El voto de mujeres, blancos, hispanos, independientes y mayores de 65 años será clave. Análisis.
Aunque todos los grupos electorales pesan en los comicios estadounidenses, hay algunos que suelen ser más influyentes que otros a la hora de contar los votos. Barack Obama, por ejemplo, se llevó las elecciones del 2008 y 2012 con una coalición compuesta por minorías, mujeres y gente joven. Y Donald Trump, en 2016, se impuso por el respaldo de los hombres, el voto blanco y personas sin educación superior.
En este 2020 hay cinco segmentos que los expertos vienen identificando como los llamados a definir la contienda del próximo 3 de noviembre entre el presidente Trump y el candidato demócrata, Joe Biden.
Aquí le contamos cuáles son esos grupos y por qué serán claves.
No obstante lo diverso que es EE. UU., cuando llega la hora de votar, el voto de los blancos sigue siendo de lejos el más importante. En las últimas elecciones, por ejemplo, representaron el 74 por ciento del parte electoral aunque componen solo el 60 por ciento del país. Cualquier cambio en la tendencia de estos votantes es fundamental a la hora de determinar al ganador. En 2016, Trump se llevó ese voto por 15 puntos de ventaja sobre Hillary Clinton (54 vs. 39). Y si la exsecretaria de Estado terminó siendo competitiva –ganó el voto popular– fue porque compensó con las minorías, donde se impuso por más de 50 puntos (75 vs. 25 aproximadamente).
En esta ocasión las cosas no lucen tan bien para el presidente. Aunque sigue siendo el favorito, la diferencia en este momento con Biden es de seis puntos o menos, la mitad de lo que le sacó a Hillary hace cuatro años (50 vs. 45, según el promedio de encuestas). Y eso es enorme.
Se estima que en 2016 casi 100 millones de votos fueron depositados por blancos. Es decir, Trump obtuvo 15 millones sufragios más que Hillary. La mitad o menos quiere decir que el presidente podría perder en esta ocasión entre 7 y 8 millones de votos. Si las cifras se mantienen y no compensa ese déficit con otros segmentos del electorado, sus chances de ganar la reelección se verían seriamente afectados.
Una de las decepciones más grandes que se llevó Hillary Clinton en 2016 llegó por el voto de las mujeres. Si bien obtuvo el respaldo de cerca de 52 por ciento de ellas, según el Pew Research Center, y solo el 40 % apoyó a Trump, fue un número bajo si se tiene en cuenta que era la primera vez que una mujer aspiraba a la presidencia y dados los señalamientos de acoso sexual y misoginia que pesaban contra el republicano. Un número que se vio compensado por el favoritismo de Trump entre los hombres (41 vs. 52) y que por sí solo pudo costarle las elecciones.
Pero muchas cosas han pasado desde entonces, entre ellas la explosión del movimiento #MeToo a partir del 2017 y el peso del mandatario en la Casa Blanca.
Algo de eso se vio en las elecciones del 2018, cuando una cifra récord de mujeres ganó curules al Congreso (117) y en su mayoría representando al Partido Demócrata. Esa tendencia se estaría manteniendo para estos comicios. Según los sondeos, Joe Biden estaría superando a Clinton en las preferencias (entre el 52 y el 54 por ciento) de respaldo y sacando a Trump más de 15 puntos de ventaja. Si se tiene en cuenta que las mujeres son la mayoría en el país (casi 51 por ciento) y que por lo general representan el 55 por ciento del parte electoral (votan más que los hombres), su voto podría ser una sentencia para Trump.
Los hispanos, con sus 60 millones de habitantes, son la minoría más grande de EE. UU. (18 por ciento). Y si bien no son los más juiciosos a la hora de votar –menos del 50 por ciento lo hace– han sido y serán clave en estas presidenciales. En especial por su ubicación geográfica, pues muchos viven en estados como Florida, Arizona, Nevada y Carolina del Norte, todos entre el grupo de los swing states (estados oscilantes), cuyo respaldo por uno u otro candidato va a definir el nombre del ocupante de la Casa Blanca.
En 2016, el 66 por ciento votó por Clinton y el 28 por ciento por Trump (38 puntos). Una cifra baja para un candidato republicano, pero entendible dada la retórica antiinmigrante del presidente. Pero los sondeos para el 2020 indican que le iría un poco mejor con los latinos. En la mayoría de sondeos la diferencia es más cercana a los 27 puntos (62 vs. 35). Se estima, además, que muchos más latinos van a votar este año que los que lo hicieron en 2016 (55 por ciento, según el Pew Center).
Si esas cifras se sostienen, podría ser grave para las aspiraciones de Biden en esos estados. La recuperación de Trump con los hispanos lo pondrían en un nivel parecido al de otros candidatos republicanos del pasado, como George W. Bush, que conquistó el 35 por ciento de este voto y pudo ganar las elecciones del 2000 y del 2004.
Se trata de uno de los grupos más importantes, pues son de los más disciplinados a la hora de votar y también tiene un gran peso en estados indecisos, como Florida, Míchigan y Pensilvania, donde viven grandes comunidades de retirados.
En el 2016, Trump ganó este grupo por nueve puntos de diferencia (53 vs. 44 por ciento). Pero las muestras de este año indican que lo estaría perdiendo. y por bastante. En promedio, Biden le saca unos 10 puntos de diferencia (54 vs. 44). En gran parte eso se debe al manejo que le ha dado Trump al tema del coronavirus, cuya mortalidad es muy alta en este segmento de la población. De las 222.000 víctimas que van, más de dos tercios (unas 165.000 personas) eran mayores de 65 años.
Aunque casi uno de cuatro votantes en EE. UU. (el 25 por ciento) dice ser independiente y no pertenece a uno u otro partido, en la práctica una gran mayoría de ellos ya tiende a preferir a republicanos o demócratas. De allí que solo al 8 por ciento del electorado, según un reporte del Pew Center, se le puede catalogar como realmente independiente.
Un número que se ha venido reduciendo en años recientes dado los niveles de polarización que existen en el país. Pero ese 8 por ciento es equivalente a más de 10 millones de votos y cualquier cambio en las tendencias suele ser importante en el resultado de elecciones que se vienen definiendo por márgenes muy pequeños. Trump, en 2016, ganó las elecciones por unos 200.000 votos que le dieron la victoria en 3 estados del país (Míchigan, Wisconsin y Pensilvania).
En esos comicios, el candidato republicano se llevó el voto del los independientes por un solo punto de diferencia. Para este 2020 las encuestas dicen que Biden va a la cabeza por 7 puntos.
Ese pronóstico no es bueno para Trump, especialmente porque, según los mismos sondeos, el 85 por ciento de ellos ya se habría decantado por uno de los dos candidatos mientras que en el 2016 solo el 62 por ciento llegó al día de las elecciones con esa decisión tomada. Es decir, el porcentaje de independientes que todavía estaría en juego es mucho más pequeño en esta ocasión.
Sergio Gómez Maseri
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington