En exclusiva para Infobae, Ineco brindó una serie de ejercicios para impulsar el funcionamiento cognitivo en los adultos mayores. En el capítulo de hoy: qué hacer para mantener fuerte la computadora central del cuerpo
Comer es imprescindible para vivir, para mantener el cuerpo sano, para que el organismo cumpla sus funciones correctamente, respirar, crecer, caminar, pensar. “La alimentación juega un papel protector para presentar alteraciones de salud entre ellas las del cerebro, como podrían ser las funciones cognitivas, por lo que es de gran importancia conocer y profundizar este aspecto”, dice a Infobae,Sol Vilaro, Directora del Departamento de Nutrición de INECO.
Así es que la composición de la dieta influye en el organismo, y, dependiendo de cuán saludable sea la alimentación será la repercusión que tenga sobre la salud. Una alimentación completa y variada tendrá seguramente efectos beneficiosos sobre la salud y una dieta deficiente podría tener en el corto o largo plazo situaciones desfavorables. La evidencia actual permite sugerir que la dieta influye en la incidencia y en la evolución de algunas patologías relacionadas con el cerebro.
“La dieta para mantener un cerebro saludable es completa, variada y aporta todos los nutrientes que influyen en su correcto funcionamiento”, agrega Vilaró. Se debe entonces seguir un patrón de alimentación que sea duradero en el tiempo y en el que habría que tener en cuenta los siguientes aspectos:
Esto se logra evitando el consumo de manteca, margarina, lácteos enteros, quesos grasos, fiambres, embutidos, vísceras, carnes grasas, facturas, medialunas y tortas, bollería, galletitas.
Los pescados ricos en omega 3 son salmón, caballa, sardina, atún, arenque, anchoa. Combinar: aceite de oliva, aceite de soja, aceite de canola, aceite de girasol, aceite de uva. Agregar a las preparaciones aceitunas, frutas secas y semillas.
Especialmente pueden ser frutos rojos (frutillas, frambuesas, moras, arándanos), frutas y verduras de color naranja o amarillo (zanahoria, zapallo, durazno, mango, damasco), frutas cítricas (naranja, mandarina, pomelo), espinaca, cebolla, tomate, brócoli, coliflor, repollo, repollitos de Bruselas, cebolla, uvas, manzana, verduras de hoja (espinaca, acelga, lechuga, rúcula, radicheta). Elegir cereales integrales y legumbres.
Evitar postres, golosinas, caramelos, helados, gaseosas, productos de copetín, snacks.· Al preparar los alimentos: Elegir métodos de cocción que no requieran grasas (parrilla, plancha, horno). Evitar cocinar con manteca, margarina o grasa. Evitar frituras y salteados con aceite.