Enrique Pérez Quintana
El proceso de la sucesión presidencial llegó a su etapa definitiva. En los siguientes meses y hasta el 28 de mayo, estaremos recibiendo el bombardeo de la propaganda de los partidos y la del INE, promoviendo la asistencia a las urnas. Se disputarán más de 20 mil puestos de elección popular. Destaca la presidencia de la república que, con alta posibilidad, será ocupada por primera ocasión por una mujer.
El código electoral indica que en la etapa de las campañas los candidatos pueden plantear a los ciudadanos sus propuestas de gobierno. Así lo hicieron las dos candidatas y el candidato a la presidencia. Coincidieron en señalar que el tema prioritario para el país es el retorno a la seguridad.
La campaña de la candidata de “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez, arrancó en Fresnillo, Zacatecas, ciudad que por años ha padecido el asedio de la delincuencia, clasificada por la OCDE como una de las más peligrosas de México y el mundo, donde la población vive con miedo, los delincuentes agreden a los ciudadanos, se enfrentan las bandas, crímenes se cometen sin que las autoridades locales los frenen y la presencia disuasiva de las fuerzas federales es insuficiente.
En la primera etapa de su campaña Xóchitl Gálvez se ocupó en plantear como haría para recuperar la seguridad y por tanto combatir a la delincuencia. Presentó algunos puntos, entre los que destacan:
Convertir a la Guardia Nacional (GN) en una institución bajo un mando civil que investigue y persiga a la delincuencia, duplicando el número de sus activos para garantizar su presencia en los lugares más afectados por la violencia. Fortalecer a los gobiernos estatales y municipales con recursos y tecnología. Dar fondos federales a las policías municipales para que puedan prevenir el delito. Construir una prisión de alta seguridad que con el uso de alta tecnología impida cualquier posibilidad de escape o de su control por los delincuentes y Financiar un Fondo Nacional de Atención a Víctimas con recursos incautados a criminales.
Su propuesta de construir una prisión de máxima seguridad para los delincuentes de alta peligrosidad generó reacciones en contra en las redes sociales y fue comparada con el sistema carcelario del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que mantiene en prisión a miles de delincuentes y empieza a ser imitado por algunos países.
La candidata Xóchitl Gálvez defendió su propuesta y rechazó que sea similar a la política de mano dura de Bukele. Precisó: “Que quede claro para aquellos que me han cuestionado de esta cárcel de alta seguridad: ahí vamos a mandar a aquellos que se atrevan a seguirle haciendo daño a nuestros jóvenes. Estamos hablando de cárteles de la droga extremadamente peligrosos, de la delincuencia organizada, que ha abierto otras áreas: secuestro, extorsión y demás.”
“Lo que los mexicanos ya no quieren es todo este caos que hoy pasa en las prisiones, necesitamos diseñar una al menos, de muy alta seguridad donde no se fugue un delincuente”.
Conviene recordar que en México existen 447 centros penitenciarios, 5 de ellos son federales, 14 son de máxima seguridad y 3 son de seguridad media. Dejó de operar el complejo de Islas Marías. Lo que significa que no hace falta construir otra cárcel sino erradicar la corrupción de las actuales. El sistema carcelario de máxima seguridad está mal administrado, algunas prisiones tienen carencias notables. La compra del gobierno de cárceles administradas por la iniciativa privada, en términos de seguridad carcelaria, no fue acertada.
La austeridad republicana también llegó a los reclusorios federales del país que se encuentran deteriorados. En el sexenio de López Obrador, el efecto de la política de abrazos no balazos se manifestó en el menor número de detenidos y condenados por delitos federales. El control de algunos de los reclusorios de máxima seguridad sigue siendo incierto.
Mas que una nueva cárcel lo que parece urgente es que realmente funcione el sistema de justicia y que la máxima seguridad de las cárceles sea real. Urge evaluar y cambiar el sistema, hacer una revisión integral y desechar lo que no sirva. Incluyendo malos funcionarios. Como están hoy, las cárceles parecen hotel. No dan Miedo.
El otro tema que Xóchitl Gálvez abordó en el arranque de su campaña fue el de la seguridad social. Al respecto quiso impactar con su propuesta sellando con sangre su compromiso de que, de llegar a la presidencia, no desaparecerá los programas sociales que benefician a los más necesitados en el país. Fue testigo un notario público.
La política tiene un importante ingrediente de teatralidad y Xóchitl Gálvez es buena actriz. Antes de presentar estas propuestas seguramente supo que sería criticada, como sucedió. Pero no importa, porque el objetivo es lograr la adhesión de los votantes y atraer la atención de los radicales ubicados en uno de los extremos de la polarización, además, enviar el mensaje a su adversaria y al presidente de que, de llegar al poder, instrumentará políticas opuestas a las de la 4T.