Se integró al programa en 1982. Pero no era la primera vez que aparecía en la barra de entretenimiento de la empresa. Un sector del público ya la tenía identificada desde 1980 como la niña que figuró con su personaje de Adriana junto a María Victoria en Mis huéspedes, un contenido familiar de comedia.
Su incursión en Chiquilladas vino acompañada de otro trampolín para su naciente carrera, la telenovela Chispita. En ambos contenidos compartió créditos con Lucerito, la estrella infantil del momento. La diferencia entre uno y otro es que en el melodrama interpretó a Lili, la villana antagonista que le hizo la vida imposible a Chispita (Lucero).
Pese a interpretar a la niña mala de la historia que no quiere a su hermana adoptiva y le hace la vida de cuadritos, Velasco fue muy querida por la audiencia. Su popularidad se debió a la naturalidad de su persona e imagen: uso de lentes, dos moños relucientes, dos colitas de caballo y un carácter ocurrente.
Tal fue su conexión con niños y niñas que también fue invitada a participar en cine con la película La niña de los hoyitos (Rubén Galindo, 1984) junto a Pedrito Fernández, Joaquín Cordero y Maricruz Olivier. Este trabajo se filmó en 1982 pero se estrenó dos años después.
El éxito de Chispita fue descomunal. Por tal motivo, Televisa organizó un concurso para encontrar a la doble de Lucerito en su papel de Chispita. A través del programa XE-TU que conducía el actor René Casados, cientos de niñas se inscribieron para participar. Al final quedaron electas alrededor de 50. La ganadora fue una adolescente regiomontana de 14 años llamada Gloria Treviño, quien más tarde se hizo nombrar Gloria Trevi.
Para ese entonces ya trabajaba en Televisa un promotor artístico y músico que quería posicionarse como tal entre los padres de talentos infantiles femeninos para que le concedieran la oportunidad de conducir las carreras de sus hijas. Ese hombre era Sergio Andrade, quien se interesaba en niñas y adolescentes como sus prospectos. En ese instante se desempeñaba como director musical de Chiquilladas y Alegrías de mediodía.
Notando el impacto y trascendencia que tenía Usi Velasco entre la audiencia, Andrade se acercó a su familia para que le autorizaran el manejo de la trayectoria profesional de su hija ante el ofrecimiento que ella recibió de una disquera.
«Cuando empezamos a crecer todos en el ambiente artístico, es decir, cuando empiezas a cantar y bailar, había disqueras en aquel entonces, no es como ahora que todo es por Spotify. Te mandaba a llamar una disquera. Entonces a mí me llamaron y él fue a mi casa a decir que me quería preparar», describe en entrevista con Irene Moreno para el programa El show debe continuar.
La sabia decisión de sus padres que la protegió de lúgubre destino
Sus padres agradecieron que se fijara en Usi pero no estuvieron dispuestos a que su hija saliera de su hogar siendo menor de edad, 13 años. Lejos de apreciar conductas raras o tener desconfianza hacia el productor, su negativa fue porque no consideraron prudente que la niña tuviera una carrera de adulta.
«A la primera persona que fue a buscar Sergio Andrade fue a mí. Fue a decirle a mis papás que me quería catapultar y hacerme super famosa, pero mis papás le dijeron que no, que por lo pronto yo no me podía ir del seno familiar a una casa a tomar clases de baile, canto y actuación. Me salvé», le contó Velasco a la periodista Angélica Palacios.
Y sí, se salvó. Tras ese intento fallido con Usi, Andrade volteó hacia la ganadora del concurso de Chispita y otras chicas más para conformar y lanzar al grupo musical Boquitas pintadas en 1984 con la producción del álbum del debut.
«Sería mentira inventar que lo hacía con alguna otra intención. Yo digo las cosas como son, no puedo hablar mal. Sí pasó que fue a mi casa. Después de ver todo lo que pasó… Me salvé, ¿no?», dijo a Moreno.
Mientras tanto, Velasco fue alejándose paulatinamente del perfil infantil que la caracterizaba. Para 1984 ya tenía 15 años, y a pesar de aparentar siempre menor edad de la que tenía, su adolescencia implicó cambios como la voz. Se integró al elenco de Vaselina con Timbiriche en la primera generación de esa puesta en escena e interpretó a Frenchy.
Un año después apareció en la película Cementerio de terror (Rubén Galindo Jr., 1985) y dejó de salir en Chiquilladas. En 1987 figuró en la serie Papá soltero como amiga de Alejandra (Edith Márquez) y tuvo participaciones en el serial melodramático conducido por Silvia Pinal que fue Mujer, casos de la vida real.
De la nada, y sin avisar, Usi Velasco desapareció del medio artístico al culminar la década de los ’80. Reapareció en televisión en 2016 en la telenovela Los güeros también somos nacos y en 2017 con el programa Lo que dice el dicho. Estando en la cúspide de una carrera promisoria y querida por los espectadores, la actriz se alejó para estudiar odontología y formar un hogar con dos hijos.
Dejó de ejercer como dentista para dedicarse a la publicidad en medios periodísticos como Reforma y El Universal, oficio que desempeñó hasta que llegó la pandemia. Actualmente aplica sus conocimientos de mercadotecnia en desarrollos de centros comerciales.