Desde hace varios años, en especial ahora que están a la orden del día los contenidos sobre salud y bienestar en las redes sociales, se escucha hablar a diferentes médicos y profesionales de la salud hablar sobre el daño para el organismo humano del consumo excesivo de fruta, en especial, la ingesta de jugos o licuados naturales. Escuchamos una de las tantas versiones, en este caso la del Dr. Carlos Jaramillo, médico de la Universidad de la Sabana, en Bogotá, con postgrado en Harvard y estudios en Yale, quien en su canal de YouTube Dr. Carlos Jaramillo, aborda este tema controversial en torno al consumo de frutas y jugos, señalando los posibles efectos negativos del exceso de fructosa en el cuerpo.
Desde hace varios años, en especial ahora que están a la orden del día los contenidos sobre salud y bienestar en las redes sociales, se escucha hablar a diferentes médicos y profesionales de la salud hablar sobre el daño para el organismo humano del consumo excesivo de fruta, en especial, la ingesta de jugos o licuados naturales.
Escuchamos una de las tantas versiones, en este caso la del Dr. Carlos Jaramillo, médico de la Universidad de la Sabana, en Bogotá, con postgrado en Harvard y estudios en Yale, quien en su canal de YouTube Dr. Carlos Jaramillo, aborda este tema controversial en torno al consumo de frutas y jugos, señalando los posibles efectos negativos del exceso de fructosa en el cuerpo.
El profesional destaca la importancia de comprender que la fruta, en sí misma, no es perjudicial, ya que contiene fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes beneficiosos.
Según la fuente, la fibra en la fruta ayuda a regular la ingesta de alimentos, haciendo que te sientas satisfecho con porciones adecuadas.
En contraste, el consumo de jugos elimina la fibra, permitiendo un mayor consumo de fructosa sin la sensación de saciedad. «Estos efectos no son falsos, son ciertos», remarca el médico en su publicación.
Así asimila el cuerpo la glucosa y la fructuosa
Además, el video aborda la diferencia en la forma en que el cuerpo procesa la glucosa y la fructosa.
Mientras la glucosa se utiliza para proporcionar energía a las células, más del 90% de la fructosa va directamente al hígado, lo que puede contribuir al aumento de peso, niveles elevados de triglicéridos y otros problemas metabólicos.
«La fruta es maravillosa, pero, la fruta viene exactamente igual en su composición de azúcares simples como viene la miel la panela el azúcar y es que viene o viene unido los azúcares que viene la glucosa y la fructosa unido en forma de sucrosa viene suelto ya en forma de glucosa y de fructosa qué pasa usualmente en la fruta viene 50 y 50 pero como viene con la fibra, ésta hace que yo paré de comer», remarcó el Dr. Jaramillo.
El experto en salud y escritor de tres Best Seller subraya que el consumo responsable de frutas es clave, evitando el exceso de azúcares añadidos y comprendiendo las necesidades individuales, especialmente en personas con problemas metabólicos.
Por otra parte, advierte sobre el peligro de caer en la interpretación errónea de los estudios y demonizar la fruta en lugar de entender cómo incorporarla sabiamente en la dieta.
El mensaje del profesional de la salud, basado en varias investigaciones científicas, entre ellas una publición en el The Journal of Clinical Investigation titulada:«Metabolismo de la fructosa una enfermedad metabólica», es que, la fruta en sí misma no es perjudicial, pero su consumo excesivo, especialmente en forma de jugos, puede tener impactos negativos en la salud metabólica.
La clave está en adoptar un enfoque equilibrado y consciente hacia la alimentación, adaptado a las necesidades individuales y evitando el exceso de azúcares añadidos.
Posibles enfermedades derivadas del consumo el azúcar que hay en frutas y jugos naturales
El consumo excesivo de frutas y jugos naturales, especialmente aquellos con altas concentraciones de fructosa, podría estar asociado a varios problemas de salud.
Aumento de peso y problemas metabólicos: El consumo excesivo de fructosa puede contribuir al aumento de peso, ya que el hígado convierte el exceso de fructosa en grasa. Esto puede llevar a problemas metabólicos como resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
Hígado graso no alcohólico: La acumulación de grasa en el hígado, conocida como hígado graso no alcohólico, es una consecuencia del exceso de fructosa. Esto puede evolucionar hacia enfermedades hepáticas más graves.
Niveles elevados de triglicéridos y colesterol: El consumo excesivo de fructosa ha sido asociado con el aumento de los niveles de triglicéridos en sangre y del colesterol LDL (colesterol «malo»), lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión arterial: La inflamación arterial causada por el exceso de fructosa puede contribuir al desarrollo de la hipertensión arterial, aumentando el riesgo de problemas cardiovasculares.
Aumento del Ácido Úrico: El exceso de fructosa puede elevar los niveles de ácido úrico en sangre, lo cual está asociado con la gota y otros problemas de salud.
Inflamación y resistencia a la insulina: El consumo excesivo de fructosa puede desencadenar procesos inflamatorios y contribuir a la resistencia a la insulina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Alteraciones en la microbiota intestinal: Parte de la fructosa ingerida llega a las bacterias intestinales, afectando la microbiota. Desbalances en la flora intestinal pueden tener implicaciones en la salud digestiva y sistémica.
Problemas cardiovasculares: La combinación de los efectos anteriores puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
Es crucial tener en cuenta que estos efectos pueden variar según la cantidad de frutas consumidas, la presencia de otras condiciones médicas y la individualidad de cada persona, por lo que es importante comer de manera consciente y con la supervisión de un médico de confianza.