En una tarde memorable en la Feria de Santiago en Santander, destacaron Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Fernando Adrián, quienes brillaron con su arte y valor frente a toros de Domingo Hernández.
Enrique Ponce ofreció una despedida soñada, destacando con tres orejas: una obtenida tras un aviso y dos más tras otro aviso. Su lidia fue marcada por su conocimiento y temple, especialmente con el cuarto toro, al que toreó magistralmente con la muleta, destacándose por su estética y poder.
Morante de la Puebla, en su esperada reaparición, también dejó una huella imborrable. Conquistó dos orejas, una por cada toro lidiado, mostrando su capacidad única para esculpir momentos de gran belleza en la plaza. Su faena con el segundo toro fue especialmente destacada, marcada por su entrega y profundidad artística.
Fernando Adrián completó la tarde de triunfos al obtener tres orejas, demostrando valor y entrega ante los toros que enfrentó. A pesar de una fuerte voltereta en el sexto toro, se rehízo con determinación y logró una faena notable que le valió una oreja más.hombros con Adrián en SantanderTarde de maestro del valenciano, tres orejas; y dos para un torero Morante en la esperada tarde de su regreso a los ruedos; en hombros con Adrián, tres trofeos y volteado por el sextoLe cantaron las peñas y los aficionados antes de que saliera el toro. Enrique Ponce recibió al cuarto que pareció lastimarse de los cuartos traseros. Ponce lo midió en el caballo y dibujó un bonito quite por chicuelinas. En la muleta lo templó con su conocimiento ingente rompiéndolo hacia delante. La faena fue tomando tono importante, profunda por el trazo exigente de Ponce. Cuidó tanto la estética como el poder y la colocación. Hizo varias poncinas bajo los acordes de La Misión. Remató con buenos naturales finales. Estocada. Dos orejas tras aviso.El primer toro de Domingo Hernández embistió con nobleza de salida. Enrique Ponce dibujó verónicas con compás. El toro soseó en los primeros tercios. Brindó la faena a Morante de la Puebla. En la muleta, que molestó mucho el aire, fue el toro a más ganando en movilidad y codicia. Un toro exigente. Ponce fue metiéndolo en la muleta, terminó exigiéndole por abajo encontrando los mejores momentos. Estocada en lo alto. Oreja tras aviso.
El ambiente fue de entusiasmo y reconocimiento por parte de las peñas y aficionados, quienes ovacionaron a estos tres grandes toreros. La plaza estuvo casi llena y se destacó el buen juego de los toros de Domingo Hernández, que permitieron lucirse a los diestros.
Esta tarde quedará grabada como una de las más memorables en la temporada taurina de Santander, con despedidas, reapariciones y triunfos que emocionaron a todos los presentes.