‘Una gran cicatriz rocosa’ está emergiendo en Barry Arm y desde hace algunos años ha seguido creciendo
Agencias
Un grupo de científicos alerta sobre un megatsunami que podría arrasar con ciudades enteras en Alaska
Alaska es conocida por el intenso frío la mayor parte del año, sus maravillas naturales y baja densidad poblacional.
Sin embargo, si habría que definir al estado más grande de los Estados Unidos por los fenómenos naturales que ocurren en su territorio, no podríamos olvidarnos de las espectaculares auroras borales y al mismo tiempo, de su alta sismicidad que ha provocado algunos de los terremotos más poderosos de los que se tiene registro.
Debajo de las costas de Alaska corre el Cinturón de Fuego del Pacífico, la zona donde se producen más del 90 % de terremotos de todo el mundo.
La interacción entre la Placa Norteamericana y la del Pacífico provoca que todos los días se registren sismos de imperceptibles a leves en las principales ciudades alaskeñas; no obstante, algunos cuantos tienen el potencial para generar movimientos violentos, deslaves y tsunamis con olas de decenas de metros de altura.
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Si a este contexto tectónico se le une el derretimiento de glaciares masivos a causa del cambio climático, el resultado no puede ser otro que un desastre:
En mayo de 2020, un grupo de científicos firmó una carta abierta advirtiendo sobre el enorme peligro que conlleva el deslizamiento de tierra de una lareda inestable sobre el Glaciar Barry, ubicado a 96 kilómetros de Anchorage, la capital de Alaska.
El grupo de expertos explica que ‘una gran cicatriz rocosa’ está emergiendo en Barry Arm y desde hace algunos años ha seguido creciendo, una señal inequívoca de que se está produciendo un deslizamiento lento y gradual que en caso de continuar abruptamente, podría provocar un megatsunami nunca antes visto.
Megatsunamis: olas de cientos de metros de altura
Los científicos aseguran que los megatsunamis provocados por deslizamientos en Alaska y Groenlandia son cada vez más frecuentes por el calentamiento global y derretimiento de los glaciares. Además, ejemplifican la gravedad del deslizamiento en curso con otro evento ocurrido en 2015 en el fiordo de Taan, que causó olas que alcanzaron hasta 193 metros de altura.
Y aunque el deslizamiento de Taan y el posterior megatsunami no provocaron víctimas mortales debido a que se trata de una zona despoblada y lejana a cualquier actividad humana, el potencial destructivo del Glaciar Barry podría “impactar áreas frecuentadas por turistas, barcos pesqueros y cazadores, es decir, potencialmente a cientos de personas a la vez”.
El grupo de científicos firmantes utiliza el ejemplo del fiordo de Karrat en Groenlandia, donde un deslizamiento en junio de 2017 provocó un tsunami similar en el que fallecieron cuatro personas, con daños catastróficos que alcanzaron hasta 32 kilómetros del sitio donde se produjo.
En este caso, “el brazo es mucho más grande que cualquiera de estos ejemplos y, por lo tanto, tiene el potencial de producir un tsunami más grande. que podría tener impactos en todo Prince William Sound”, alertan los geólogos.
Este evento podría ocurrir en un lapso de entre 12 meses y 20 años. Tomando en cuenta la alta sismicidad, la lluvia intensa y el rápido deshielo, los geólogos consideran que el megatsunami podría ocurrir en cualquier momento durante ese tiempo y llaman a las autoridades a tomar cartas en el asunto para evitar una tragedia.
Fuente: www.muyinteresante.com.mx