¿Pacto, detención o trofeo para la administración de Biden?
Eduardo Arredondo Delgado
Ismael Mayo Zambada, fundador del Cartel de Sinaloa fue detenido esta tarde en El Paso, Texas, junto a Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, de acuerdo con un comunicado del departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Herméticos como ha sido la constante del gobierno de Biden, no se supieron los detalles de la detención. Si fue una entrega voluntaria o negociación se sabrá en las próximas horas, cuando haya otros posicionamientos, advierten expertos.
Otra versión señala que llegaron a la frontera en un avión.
No hay crédito para el gobierno mexicano, por lo menos en la información que se hizo, una vez que se confirmó la detención de ambos capos.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar no ha hecho pronunciamiento.
El nombre del Mayo Zambada ya tenía precio en Estados Unidos. La recompensa por su entrega o información que diera con la localización del criminal era de 15 millones de dólares, la cifra más alta por un delincuente.
Se especula que hubiese un pacto entre los afamados y legendarios narcotraficantes y el gobierno estadounidense, previo a las elecciones del vecino país en noviembre próximo. Es decir, es un golpe fuerte que traería beneficios a Biden y a la aspirante a La Casa Blanca: Kamala Harris.
Mientras que el candidato republicano, Donald Trump y sus dichos incendiarios le dijo a Fox News: “El problema es que está petrificado con los carteles, podrían quitar al presidente en dos minutos. Los cárteles son los que administran México”, aseguró el martes el aspirante a la presidencia en una entrevista con esa cadena.
Extraño resulta que en el mismo paquete vaya, Joaquín López otro hijo del Chapo actualmente en prisión.
Por otra en el escueto comunicado se dice que fue una labor de inteligencia que tenía meses de haberse puesto en marcha. Suena más bien al sentido estricto de la lucha por la Presidencia de los Estados Unidos a un a lucha contra el fentanilo, droga que ya consumió buena parte de la juventud estadounidense y culpan a los gobiernos de las economías emergentes.
En el 2010, Zambada concedió una entrevista Julio Scherer y le dijo que estaba a salto de mata que lo podían agarrar en cualquier momento o nunca.
“Zambada tiene sesenta años y se inició en el narco a los dieciséis. Han transcurrido cuarenta y cuatro años que le dan una gran ventaja sobre sus persecutores de hoy. Sabe esconderse, sabe huir y se tiene por muy querido entre los hombres y las mujeres donde medio vive y medio muere a salto de mata”.
Lo cierto es que esta versión de la entrega voluntaria corrió como reguero de pólvora y se prevé que haya más detenciones.