(EFE).- Todo procede con una rara tranquilidad este año en el Festival de Sanremo, en el pasado foco de reivindicaciones y polémicas, y mañana concluirá una edición de aires clásicos con el anuncio de su canción ganadora, con un conmovedor tema sobre el alzheimer como gran favorito.
La gala final será retransmitida desde las 20:45 hora local (19:45 GMT) por la televisión pública RAI y se alargará hasta pasada la medianoche para poner el broche a cinco días en los que Italia no ha hablado de otra cosa.
Este mítico festival, con altibajos en su popularidad en sus 75 años de historia, tenía como principal reto este año seguir atrayendo al público tras la marcha de su anterior director, Amadeus, que en su quinquenio cosechó audiencias récord y atrapó a los más jóvenes (él apostó por el grupo Maneskin, con quienes Italia ganó Eurovisión en 2021).
Para ello, se encomendó a otro viejo conocido, Carlo Conti, quien ya lo dirigió entre 2015 y 2017, y aunque el éxito ha resistido, los datos dejan entrever un leve y progresivo desinterés del público.
La primera noche, el martes, acaparó una cuota de pantalla de la friolera del 65,3 %; en la segunda, del 64,5 % y en la tercera del 59,8 %. Falta por saber qué logrará este viernes, dedicado a los duetos, y en la final del sábado.
Compiten 29 artistas pero, a tenor de las últimas votaciones, ya empiezan a despuntar algunas favoritas, como la balada ‘La cura per me’ de Giorgia, ‘Inconscienti giovani’ del camaleónico Achille Lauro o la tierna ‘Volevo essere un duro’ del debutante Lucio Corsi.
También ha gustado ‘Battito’, un tema intenso en el que el rapero Fedez confiesa su lucha interior, unos versos escuchados con gran interés en medio de la vorágine desatada por su divorcio con la ‘influencer’ Chiara Ferragni y otros líos sentimentales.
Y otras, aunque con menos opciones, ya empiezan a arrasar entre las redes sociales, como la pegadiza ‘Cuoricini’ del dúo Coma_Cose o ‘Balorda nostalgia’ de Olly, un fenómeno para los y las más jóvenes.
Pero la gran sorpresa ha sido ‘Quando sarai piccola’, la canción que Simone Cristicchi dedica a una madre con alzheimer y que ha hecho llorar al auditorio, situándole en una buena posición para ganar de nuevo, pues ya lo hizo en 2007 con la misma fórmula, un tema sentimental sobre un manicomio, ‘Ti regalerò una rosa’.
Cristicchi, que ha entusiasmado a asociaciones como los ‘ProVida’, ha asegurado que ya intentó llevar a Sanremo este tema hace cinco años pero que Amadeus la rechazó: «Ahora se lo agradezco porque en sus festivales me habría sentido fuera de lugar», ha reprochado.
Lo que ocurre sobre las tablas del Teatro Ariston, las mismas que vieron nacer a artistas como Laura Pausini o Eros Ramazzotti, suele también interpretarse como un espejo de la sociedad italiana pero este año, con Carlo Conti, todo ha sido excepcionalmente normal.
Lejos quedan ya actuaciones como las del cantautor italiano Ghali, de orígenes tunecinos, quien el año pasado proclamó ‘stop genocidio’ en Gaza tras cantar un himno ambientalista; o cuando el rapero Fedez rompió en directo la foto de un viceministro, soliviantando al gobierno ultraderechista de Giorgia Meloni.
El nuevo Sanremo no ha dado cabida a proclamas políticas y, como única referencia a la actualidad, llamó a la paz en Oriente Medio juntando a cantar ‘Imagine’ a la cantante israelí Noa y a la palestina Mira Awad (esta también con la nacionalidad de Israel).
En el primer festival dirigido por una apuesta de la RAI «meloniana», se pudo escuchar por primera vez la voz del papa, que lanzó su mensaje pacifista por video.
La única que ha roto el molde de la corrección ha sido Elodi quien, preguntada en una rueda de prensa si votaría a Meloni, respondió con un tajante «ni aunque me cortaran una mano».
Incluso cuando el primer día se preguntó al director artístico si era «antifascista», declaró que «sí, claro» pero apostillando entre risas que ese era un tema «un poco anacrónico» en 2025.
Sanremo, según estatuto, también elegirá el próximo representante italiano de Eurovisión y el ganador deberá aceptar o rechazar esa ‘euromisión’, al que suele reservarse a la rueda de prensa posterior a la final, en la mañana del domingo.
Gonzalo Sánchez
(c) Agencia EFE