras de Jesús.
3. “Mujer, ahí tienes a tu hijo. […] Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,26-27)
Es un acto de ternura y piedad filial, Jesús no quiere que su Madre se quede sola. En su puesto le deja como hijo al discípulo que María conoce como el predilecto. Jesús confía de esta manera a María una nueva maternidad y la pide que trate a Juan como a hijo suyo.
Jesús quiere dar a María una descendencia mucho más numerosa, quiere instituir una maternidad para María que abarque a todos sus seguidores y discípulos de entonces y de todos los tiempos. El gesto de Jesús tiene, pues, un valor simbólico. No es sólo un gesto de carácter familiar, como el de un hijo que se ocupa de la suerte de su madre, sino que es el gesto del Redentor del mundo que asigna a María, como ‘mujer’ un papel de maternidad nueva con relación a todos los hombres, llamados a reunirse en la Iglesia. En ese momento, pues, María es constituida, y casi se diría ‘consagrada’, como Madre de la Iglesia desde lo alto de la cruz.
4. “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46; Mc 15,34).
En aquella experiencia, en aquel grito, en aquel ‘por qué’ dirigido al cielo, Jesús establece también un nuevo modo de solidaridad con nosotros, que tan a menudo nos vemos llevados a levantar ojos y labios al cielo para expresar nuestro lamento, y alguno incluso su desesperación.
Escuchando a Jesús pronunciar su ‘por qué’, aprendemos que también los hombres que sufren pueden pronunciarlo, pero con esas mismas disposiciones de confianza y abandono filial de las que Jesús es maestro y modelo para nosotros. En el ‘por qué’ de Jesús, no hay ningún sentimiento o resentimiento que lleve a la rebelión o que induzca a la desesperación; no hay sombra de reproche dirigido al Padre, sino que es la expresión de la experiencia de fragilidad, de soledad, de abandono a Sí mismo, hecha por Jesús en nuestro lugar.
5. “Tengo sed” (Jn 19,28).
Es muy comprensible que con estas palabras Jesús aluda a la sed física, al gran tormento que forma parte de la pena de la crucifixión, como explican los estudiosos de estas materias. También se puede añadir que el manifestar su sed Jesús dio prueba de humildad, expresando una necesidad física elemental, como haberla hecho otro cualquiera. También en esto Jesús se hace y se muestra solidario con todos los que, vivos o moribundos, sanos o enfermos, pequeños o grandes, necesitan y piden al menos un poco de agua, detalla Juan Pablo II sobre la quinta de las Siete Palabras de Jesús.
6. “Todo está cumplido” (Jn 19,30)
Jesús moribundo se nos presenta como modelo de lo que debería ser la muerte de todo hombre: la ejecución de la obra asignada a cada uno para el cumplimiento de los designios divinos.
7. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46)
Si por un momento Jesús ha tenido y sufrido la tremenda sensación de ser abandonado por el Padre, ahora su alma actúa del único modo que, como El bien sabe, corresponde a un hombre que al mismo tiempo es también el ‘Hijo predilecto’ de Dios: el total abandono en sus manos.
Reflexiones de Semana Santa 2022
Estas son algunas de las reflexiones que el Papa Francisco ha compartido a propósito de la Semana Santa 2022.
- En estos días santos acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección. Pidámosle que, así como Pascua significa ‘paso’, también nosotros seamos capaces de ‘dar pasos’ de reconciliación. Y que su paz reine en nuestros corazones y en el mundo entero.
- Pongámonos delante del Crucificado, fuente de nuestra paz, y pidámosle la paz del corazón y la paz en el mundo.
- Mientras que el poder mundano trae destrucción y muerte, la paz de Cristo edifica la historia, transformando los corazones de los que acogen su presencia salvadora.
- La paz del Señor sigue el camino de la mansedumbre y de la cruz: es hacerse cargo de los otros. Cristo, de hecho, ha tomado sobre sí nuestro mal, nuestro pecado y nuestra muerte. Ha tomado sobre sí todo esto, así nos ha liberado, Él ha pagado por nosotros. Su paz no es fruto de algún acuerdo, sino que nace del don de sí.
- En este momento difícil, de agresión armada, estamos llamados a ser portadores de la paz de Cristo con las ‘armas’ del Evangelio, que son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito a todos.
- En esta Semana Santa, respondan con generosidad a Cristo que nos llama a unirnos más profundamente a su muerte y resurrección. Él quiere llenarnos de su vida, dándonos una esperanza que no defrauda.
- No tengan miedo. Que el Señor los bendiga a todos y los proteja siempre de todo mal.
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Siete Palabras de Jesús en la cruz. ¿Cuáles son y qué significan? |
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