El de Camas firmó una faena rotunda al buen segundo, un animal con mucha clase. Escribano pechó con el lote más complicado y el joven Sotos cortó una oreja del buen tercero
La localidad ciudadrealeña de Bolaños de Calatrava celebraba, en la tarde de este 18 de abril, una corrida de toros con el hierro de Albarreal en la que hacían el paseíllo Manuel Escribano, Esaú Fernández y Mario Sotos.
Sujetó con el capote Manuel Escribano al que abría plaza, que recibió un puyazo corto. Pareó el sevillano con más exposición que acierto para recibir la primera ovación de la tarde. En el centro del ruedo y con un pase cambiado por la espalda comenzó la faena. Dejándole la muleta en la cara intentó conducir la embestida de un toro que fue complicado, que embistió siempre con la cara muy alta sobre todo en la salida del muletazo, lo que dificultó mucho su labor. No era fácil estar delante. Con la espada, pasó un mal rato ante la dificultad que le planteaba su oponente, siempre con la cara alta.
Un manojo de verónicas garbosas le recitó Esaú al segundo, al que siguió toreando con el capote en un vistoso quite por gaoneras después de un desacertado tercio de varas. Paralelo a tablas y genuflexo inició faena el de Camas, tocando con mucha suavidad a un astado que colocaba la cara con mucha clase. Por el derecho le recetó dos tandas con la figura vertical, corriendo la mano y con colocación. También por el izquierdo llegaron los toques suaves y siguió respondiendo el de Albarreal con clase y fijeza. Calentó al público con un final en el que toreó rodilla en tierra. Mató de una estocada algo tendida, pero certera. Merecida ovación para el toro, de nombre Malhumorado, en el arrastre.
Genuflexo inició el trasteo Mario Sotos al tercero, un animal con prontitud y que buscaba las telas con codicia. A media altura y ligando los muletazos, firmó el conquense tandas serenas, sin exigir demasiado al animal y muy correctas. Se echó de menos quizá una mayor rotundidad en las series de una faena que tuvo sentido de la medida. Media estocada y un descabello fueron suficientes para acabar con su oponente. Aplausos para el toro en el arrastre.
Explosivo fue el saludo capotero de Manuel Escribano al cuarto en el que combinó verónicas y chicuelinas tras recibir con una larga cambiada. Volvió a parear con soltura y determinación, ganándose el cariño del público. Por ayudados por alto inició el trasteo ante un animal que fue más complicado que sus dos hermanos anteriores. Con toques fijadores, intentó firmar las series muletazo a muletazo ante un animal que se quedaba en mitad del viaje, enroscándose y complicando la continuidad de los pases. Las manoletinas pusieron el broche a la faena. Estocada poco ortodoxa, pero certera.
Rajado desde el inicio de faena, el quinto imposibilitó cualquier tiempo de lucimiento. En distancias cortas lo encimó el de Camas para intentar sacar muletazos de un pozo sin fondo de bravura, que rehuía de la muleta sin querer pelea. Esaú optó por abreviar y se fue a por la espada para acabar con el deslucido quinto.
Se dejó pegar el sexto en el peto del caballo en un castigo que fue quizás demasiado excesivo. En la franela, sacó a relucir sus defectos, cabeceando en la embestida y sin terminar de entregarse en cada pase. Muletazo a muletazo y distancias cortas fueron la receta del conquense, que demostró valor sereno toreando en cercanías a un animal que no permitía otro tipo de lucimiento. Los ayudados por bajo muy toreros remataron el trasteo. La espada entró al segundo intento y tuvo que recurrir al descabello.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Bolaños de Calatrava, Ciudad Real. Corrida de toros. Destacaron especialmente el segundo, por su gran clase, y el tercero, con transmisión y prontitud. Manuel Escribano tuvo que pensar con el peor lote de una corrida con luces y sombras.
Toros de Albarreal.
Manuel Escribano, Palmas y oreja.
Esaú Fernández, Dos orejas y Palmas.
Mario Sotos, Oreja y
FOTOS: EUSEBIO SÁNCHEZ Y MARTA VERDUGO