Stanislas TOUCHOT con la oficina de Marsella
Tras doce días de navegación a bordo del velero Belem, el fuego olímpico llegará el miércoles a Marsella, donde será recibido por 150.000 personas, en el marco de un dispositivo de seguridad excepcional, a menos de tres meses del comienzo de los Juegos de París.
Será la primera ocasión que la llama llegue a Francia para unos Juegos de verano, ya que si bien París albergó las ediciones de 1900 y 1924, el ritual del fuego olímpico no se instauró hasta 1928, en los Juegos de Ámsterdam.
Su último paso se remonta a 1992 para los Juegos de invierno de Albertville (Saboya), tras una primera estancia en 1968, en la edición invernal celebrada en Grenoble.
Encendida el 16 de abril en Olimpia, donde se celebraban los Juegos de la antigüedad, la llama olímpica comenzará su periplo por territorio francés en el puerto de Marsella, la antigua ‘Massalia’ fundada hace 2.600 años por marineros griegos, en presencia del presidente Emmanuel Macron.
«El hilo conductor de la llegada de la llama es la historia de aquellos griegos que navegaron hace milenios a través del Mediterráneo hasta llegar a Marsella y fundar la ciudad», insistió el alcalde Benoît Payan, interrogado por la AFP.
Cuando desembarque del majestuoso Belem, un velero construido en 1896, año de los primeros Juegos modernos, el primer relevista en suelo francés será el nadador Florent Manaudou, cuádruple medallista olímpico nacido en Marsella y que en París buscará una nueva presea.
– Seguridad reforzada –
El pasado 16 de abril, en Olimpia, fue su hermana Laure, también excampeona olímpica de natación, la primera relevista francesa luego del encendido de la llama.
Cuando llegue a tierra firme, a través de una pista de atletismo flotante, Florent Manaudou se dirigirá al muelle de la Fraternidad, en el extremo de la Canebiére, la gran arteria marsellesa, donde se encenderá el pebetero olímpico sobre las 19h45 locales (17h45 GMT). ¿Lo hará él mismo o algún personaje famoso como Zinédine Zidane? Se mantiene el suspenso.
Antes, el Belem será el gran protagonista de una jornada festiva, con un gran desfile marítimo en el que participarán 1.024 embarcaciones para acompañar al velero a su llegada al puerto marsellés, donde será recibido hacia las 19h00 locales con fuegos artificiales, música de la Orquesta Filarmónica de Marsella y los imprescindibles ‘tifos’, las impresionantes banderolas de los hinchas del Olympique, el club emblemático de la ciudad mediterránea.
Por la noche habrá un gran concierto, a cargo de los raperos locales Soprano y Alonzo. Todos los actos serán gratuitos, prometió el alcalde.
Las autoridades esperan la presencia en el puerto de unas 150.000 personas y han diseñado un dispositivo de seguridad «excepcional», en un clima internacional tenso marcado por los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.
– El fuego del Velódromo –
Del dispositivo formarán parte más de 6.000 miembros de las fuerzas de seguridad, así como aviones de combate Rafale y un sistema anti-drones.
Contando otros servicios de urgencias como bomberos o personal de seguridad privada y policía local, serán un total de 8.500 miembros los que velen por el buen desarrollo del evento, superando en número a los que se desplegaron con motivo de la visita del Papa Francisco en septiembre de 2023.
Según dijo en una reciente visita a Marsella el ministro del Interior Gérald Darmanin, el puerto será totalmente «impermeable». Los espectadores serán registrados y los artificieros inspeccionarán los más de 3.000 barcos amarrados a partir del lunes.
Tras esta jornada, la llama comenzará el jueves un periplo que debe conducirla a París, a través de todo el territorio galo, incluidas las Antillas y la Polinesia francesa.
Este largo «relevo de la llama», que pasará por lugares emblemáticos como el viaducto de Millau, los castillos del Loira, las playas del Desembarco o el monte Saint-Michel, empezará de madrugada en la basílica de Notre-Dame de la Garde, donde se encuentra la imagen de la ‘Buena Madre’ que domina toda la ciudad.
El jueves por la noche, el fuego olímpico ‘descansará’ en un pebetero ubicado delante del Estadio del Velódromo, otro de los emblemas de la ciudad, donde cogerá fuerza para iniciar el camino que debe llevarle a París el próximo 26 de julio, día de la ceremonia de inauguración de los Juegos.