Sara HUSSEIN
Extensas zonas del sur y el sureste de Asia se enfrentan a una ola de calor que ha provocado récords de temperaturas en lugares como Filipinas o Birmania y ha dejado sin escuela a millones de niños.
El fenómeno puede todavía alargarse días, incluso semanas, con temperaturas por encima de los 40 ºC previstas en varios países como Camboya, Birmania, Vietnam, India o Bangladés y un pronóstico de condiciones meteorológicas «severas» en Tailandia.
Estos meses previos al monzón y la temporada de lluvias en este continente suelen ser cálidos, pero este año las temperaturas se han ubicado muy por encima de la media en numerosos países.
Los expertos lo atribuyen en parte al cambio climático, que olas de calor más frecuentes, largas e intensas y que repercute con más fuerza en Asia que se calienta más rápido que la media mundial, según la Organización Meteorológica Mundial.
A ello hay que sumar el efecto del fenómeno meteorológico El Niño, apunta a la AFP Milton Speer, meteorólogo e investigador de la Universidad de Tecnología de Sídney.
«La ausencia de nubes por el Niño significa que las temperaturas son susceptibles de ser más elevadas de media», afirma.
En la superficie del mar, las temperaturas ya se encuentran varios grados por encima de lo normal, «lo que contribuye a mantenerlas más elevadas que la media tierra adentro durante la noche» y «repuntar a partir de una base más elevada» durante el día.
También entran en juego otros factores como la deforestación en las zonas afectadas, que reduce la sombra y aumenta la superficie seca, y la urbanización, puesto que las estructuras de hormigón, cristal y acero absorben el calor en vez de reflectarlo.
– Estrés térmico para los niños –
El calor extremo afecta más a los niños, los ancianos y las personas con enfermedades previas. Además, se ceba con las clases más desfavorecidas, sin soluciones para enfriar la casa y a menudo obligados a trabajar sin las condiciones de protección térmica adecuadas.
Unicef advirtió que 243 millones de niños en el Pacífico y Asia Oriental están amenazados por las olas de calor.
«La exposición de niños a olas de calor provoca un estrés térmico», explica a la AFP Salwa Aleryani, especialista de sanidad en la oficina regional de Unicef.
«Pueden desarrollarse problemas graves, como enfermedades cardiovasculares, fallos de órganos o disfunciones musculares y nerviosas», advierte.
Ante estos riesgos, las autoridades de varios países pidieron a sus ciudadanos quedarse en casa. Nepal colocó en situación de alerta a sus hospitales y Camboya pidió a sus escuelas mantener las puertas y las ventanas abiertas para la ventilación.
En Filipinas y Bangladés fueron más allá y decidieron cerrar las escuelas durante varios días.
Pero dada la ausencia de climatización o de métodos de construcción adaptados, muchos niños no se beneficiaban en casa de temperaturas más frescas que si hubieran ido a la escuela, señala Aleryani, de Unicef.
Las altas temperaturas pueden quedarse todavía durante un tiempo en la región.
En Bangladés no se prevé que bajen antes del jueves y en Tailandia la previsión es que las lluvias anuales no lleguen antes de finales de mayo, semanas más tarde de lo habitual.
Y aunque llegue el monzón, la tendencia general al calentamiento va a continuar, predice Milton Speer.
«Las olas de calor continuarán produciéndose más a menudo porque los océanos y la atmósfera se calientan progresivamente debido al calentamiento climático», señala el meteorológico, que también augura riesgos para los cultivos y el ganado.
Por ello, este experto subraya la importancia de adaptarse a este clima más cálido y de ofrecer, por ejemplo, «estructuras sostenibles con climatización en los barrios, donde la gente pueda ir durante el día y a dormir por la noche».
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