Investigadores internacionales han descubierto que cuando las galaxias se ensamblan rápido y violentamente, pueden llevar a la formación de agujeros negros masivos, según un artículo publicado en la revista Nature.
Hasta ahora, la comunidad científica asumía que la formación masiva de agujeros negros estaba limitada a regiones bombardeadas por la poderosa radiación de las galaxias cercanas.
El estudio halló, sin embargo, que estos agujeros negros supermasivos se forman en regiones densas sin estrellas que están creciendo a una velocidad avanzada, lo que da la vuelta al paradigma previamente aceptado de que solo podían formarse cuando se exponían a altos niveles de radiación cercana.
«En este estudio hemos descubierto un mecanismo totalmente nuevo que desencadena la formación de agujeros negros masivos en halos de materia oscura en particular», explicó el profesor del Centro de Astrofísica Relativista de Georgia (EUA) y coautor de la investigación, John Wise.
Además, el informe, que ha contado con apoyo financiero de la National Science Foundation, la Unión Europea y la NASA, también encontró que los agujeros negros masivos son mucho más comunes en el universo de lo que se pensaba anteriormente.
Según otro de los autores, el investigador en el Centro de Astrofísica y Relatividad de la Universidad de Dublín John Regan, cuando encontraron esos sitios de formación de agujeros negros en la simulación el equipo se quedó «perplejo».
«Las teorías anteriores sugirieron que esto solo debería ocurrir cuando los sitios estaban expuestos a altos niveles de formación de estrellas que matan a la radiación», afirmó.
Regan comentó que, a medida que profundizaron en la investigación, vieron que esos lugares estaban experimentando un «período de crecimiento extremadamente rápido» y que «esa fue la clave» que les empujó al resultado de la indagación.
Para llegar hasta ahí, los expertos utilizaron una supercomputadora que les ayudó a comprender cómo evolucionó el universo durante sus primeros años.
El estudio halló, sin embargo, que estos agujeros negros supermasivos se forman en regiones densas sin estrellas que están creciendo a una velocidad avanzada, lo que da la vuelta al paradigma previamente aceptado de que solo podían formarse cuando se exponían a altos niveles de radiación cercana.
«En este estudio hemos descubierto un mecanismo totalmente nuevo que desencadena la formación de agujeros negros masivos en halos de materia oscura en particular», explicó el profesor del Centro de Astrofísica Relativista de Georgia (EUA) y coautor de la investigación, John Wise.
Además, el informe, que ha contado con apoyo financiero de la National Science Foundation, la Unión Europea y la NASA, también encontró que los agujeros negros masivos son mucho más comunes en el universo de lo que se pensaba anteriormente.
Según otro de los autores, el investigador en el Centro de Astrofísica y Relatividad de la Universidad de Dublín John Regan, cuando encontraron esos sitios de formación de agujeros negros en la simulación el equipo se quedó «perplejo».
«Las teorías anteriores sugirieron que esto solo debería ocurrir cuando los sitios estaban expuestos a altos niveles de formación de estrellas que matan a la radiación», afirmó.
Regan comentó que, a medida que profundizaron en la investigación, vieron que esos lugares estaban experimentando un «período de crecimiento extremadamente rápido» y que «esa fue la clave» que les empujó al resultado de la indagación.
Para llegar hasta ahí, los expertos utilizaron una supercomputadora que les ayudó a comprender cómo evolucionó el universo durante sus primeros años.
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