Historia de Fernanda Ortiz Hernández •
La avena es uno de los cereales más consumidos en el mundo y con justa razón. Se trata de uno de los alimentos más completos y fáciles de preparar, sobre todo, si se consume en el desayuno.
Ya sea para comenzar el día o como aperitivo para matar el hambre entre comidas, la avena destaca por sus niveles elevados de vitamina B y E, así como los minerales hierro, selenio, manganeso y cobre.
Desde la medicina popular, se recomienda consumir avena cocida para controlar el colesterol y la presión arterial. Además, diversos estudios han demostrado que es un cereal apto para diabéticos, pues disminuye el azúcar de la sangre.
¿Qué tan buena es la avena para el colesterol y la presión arterial?
Desde Mayo Clinic, especialistas destacan que la avena contiene fibra soluble, la cual reduce el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), o bien, el colesterol malo.
Asimismo, la avena interviene en la producción de óxido nítrico en el organismo, que es fundamental para relajar los vasos sanguíneos, ayuda a la circulación de la sangre y reduce la presión arterial.
Entre otros beneficios, la avena es un excelente energético, regula el metabolismo, fortalece las uñas, disminuye la caída del cabello, regenera la piel y previene enfermedades como la hipertensión o diabetes.
¿Cómo debo tomar avena para el colesterol y la presión arterial?
Como cualquier otro alimento, es importante no excederse en el consumo de avena. Lo ideal es comer de 3 a 5 cucharadas al día, esto para evitar evacuaciones intestinales constantes, hinchazón y gases.
El desayuno es el momento ideal para comer avena, ya que su poder energético permite comenzar el día de manera saludable. Lo único que se necesita es cocer la avena y añadirle trozos de fruta -plátano, manzana o fresa- con una pizca de canela.