Agencia EFE
(EFE).- La firma deportiva Nike ya trabaja en la confección de un logotipo personalizado para Carlos Alcaraz, como hizo en su día con otros tenistas top como Rafa Nadal y el suizo Roger Federer y la existencia de una seña de identidad propia del murciano forma parte del nuevo contrato que tendrá con la multinacional estadounidense.
Aunque las partes no lo han hecho oficial, se habla de un vínculo para diez años y una cantidad que supera los 150 millones de dólares.
Aunque los protagonistas son reacios a hacer públicas las ingentes cantidades que perciben por derechos de publicidad, se puede concluir que Carlos Alcaraz Garfia, de 21 años cumplidos el 5 de mayo y que actualmente es el número 2 del mundo, pasará a ser también el segundo tenista mejor pagado del circuito ATP.
En esta lista tan sólo aparecería por detrás del serbio Novak Djokovic, quien a sus 37 años ocupa el tercer puesto en la clasificación ATP y, más o menos a la par de Nadal, quien tiene 38 años y ve acercarse el final de su carrera profesional.
Por delante de ellos en el ranking, pero no en cuanto a ganancias en patrocinios, estaría el italiano Jannik Sinner, quien ascendió el primer puesto de la lista internacional después de haberse disputado el torneo de Roland Garros y que también está muy valorado a nivel comercial.
La principal fuente de ingresos para el transalpino, como para Alcaraz, llega de Nike, empresa que le viste y con la que firmó un nuevo contrato en 2022. Lo hizo igualmente para diez años y transcendió que la compañía con sede en Oregón desembolsaría 150 millones de dólares, cantidad que superaría Alcaraz por mucho que ahora el de San Cándido sea el número 1 y el de El Palmar el 2 en el circuito.
Que Carlos tiene mercado es algo indudable y que se ganó por sus muy buenos resultados y por la imagen que proyecta, que es global. Su tenis y también su carisma hacen del palmareño un objeto de deseo de una gran cantidad de firmas -Nike, Babolat, Rolex, BMW, Isdin, Calvin Klein, ElPozo… y hasta la Comunidad Autónoma a nivel institucional-.
El reclamo comercial resulta evidente y quienes apuestan por Alcaraz, quien por cierto ya tiene su propia Fundación, la cual preside, encuentran retorno, pues el impacto económico del tenista está ya fuera de toda duda.
Por ello, que el murciano vaya a tener un logo personalización no es de extrañar y desde Nike trabajan en su confección. En ese sentido, el palmareño seguirá los pasos de otros tenistas como Rafa Nadal y Roger Federer, curiosamente los dos ídolos de Carlos desde su infancia.
Tras el toro del mallorquín y las siglas RF del suizo, retirado de la competición desde hace un año y medio, llegará una imagen destinada a la emergente figura, ya consolidada, del tenis mundial.
Ese detalle, en forma de regalo, se incluye en el nuevo contrato entre Nike y Alcaraz y que equiparará a éste con grandes figuras del deporte, como el mismísimo Michael Jordan, que fueron imagen de la marca a la que lleva representando desde hace más de 60 años el ala de la diosa griego Niké, la de la victoria. Ese signo seguirá luciéndolo el murciano, además del propio que se diseñará en exclusiva para él.
Mientras tanto, el pupilo de Juan Carlos Ferrero, tras disfrutar de unos días de desconexión en Ibiza después de haber conquistado el título en Roland Garros, está ya centrado en lo suyo, que es competir al más alto nivel, y para ello se encuentra en Londres. Allí disputará el ATP 500 de Queen’s y luego Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada.
Ambos torneos, que se disputan sobre hierba, los ganó en 2023 y su objetivo es revalidar los dos títulos empezando por Queen’s, donde debutará el martes o el miércoles enfrentándose al argentino Francisco Cerundolo, tal y como deparó el sorteo.
El de Buenos Aires, de 25 años y número 27 del mundo, no jugó nunca contra el murciano en la ATP, aunque sí en la categoría ITF. Fue en enero de 2019, en las semifinales del M15 de Palmanova de Mallorca, y venció Cerundolo por 2-6 y 4-6. No es un precedente muy significativo pues el argentino tenía 20 años y el español apenas 15.
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