Historia de MARIO GUZMÁN
Orgullo azteca. Emanuel Navarrete (38-3, 31 KO’s) y Óscar Valdez (30-2, 23 KO’s) no se guardaron nada y libraron una gran guerra en la Desert Diamond Arena, Glendale. en donde El Vaquero terminó reteniendo el título mundial OMB superpluma tras imponerse por decisión unánime al boxeador olímpico por 116-112, 118-110 y 119-109.
El nacido en San Juan Zitlaltepec, Estado de México, tuvo que afrontar el último tercio de la pelea con la mano derecha lesionada, sin embargo, el castigo que ya había ejercido sobre el pómulo derecho de Valdez le ayudó a mantener el dominio y así llevarse la victoria.
Desde la campanada de arranque, el Vaquero Navarrete hizo sentir el poderío de su pegada sobre Óscar. Su impredecible y constante uppercut de izquierda que llegaba de ángulos poco comunes lograban encontrar siempre como destino la quijada del boxeador olímpico.
El alcance estaba siendo clave en la pelea de Emanuel, pues cada que Valdez quería acortar la distancia se topaba con el jab de izquierda que entraba contundente en el pómulo derecho que a la postre causaría estragos.
Para el cierre del primer cuarto de la pelea, Navarrete sorprendía esquivando y conectando con gancho de derecha y retocando la mandíbula del sonorense con el upper de izquierda. Óscar quería contestar, pero los golpes del Vaquero parecían caer con más fuerza que los suyo,
El campeón estaba domando el cuadrilátero, pues cada que caía un volado del de Nogales, evitaba que hubiera remate, contestando con un gran volumen de golpes, sin embargo, la pelea daría un giro drástico cuando Emanuel informaba al término del séptimo asalto que las manos le dolían.
Valdez aprovechó las circunstancias para vivir su mejor momento en el octavo asalto, donde con un derechazo lograba girar por primera vez la cabeza de Navarrete, luego se fue hacia el frente y soltó una gran combinación de volado con doble gancho de zurda, pero la campana los regresaba a la esquina.
El público apoyaba a Óscar, quien comenzaba a tomar el centro y atacaba la zona hepática de Navarrete, que ya no soltaba la mano derecha para nada, era más que evidente su lesión.
Para los últimos tres rounds, Valdez ya flaqueaba las piernas y el pómulo derecho estaba destruido, mientras que Navarrete peleaba a una sola mano. El orgullo de ambos los llevó a terminar la pelea fajándose en el medio del ring, dejando a todos los fanáticos de pie y exigiendo una revancha.
»Yo creo que la gente es el mejor testigo, yo me siento muy bien gracias a dios que gané, Valadez le agradezco mucho la posición que mantuvo toda la pelea, es un guerrero mexicano como siempre lo hemos remarcado y pues ya la gente y los televidentes van a andar ahí apretando si quieren la revancha y si no pues no pasa nada seguiremos con nuestro camino, muchas gracias», declaró El Vaquero tras la incertidumbre por si existirá una revancha.