Pablo SAN ROMAN
«No siento que pueda hacer algo más en este hobby», afirma a la AFP, en Londres, resignado y nostálgico, Dwight Cleveland, referencia mundial del coleccionismo de carteles de cine, que pone fin en una subasta a medio siglo de dedicación a su pasión.
Cleveland, a quien la revista ‘Classic Chicago Magazine» calificó en 2019 como «el archivo privado más grande de la historia» del cine, empezará a desprenderse, el 27 y 28 de marzo, en una subasta en Dallas (Estados Unidos), de lo más valioso de su colección, que comenzó hace 48 años.
Por las manos de este estadounidense, de 65 años, han pasado «aproximadamente 150.000 piezas», confiesa, entre carteles y ‘lobby cards’, tarjetas que se colocaban en los vestíbulos o entradas de los cines con secuencias fotográficas de las películas.
Londres, Nueva York y Chicago han albergado las últimas semanas una selección de lo que se subastará en Dallas, unas 500 piezas, entre carteles y ‘lobby cards’, de 27 países, muchos de finales del siglo XIX y principios del XX.
«Tras casi 50 años, cada vez es más difícil encontrar algo que añadir a la colección», explica Cleveland, a su paso por Londres, donde los locales de la casa de subastas Heritage albergaron hasta el 14 de marzo una selección de 32 piezas de la subasta.
– Exposiciones en museos –
Su fama hizo que, en 2019, ‘The Norton Museum of Art’, de West Palm Beach, en Florida (Estados Unidos), dedicara una exposición a su colección.
Desde entonces, otros tres museos, en San Diego, Los Ángeles y Nueva York, hicieron lo mismo.
«Lo que me hace diferente de otros coleccionistas es que me enamoré primero de la obra de arte. Eso es realmente lo que impulsó mi coleccionismo. La mayoría de los coleccionistas tienen una estrella de cine o director favoritos. No era mi caso en absoluto», explica.
Su primer contacto con carteles de cine llegó en su adolescencia debido a un profesor.
«En mi etapa de secundaria, un profesor de arte era coleccionista de carteles de películas, y los tenía colgados en su oficina y en pasillos del departamento de arte. Como estudiantes, pasábamos por delante de ellos cada día y nos burlábamos de él, para ser sinceros», afirma Cleveland.
Pero hubo un objeto que le llamó la atención, en aquella colección de su profesor y pensó que tenía que conseguirlo. Se trataba de una ‘lobby card’ de la película ‘The wolf song’ (El canto del lobo), protagonizada en 1929 por Gary Cooper y la mexicana Lupe Vélez.
Poco después, consiguió que su antiguo profesor le cambiara esa pieza por otros objetos de cine que su maestro había incluido en una lista de material que buscaba.
«En 1977, mientras buscaba artículos de su lista, me enganché al coleccionismo. Supongo que absorbí el arte del cine a través de la observación durante mis años de secundaria, antes de enamorarme de Wolf Song», explica.
– King Kong y Casablanca –
Entre las 32 piezas que pasaron por Londres, estaba un cartel de ‘King Kong’, de la República Checa, de 1933, cuyo precio podría alcanzar entre 40.000 y 80.000 dólares en la puja, según la casa de subastas.
Junto a ese de ‘King Kong’, un cartel italiano de 1953, de ‘Casablanca’, protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, podría ser el más valioso.
Aunque la mayoría de los carteles y ‘lobby cards’ alcanzarán en la subasta precios que oscilan entre los 1.000 y 2.000 dólares.
Cleveland desconoce la cantidad que puede salir de la puja en Dallas, y afirma no estar pendiente ni preocupado por ello, aunque la casa de subastas piensa que se puede alcanzar el millón de dólares.
«Estos objetos significan mucho para mí y me entristecerá ver que se van, pero me alegrará saber que estarán en manos de otros coleccionistas para quienes significarán mucho», explica.
De las decenas de miles de piezas que han pasado por sus manos, muchas fueron vendidas a otros coleccionistas y otras muchas regaladas a diversas instituciones cinematográficas.
Tras la subasta de Dallas, le quedarán algo más de 10.000 ‘lobby cards’, muy antiguas, y 500 carteles, que terminarán tal vez en nuevas donaciones y subastas.
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