· PRI: proveedor cuadros de MORENA.
La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Disputa Corral – Campos: un asunto polifacético.
· PRI: proveedor cuadros de MORENA.
Nadie puede negar que en la disputa que sostiene el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral Jurado, en los tribunales, contra su correligionaria de partido, la ex alcaldesa y candidata al gobierno estatal, por el PAN, María Eugenia Campos Galván, hay gran desaseo político. Tal conflicto revela el lado más oscuro de la política, muestra todo aquello que se supone que es la antítesis de lo que debe ser el quehacer público, es decir, revela una actuación contraria a lo que la sociedad espera de sus dirigentes políticos. En verdad, no son pocos quienes sostienen que existen indicios suficientes para suponer que hay un involucramiento real de Campos Galván en los hechos de los que Corral le acusa. Sin embargo, no menos cierto es que en la opinión pública también existe un sector importante de personas que percibe que en dicho asunto hay un considerable grado de animadversión personal -misoginia, para muchos- por parte del gobernador, hacia su compañera de partido.
Ha adquirido, sin duda, este conflicto Corral-Campos, un carácter preponderantemente mediático. En las últimas semanas las principales planas de los medios de comunicación han sido ocupadas por las notas sobre el desarrollo del proceso judicial que se le sigue a la ex alcaldesa. Más allá del interés meramente periodístico que el caso reviste, este ha derivado en cuestiones de índole político-electoral, así como en señalamientos hacia la integridad del Poder Judicial del Estado. No han faltado acusaciones, como las de algunos morenistas, que hacen ver la posibilidad de una estrategia urdida por el mismo gobernador para favorecer a la candidata a gobernadora, mediante la apariencia –montaje, dicen ellos- de un profundo distanciamiento entre ella y él.
Tampoco se han hecho esperar versiones que censuran el marcado intervencionismo por el que se ha caracterizado Corral durante su mandato, al ejercer influencia directa sobre jueces y magistrados del TSJ, respecto a aquéllos asuntos que el mandatario tiene especial interés en “dirigir”. Esta última crítica se refiere, sin duda, a todos los casos relacionados con las acusaciones formuladas contra el ex gobernador Cesar Duarte y los ex funcionarios de su administración. A decir de muchos, también el caso de Campos Galván cae en esta hipótesis.
A algunos les ha resultado sorpresiva la postulación de políticos de origen priista, como candidatos de MORENA. Ejemplos como los del ex alcalde de la capital chihuahuense, Marco Quezada, y los de connotadas actoras y actores de otras entidades del país, son muestra del interés con el cual el morenismo ha dado cobijo a personajes y líderes que se formaron al amparo de las siglas tricolores. Mientras Quezada ha sido seleccionado nuevamente como candidato a la alcaldía de Chihuahua -de la cual ya fue titular, por el PRI-, varias mujeres y hombres,
también ex-priistas, han recibido la oportunidad para representar a la insignia morenista en la contienda por las gubernaturas de sus estados.
Entre estos personajes, emanados de las filas del priismo, figuran los siguientes: Clara Luz Flores -ex-alcaldesa de Escobedo-, es candidata al gobierno de Nuevo León; Alfonso Durazo -ex secretario particular del entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio-, obtuvo la candidatura al gobierno de Sonora; David Monreal -hermano del senador Ricardo Monreal, ambos con formación dentro del PRI- postulado para gobernador de Zacatecas –estado que ya gobernó Ricardo-; Miguel Ángel Navarro Quintero, postulado para el gobierno de Nayarit; Layda Sansores, buscará la gubernatura de Campeche -entidad que gobernó su padre-, Lorena Cuéllar -nieta de dos ex -gobernadores de Tlaxcala-, contenderá por el gobierno de ese estado; y Félix Salgado Macedonio -actualmente envuelto en una fuerte controversia por acusaciones de abuso sexual- pretende ser electo como candidato a la gubernatura de Guerrero.
Aunque a muchos les parezca extraña la estrategia morenista de reclutamiento de cuadros de ascendencia tricolor, esto constituye un proceso totalmente lógico y normal, pues es obvio que al ser MORENA un partido nuevo, en formación, aún carece de una estructura propia de cuadros y perfiles que resulte suficiente para cubrir todas las candidaturas, por lo cual, se ve en la necesidad de recurrir a un buen número de mujeres y hombres, cuya trayectoria de formación y experiencia política empezó dentro del PRI.