JESÚS TORRES GÓMEZ
Un millón doscientas mil personas se dieron cita en el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México el pasado veintisiete de noviembre, convocados por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, en la que ha sido calificada como la mayor marcha en toda la historia de México. La gente se dio cita en el Ángel de la Independencia y llegaban desde el Auditorio Nacional por un lado y desde el centro y calles aledañas por el otro hasta encontrarse en el Ángel de la Independencia. A partir de las nueve de la mañana comenzó la marcha que en diminutos pasos podía hacer el presidente de México ante la multitud que lo rodeaba, para así, después de casi cinco horas, llegar al Zócalo Capitalino abarrotado. No sólo fue la marcha más grande registrada en la historia de México, fue una marcha libre, sin acarreados como pudimos constatar los cientos de miles de personas que asistimos a la misma, fue libre, intensa, la gente feliz coreaba las consignas de “Es un honor, estar con Obrador” o la clásica de “El pueblo, unido, jamás será vencido”. Las pancartas que iban desde la filosófica “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, pasando por la romántica de “Amor, con amor se paga”, hasta llegar a la inigualable “No vengo por tortas, ni por tamales, vengo por mis huevos”. Además, fue también pacífica, no se vieron policías en la marcha, no había tampoco miembros de la guardia nacional, ni cercas para proteger edificios públicos o centros comerciales, la gente hermanada estaba feliz, emocionada de tener al presidente entregado, totalmente expuesto a sus conciudadanos quienes al notar que el presidente podría ser aplastado por la propia multitud gritaban “cuídenlo” “cuídenlo”. Una entrega mutua, recíproca entre pueblo y jefe de gobierno, una comunión perfecta entre el pueblo mandante y el presidente mandatario, un verdadero idilio amoroso, se respiraba buena vibra, entusiasmo, y esperanza, el Tigre, impresionante, enorme y majestuoso, contento, satisfecho, marchando, calmado, junto con el presidente de México en perfecta armonía y complicidad. Para los ciudadanos de hoy, es la primera vez que observamos el verdadero gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. No es el gobierno de una oligarquía en busca de sus propios intereses utilizando a una clase política corrupta y podrida Fue una marcha que con admiración fue observada también por los visitantes extranjeros que paseaban en esos momentos por la Ciudad, fue también un fenómeno observado por propios y extraños y que pone nuevamente a México como un ejemplo a seguir por otros gobernantes. También demuestra al interior y al exterior la cohesión del presidente con la enorme mayoría de ciudadanos, lo cual lo hace invencible políticamente hablando. Es muy fácil buscar derrocar a un presidente corrupto que actúa en contra de su pueblo y por el contrario un presidente que disfruta del aprecio y en este caso del amor de su pueblo se ve fortalecido en gran manera. Ojalá este gobierno del pueblo se institucionalice, es tarea final del presidente dejar totalmente empoderado al pueblo de México. No se olviden, el Tigre, ya está suelto, así está en paz, y no volverá a ser enjaulado. Mtro. Jesús Torres Gómez. https://www.milenio.com/opinion/jesus-torres-gomez/reviraciones/la-marcha-mas-grande-en-la-historia-de-mexico