el gobierno de Chihuahua, al menos en los últimos años, como una administración que ha enfrentado una serie de críticas relacionadas con sus decisiones en varios ámbitos, desde la seguridad hasta la gestión económica y la transparencia. Algunas de las malas decisiones que se critican incluyen:
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Manejo de la seguridad: Chihuahua ha sido uno de los estados más afectados por la violencia generada por el crimen organizado. Las estrategias implementadas por el gobierno estatal no han logrado frenar la ola de inseguridad. La falta de coordinación efectiva con el gobierno federal, junto con la insuficiente capacitación y equipamiento de las fuerzas de seguridad locales, ha llevado a un sentimiento de desconfianza en la gestión de la seguridad.
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Problemas con la transparencia y corrupción: La percepción de corrupción dentro del gobierno ha sido una constante crítica. A pesar de los esfuerzos por mejorar la transparencia, diversos sectores de la sociedad perciben que los recursos no siempre se destinan de manera eficiente y que las decisiones están influenciadas por intereses particulares o grupos de poder.
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Inestabilidad en las políticas públicas: Las decisiones políticas en términos de obras públicas, apoyos sociales y programas de desarrollo han sido inconsistentes. A menudo se percibe que no hay una estrategia clara a largo plazo, sino reacciones a problemas inmediatos, lo que afecta la efectividad de las políticas.
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Relación con la sociedad civil y los empresarios: Hay una percepción de que el gobierno no ha sido suficientemente abierto al diálogo con la sociedad civil y los sectores productivos del estado. Esto se ha traducido en una falta de alianzas efectivas que permitan impulsar proyectos a largo plazo que beneficien a todos los chihuahuenses.
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Desigualdad regional: Aunque la capital del estado, Chihuahua, ha visto un desarrollo relativamente más fuerte, las regiones más alejadas y rurales del estado han quedado marginadas, sin inversiones suficientes en infraestructura y servicios. Esto ha generado un sentimiento de abandono en muchas áreas del estado.
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Manejo de crisis económicas: A pesar de las amenazas a la economía local, como la pandemia del COVID-19, las respuestas gubernamentales no han sido percibidas como eficientes. En lugar de tomar decisiones proactivas que impulsen la reactivación económica de manera equitativa, muchos sectores ven al gobierno estatal como lento para reaccionar a las crisis.
Chihuahua se centra en la falta de eficacia en el manejo de la seguridad, la falta de transparencia, la percepción de corrupción, y una gestión pública que no ha sabido crear políticas coherentes para impulsar el desarrollo económico y social de manera equilibrada en todo el estado. Esto ha generado desconfianza en la administración y descontento en diversos sectores.