El rejoneador volvió a América tras 6 años con un rotundo éxito y ante 35.000 espectadores
Enrique Ponce corta una oreja de peso en el arranque de la temporada grande
Diego Ventura indultó al quinto de la tarde, Fantasma de nombre, número 82, de la ganadería de Enrique Fraga. El jabonero tuvo transmisión y emoción en todas sus arrancadas. Las más de 35.000 personas que llenaban la zona numerada de La Monumental vibraron con la entrega de Diego Ventura en una faena para la historia. Desde el saludo con la garrocha, a lomos de Bombón, hasta el par a dos manos con Dólar.
Con Sueño se alcanzaron momentos de máxima emoción. La petición de indulto fue creciendo hasta que el juez de plaza lo concedió. Ventura acompañó a pie y con la muleta al toro hasta los chiqueros. La México enloqueció con el rejoneador que paseó las dos orejas y rabo simbólicos junta a algunos caballos de su cuadra. Poco había ayudado el toro que inauguró la temporada grande con el que Ventura mostró toda su disposición (palmas).
Enrique Ponce cortó una oreja tras una paciente labor al primer toro de Barralva. Poco a poco fue extrayendo el mejor fondo del toro que humilló aunque le costaba repetir. El maestro de Chiva dejó grandes muletazos llenos de elegancia. Demostró porqué es un consentido de la afición mexicana: emocionó a la afición con varios detalles magistrales como los cambios de mano, los naturales erguido y la estocada en lo alto. Al recoger la oreja hubo cierta división. Se estrelló sin opción alguna en el quinto de la tarde.
Luis David Adame se mostró muy voluntarioso toda la tarde. El primero de su lote fue brusco y deslucido además de que se paró pronto. El que cerró la tarde tuvo nobleza pero le faltó la transmisión necesaria. Adame, que porfió sin aburrirse, no estuvo acertado con los aceros en ninguno de sus turnos (silencio en ambos).
El Payo cayó herido ante el séptimo de Barralva con una «cornada extensa de unos 25 cm. que afecta a músculos pero no reviste gravedad al no afectar a vasos sanguíneos importantes», según declaró el cirujano de la plaza, Rafael Vázquez Bayod a los micrófonos del canal Toros. Enrique Ponce lo estoqueó. El Payo había dejado muestras de su buen trazo al natural ante el soso tercero.