ROMA. La obra de Alfonso Cuarón podría hacer historia al convertirse en la primera cinta en español que obtiene el Oscar a la mejor película, algo inimaginable hace apenas unos meses, cuando se supo que este título mexicano rodado en blanco y negro iba a ser lanzado por una plataforma digital como Netflix. También aspira a convertirse en el primer título de la historia capaz de obtener el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y a la mejor película, algo que no consiguieron Z (1969), Life Is Beautiful (1998), Crouching Tiger, Hidden Dragon (2000) ni Amour (2012). Por tanto, esa lista permite que Roma pueda aspirar a ser la primera película de habla no inglesa que gana el Oscar a la mejor película. La obra, una oda al matriarcado en el que Cuarón se crió y una carta de amor a su niñera, cuenta con una campaña publicitaria de impresión y acaba de obtener el premio al mejor film en los Bafta británicos.
Es la gran rival de Roma en la ceremonia, con el mismo número de nominaciones -diez- y un gran éxito en los Bafta británicos -siete estatuillas-, si bien no pudo doblegar a la obra de Cuarón en el duelo por la mejor película. El film del griego Yorgos Lanthimos narra una historia basada en hechos reales del Siglo XVIII sobre la relación de la reina Ana (Olivia Colman) con su mejor amiga, Sarah Churchill (Rachel Weisz), y la sirvienta recién llegada Abigail Masham (Emma Stone). La cinta, que fue la máxima nominada en los Critic’s Choice Awards entregados por la Asociación de Críticos de Cine de EUA- se llevó el Gran Premio Especial del jurado en el Festival de Venecia.
A STAR IS BORN. La ópera prima de Bradley Cooper como director es la cuarta versión que acomete Hollywood de la misma historia. En 1937, Janet Gaynor y Fredric March dieron forma a la obra original, aunque fue George Cukor, que contó con Judy Garland y James Mason, quien en 1954 desarrolló la adaptación más popular (hasta ahora) de esta historia. En 1976 se estrenó una nueva aproximación, esta vez encuadrada en el mundo del rock y con los actores Kris Kristofferson y Barbra Streisand, quien ganó el Oscar a la mejor canción original junto a Paul Williams por Evergreen. En esta ocasión, la historia se centra en una joven cantante (Lady Gaga) que alcanza el estrellato mientras su pareja, un artista asolado por los fantasmas del pasado (Cooper), comienza a hundirse inexorablemente en el alcohol y las drogas. La historia ha encandilado a crítica y público, aunque la Academia no reconoció a la cinta en categorías clave como director y montaje.
GREEN BOOK. Es la “feel-good movie” del año, esa película cuyo visionado te hace sentir bien y que suele atraer de forma inequívoca a los académicos, especialmente gracias a su historia en la que un hombre blanco y otro afroamericano dejan atrás sus diferencias para formar una entrañable amistad. La obra se llevó el galardón Darryl F. Zanuck en los premios del Sindicato de Productores, que suelen ser un buen indicador de las preferencias de los Oscar en la categoría de mejor película: en los últimos diez años, el ganador de ese premio se llevó la estatuilla principal en ocho ocasiones. La cinta de Peter Farrelly se basa en la vida real de Tony Lip, un duro italo-estadounidense que trabajaba como seguridad en el club Copacabana de Nueva York y que en 1962 se convirtió en el chófer de un magnífico pianista negro, Don Shirley, durante su gira por el sur de Estados Unidos.
Bohemian Rhapsody, del polémico Bryan Singer, narra el nacimiento de Queen en 1970 y la transformación del adolescente Farrokh Bulsara en el que sería el ídolo de masas e icono gay mundial Freddie Mercury, hasta el mítico concierto Live Aid de 1985. La cinta repasa los principales éxitos del grupo -con la ayuda en la producción de dos de los integrantes de Queen-, desde Somebody to Love o Don’t Stop Me Now, pasando por Crazy Little Thing Called Love o We Are the Champions, y desvela cómo fue la creación de Bohemian Rhapsody, el revolucionario tema que cambió sus vidas y la historia del rock. La cinta, que ha sido un gran éxito comercial aunque no ha convencido de la misma forma a la crítica, es posiblemente la que menos opciones tiene de triunfar en esta categoría debido al escándalo que rodea a Singer, acusado de nuevo de abusar sexualmente a menores de edad.
BlacKkKlansman, de Spike Lee, propone una ácida comedia sobre la discriminación racial en la que un policía negro se infiltra en el Ku Klux Klan durante la década de 1970, y enlaza la ficción con un desenlace que hace alusión directa a la muerte de la joven Heather Heyer. Heyer murió atropellada por un joven neonazi blanco en Charlottesville (Virginia) y otras 20 personas resultaron heridas, un acto con el que Lee cierra su film y que le sirve al realizador para apuntar a la complicada situación actual en EUA, todo ello sin huir del humor más salvaje para poner en tela de juicio la discriminación sufrida por la población negra. Aunque su victoria en la categoría reina sería una sorpresa, la cinta cuenta con elementos para lograrlo gracias a sus candidaturas como mejor director -la primera para Lee en su carrera- y mejor montaje. Además, los académicos son conscientes de que deben a Lee un reconocimiento grande tras haber ignorado en el pasado trabajos tan trascendentes como Do the Right Thing o Malcom X.
La película, escrita y dirigida por Adam McKay, explora la historia de cómo un callado burócrata de Washington acabó convertido en uno de los hombres más poderosos del mundo, como vicepresidente de EUA, durante el mandato de George W. Bush. La historia, usando los recursos estilísticos que ya mostró McKay en The Big Short, recorre la ascensión de Dick Cheney bajo Richard Nixon y Ronald Reagan, y su llegada a la Casa Blanca de la mano de Bush, un legado y una manera de hacer política que, según el planteamiento del cineasta, explica las tendencias del vigente presidente de EUA, Donald Trump. La obra obtuvo ocho nominaciones, algunas de ellas tan claves como las de mejor director o mejor montaje, señales inequívocas de que se trata de una opción muy a tener en cuenta para la victoria en la categoría reina y que, además, cuenta con un fuerte respaldo entre el gremio de los actores gracias a las nominaciones de Christian Bale, Amy Adams y Sam Rockwell.
La enorme campaña publicitaria en torno a Black Panther (Disney) dio sus frutos y consiguió el objetivo deseado: hacer historia al convertirse en la primera cinta de superhéroes en lograr una nominación al Oscar a la mejor película, todo un hito para un film que ha dejado su impronta en la cultura popular estadounidense con frases como “Wakanda Forever”. Habida cuenta del momento que vive en la industria, donde este tipo de películas triunfan normemente entre los espectadores, este hito era previsible desde que The Dark Knight se quedara fuera de la lucha por la estatuilla en los Oscar de 2009. Tras las críticas, la Academia decidió aumentar el número de candidatas, pero no ha sido hasta una década después que los académicos dieron su brazo a torcer. Lo hacen con la apuesta de Marvel por la diversidad, repleta de talento afroamericano para esta historia en la que T’Challa regresa a su hogar, una nación africana aislada del mundo pero con un tremendo potencial tecnológico.