GONZALO I. La tauromaquia no atraviesa en Colombia su mejor momento. Tres de los cuatro grandes bastiones del toreo están tocados: Cali, Bogotá y Medellín. Manizales se salva de la quema por su ejemplar y desinteresada gestión que logra que cada año acudan más jóvenes y se agote el papel. En Medellín está suspendida de momento la feria aunque la empresa mexicana Casa Toreros trabaja en salvarla por todo lo alto.
Pasado, presente y futuro de la Feria de Cali
COLOMBIA
La tauromaquia no atraviesa en Colombia su mejor momento. Tres de los cuatro grandes bastiones del toreo están tocados: Cali, Bogotá y Medellín. Manizales se salva de la quema por su ejemplar y desinteresada gestión que logra que cada año acudan más jóvenes y se agote el papel. En Medellín está suspendida de momento la feria aunque la empresa mexicana Casa Toreros trabaja en salvarla por todo lo alto.
La capital, Bogotá, llegó a dar más de 15 festejos en manos de José Luis Lozano. Este año, el ganadero Juan Bernardo Caicedo asumió las riendas de la plaza para salvar al feria cuando se adjudicó interesadamente tarde por parte del Ayuntamiento. Tres corridas para que no quede un año en blanco como en tiempos de Petro el buque insigne de la tauromaquia en Colombia.
Acaba de concluir la Feria de Cali. Cuatro corridas de toros, un festival y una novillada con picadores. No embistieron los toros como deberían, especialmente en el cartel estrella de la feria. Los del propio ganadero y empresario Juan Bernardo Caicedo. El colombiano se quedó con la gestión de la plaza en el mes de junio tras un concurso privado junto al empresario mexicano Alejandro Martínez.
Caicedo explica a EL MUNDO cómo ha sido el planteamiento de esta temporada: «No buscamos ganar dinero si no evitar que esto se acabe. Encontramos prácticamente un cadáver, pero hay una plaza muy buena y una afición muy entendida. Hemos buscado las ganaderías con más prestigio del país. Las corridas han tenido un gran trapío. Buscamos contratar a las figuras del toreo como Enrique Ponce, Alejandro Talavante, Roca Rey y Sebastián Castellla. Desgraciadamente, Talavante se cayó en octubre del cartel por su retirada y Ponce por una lesión unos días antes. La feria se ha desarrollado bien, tenían que haber embestido más toros pero con la seriedad que tenían era difícil. Encontraremos el equilibrio».
Su socio, Alejandro Martínez, se muestra más optimista: «Hemos tenido entradas que han superado los 10.000 espectadores. La afición tiene ánimo de volver a la plaza. Ha habido un ambientazo en los sorteos, durante la corrida la afición lo vive con intensidad y después del festejo la gente se queda a hablar de toros. Lo viven con pasión. Esta feria se puede levantar a través de trabajo y esfuerzo, lo lograremos».
Todos los aficionados coinciden en algo: el momento de mayor esplendor de la Feria de Cali fue cuando estuvo al frente de la gestión Álvaro Correa. Se llegaron a dar doce festejos, contando con algunas corridas nocturnas y otras corridas el fin de semana de Reyes. Le preguntamos a Correa cuál fue la clave para dirigir con éxito más de 15 años la plaza de Cañaveralejo: «Nuestro objetivo fue traer lo mejor que había en el mundo taurino cada año. Trajimos a los mejores toreros, lidiamos toros mexicanos y españoles, buscábamos lo mejor. La gente cogió fe, en febrero teníamos la plaza vendida. Sabían que íbamos a traer lo mejor que hubiera. Cuando uno tiene interés propio pierde la mirada del paisaje, como ocurrió después de nuestra gestión con los ganaderos que dirigieron la plaza». Logró que Cali fuera la mejor feria taurina de América.
Los años oscuros llegaron con Luis Fernando Castro y Estela. La feria se sumió en un hoyo del que trató de rescatarla Alfonso Otoya al frente de la Junta Técnica. El pasado verano, los propietarios de la plaza decidieron externalizar la gestión a través de concurso privado y se le concedió a Promotoreando formada por Caicedo y Martínez.
El futuro es incierto pero Juan Bernardo Caicedo apuesta por el trabajo para conseguir que Cali vuelva a ser la feria de referencia de Colombia: «Nos quedan dos años más al frente de Cañaveralejo. Iniciaremos la venta de abonos en febreropara que los aficionados los puedan pagar en diez cuotas. Viajaremos a España para contratar a las cabezas de cartel y veremos las corridas en el campo para anunciar cuanto antes los hierros. La afición caleña ha respondido y lo hará en mayor medida en las próximas temporadas».