— El congresista texano Vicente González pidió que les quiten las visas a los pro-rusos
— Aunque este legalizada, la posesión de marihuana sigue siendo un delito penado
— Don Fernando Baeza se pronunciará hoy en torno a la revocación de mandato
Ya les cayó la voladora a los diputados federales morenistas que el 23 de marzo recibieron en privado al embajador ruso en nuestro país, Víktor Koronelli, para formar el Grupo de Amistad México-Rusia, en momentos en que el mundo se solidariza con Ucrania y condena a la federación por invasora y genocida.
Mirone adelantó en aquella ocasión que las reacciones de los gringos no se harían esperar, por la desfachatez de los legisladores izquierdosos de expresar público apoyo a Rusia, cuando los Estados Unidos, la Comunidad Europea y la OTAN le están aplicando sanciones para que suspenda los ataques a la nación ucraniana.
Y en afecto, así fue, pues el congresista norteamericano Vicente González, pidió formalmente al secretario de Estado, Antony Blinken, y al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que les retire las visas a los diputados mexicanos de Morena y del Partido del Trabajo, que forman parte del Comité de Amistad México-Rusia.
En su exposición de motivos, el demócrata texano acusó a los diputados morenistas de haber elegido estar del lado de la tiranía, coincidiendo con la postura que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, expresó en su momento sobre el tema.
González consideró que los promotores de esa sesión de amistad no pueden hacer compatible su cercanía a Rusia, con “el privilegio de ingresar, viajar o invertir en Estados Unidos”, o lo que es lo mismo, no pueden mamar y dar de topes al mismo tiempo.
Varios de los legisladores trotskos que temen no volver a visitar Disneylandia ni las Vegas, solamente La Habana, ya pegaron el grito en el cielo, como el chivo en cristalería Gerardo Fernández Noroña, quien está en la lista negra de los 25, y ahora niega que sea pro-ruso, como lo tildaron en las redes sociales.
La petición del congresista llega al Departamento de Estado en los momentos en que la secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Katherine Tai, mandó una enérgica carta a su contraparte mexicana, Tatiana Clouthier, donde le reclama que sigan impulsando la reforma energética, porque es violatoria al T-MEC y pone en peligro las inversiones privadas por más de 10 mil millones de dólares.
Por lo pronto, los 25 putinlovers ya pueden despedirse de sus viajes de verano, Semana Santa y Navidad a la Unión Americana, y hasta corren el peligro de que salgan a balcón sus cuentas personales en los bancos gringos, con los ahorritos en dólares que han hecho en la austeridad republicana. Al tiempo.
Aunque en el estado de Nuevo México fue aprobado el consumo de la marihuana para uso recreativo, para la Patrulla Fronteriza sigue siendo una droga prohibida y, por lo tanto, detendrá y pondrá en custodia a quienes sorprenda en posesión de la misma, sin importar el lugar en donde se encuentren.
La noticia es un balde de agua fría para aquellos que gustan de fumar cannabis y que se pusieron felices cuando la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, firmó la ley que despenaliza el consumo y autoriza su venta, desde el primero de abril.
La nueva norma para el uso y consumo de la mota establece que ahora será legal su posesión de hasta 57 gramos de hierba y los consumidores podrán tener su propio marihuanero, perdón, vivero en el hogar, hasta con 12 plantas.
De esta forma, con Nuevo México suman 17 los estados de la Unión Americana que han legalizado su consumo y posesión.
Sin embargo, para la Patrulla Fronteriza su posesión seguirá siendo un delito en cualquier parte de los Estados Unidos y sus agentes tienen la facultad de detener y poner bajo custodia a las personas portadoras de la droga.
De acuerdo con el manifiesto difundido ayer por la oficina de Aduanas y Seguridad Fronteriza (CBP), cualquier persona que viaje por los puestos de control de la Patrulla Fronteriza en posesión de marihuana, será detenido, aunque se encuentre en el territorio de consumo recreativo, como es el caso de Nuevo México.
“Nuestros puestos de control son principalmente para la aplicación de la Ley de Inmigración, sin embargo, según el Título 21 del Código de EU, los agentes de la Patrulla Fronteriza tienen autoridad para el control de droga y la marihuana sigue siendo una droga prohibida, bajo la Ley de Sustancias Controladas de los Estados Unidos”, dijo Carlos Rivera, oficial de comunicaciones estratégicas.
Así que los que vayan a Nuevo México a surtir su cigarrera de cannabis o a “quemarle los pies a Judas”, pónganse buzos, porque pueden pasar un mal rato si los agarran con la hierba en sus vacaciones de Semana Santa por la tierra del encanto.
Hoy en el salón Corintio de hotel El Mirador, de la ciudad de Chihuahua, el exgobernador Fernando Baeza Meléndez expondrá sus puntos de vista en torno a la elección sobre revocación de mandato que se realiza este domingo 10 de abril.
La invitación es a las 11 de la mañana y está circulando en grupos de priistas, de grillos multicolores y de periodistas, por lo que se espera que haya una buena asistencia de los que quieren votar el domingo para que se vaya AMLO, de los que van a votar para que siga, de los que no van a hacerlo porque piensan que es una trampa legal y de los que aún no saben para que sirve el referéndum.
Para que don Fernando se haya decidido a salir de su retiro, el mensaje que dará en su posicionamiento debe ser muy convincente, con tal de que la raza priista no le siga el juego a los morenos que están simulando una revocación, que en los hechos están muy lejos de querer.
Hasta ahora, don Fernando es el único de los viejos jerarcas del PRI que ha salido a dar la cara para opinar sobre los temas de la agenda nacional. De ese tamaño es el ánimo tricolor en la entidad, donde ni los exgobernadores que están libres, como José Reyes Baeza o Patricio Martínez ni los exalcaldes de los municipios más importantes, como Héctor “Teto” Murguía, Enrique Serrano, Alejandro Cano o hasta el priista-morenista Marco Adán Quezada, asoman la cabeza por temor a las trasquiladas.