Rafael Mathus Ruiz
WASHINGTON — Un duro y polémico informe del Departamento de Justicia sobre el presidente, Joe Biden, desató un vendaval político en Estados Unidos al poner en duda su agudeza mental y describirlo como “un anciano simpático, bien intencionado y con mala memoria”.
Anoche, visiblemente molesto, Biden convocó a la prensa y brindó un discurso fuera de agenda para responder personalmente al informe, una reacción intempestiva que terminó por echar más leña al fuego.
“Mi memoria está bien. Miren lo que he hecho desde que soy presidente”, refutó Biden, en un tenso ida y vuelta con los periodistas en la Casa Blanca.
La descripción sobre Biden aparece en el informe final del Fiscal Especial, Robert Hur, en la investigación federal a Biden por haber retenido documentos cuando dejó el gobierno de Barack Obama, en el que fue vicepresidente. Aunque Hur encontró pruebas de que Biden “retuvo y reveló intencionalmente” información clasificada, lo exoneró y descartó cualquier acusación formal contra el presidente porque concluyó que –a diferencia de lo que ocurrió con Trump, quien enfrenta un juicio en Washington por el mismo tema– la evidencia contra Biden “no establece la culpabilidad más allá de toda duda razonable”. Pero sus cuestionamientos a la memoria de Biden terminaron por opacar por completo el desenlace de la investigación.
“También hemos considerado que, en un juicio, el Sr. Biden probablemente se presentaría ante un jurado, como lo hizo durante nuestra entrevista, como un anciano simpático, bien intencionado y con mala memoria”, apuntó el informe.
Ante ese panorama, Hur evaluó que ningún jurado condenaría a Biden.
Tanto o más importante que su conclusión, el informe de Hur, que cubrió casi toda la vida política de Biden, tocó una fibra en la Casa Blanca al poner por escrito un tema instalado desde hace ya un tiempo en el debate político de Estados Unidos: si Biden, a sus 81 años, está en condiciones de ser presidente o no.
El trabajo señala que la memoria de Biden “fue significativamente limitada” durante las entrevistas con los investigadores, y las conversaciones eran “a menudo dolorosamente lentas”, y que Biden se esforzaba “por recordar eventos” y también “para leer y transmitir sus propias anotaciones”. El informe de Hur también dice que la memoria de Biden fue todavía “peor” en una entrevista en su oficina, en la cual tuvo problemas para recordar cuándo fue vicepresidente, o cuándo murió su hijo, Beau Biden. La mala memoria de Biden parece ser uno de los motivos principales por los que Hur decidió evitar recomendar la presentación formal de cargos contra el presidente, aunque también el Departamento de Justicia de Estados Unidos tiene una larga tradición de evitar procesar a presidentes en ejercicio.
“Incluso hay referencia de que no recuerdo cuándo murió mi hijo. ¿Cómo diablos se atreve a plantear eso?”, dijo Biden anoche en la Casa Blanca “No necesito que nadie me recuerde cuándo falleció”, añadió.
Hur también se preocupó por diferenciar el desmanejo de material clasificado de Biden del de Trump, al mencionar “distinciones materiales” entre ambos casos. Biden cooperó desde el principio con los investigadores federales, mientras que Trump no lo hizo, y mientras Biden entregó los documentos, el FBI debió hacer una redada en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Palm Beach, para recuperar los documentos.
“No es nuestra función evaluar los cargos penales pendientes contra Trump, pero varias distinciones materiales entre el caso de Trump y el de Biden son claras. A diferencia de las pruebas que involucran a Biden, las acusaciones expuestas en la acusación contra Trump, si se prueban, presentarían hechos agravantes graves”, indicó el Fiscal Especial.
Apenas salió el informe de Hur, la Casa Blanca difundió un comunicado preparado que no incluía ninguna mención alguna a la memoria del presidente. En ese mensaje, Biden dijo que la investigación había sido “exhaustiva”, y destacó la conclusión a la que siempre creyó que se llegaría: ninguna acusación. Biden luego brindó un discurso –que si estaba en agenda– en el que volvió a hacer referencia al informe, siempre en el mismo tono del comunicado.
“La conclusión es que, en mi caso, el fiscal especial decidió no seguir adelante con ningún cargo. Este asunto ya está cerrado”, dijo Biden.
Respuesta y otro desliz
Ya entrada la noche en Washington, la Casa Blanca anunció que Biden daría un mensaje que no estaba en la agenda original del mandatario. El resultado fue el tenso ida y vuelta con la prensa que terminó por alimentar la narrativa sobre su salud mental. Biden incluso se enfrentó a la pregunta de si está en condiciones o no de ser nuevamente candidato.
“Mi memoria está bien. miren lo que he hecho desde que soy presidente”, respondió el mandatario. “Soy la persona más calificada en el país para ser presidente y terminar el trabajo que empecé”, dijo Biden.
Biden ya había quedado mal parado esta semana al confundir en un discurso al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con François Miterrand, el antiguo líder francés quien murió en 1996. El nombre apareció corregido luego en la transcripción del discurso que difundió la Casa Blanca. Anoche tuvo otro desliz: Biden confundió al líder egipcio Abdelfatah Al-Sisi con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando hizo referencia a una conversación entre ambos para acelerar el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza
Los abogados de Biden ya habían dejado una respuesta por escrito en el informe a los planteos por la memoria del presidente.
“No creemos que el tratamiento que se da en el informe a la memoria del presidente Biden sea exacto o apropiado”, escribieron los abogados de Biden, Richard Sauber y Bob Bauer. “Los informes utilizan un lenguaje muy prejuicioso para describir un hecho común entre los testigos: la falta de recuerdo de acontecimientos ocurridos hace años. Tales comentarios no tienen cabida en un informe del Departamento de Justicia, particularmente uno que en el primer párrafo anuncia que no se justifican cargos criminales y que las pruebas no establecen la culpabilidad del Sr. Biden, entonces discutir el impacto del jurado del testimonio hipotético del presidente Biden en un juicio que nunca ocurrirá es completamente superfluo”, afirmaron..
Trump y Biden bajo la lupa
La agudeza mental de Biden ya es uno de los principales temas de discusión en la campaña presidencial. Aunque Biden mantiene una agenda de trabajo similar a la de cualquier otro mandatario y su círculo de confianza y sus aliados sostienen que el presidente goza de buena salud y está afilado, su vejez y sus deslices incomodan a los votantes, coinciden las encuestas. Gane quien gane en la próxima elección presidencial, Estados Unidos tendrá un presidente octogenario, algo que la mayoría de los norteamericanos preferiría evitar, coinciden los sondeos.
El informe de Hur puso por primera vez esas preocupaciones en letras de molde en un informe oficial, y le dio munición gruesa a los republicanos y a la campaña de Trmp.
Los republicanos salieron rápidamente a defenestrar al presidente, ya contra las cuerdas políticamente por su edad, y varios senadores demócratas salieron en su defensa. El senador demócrata Richard Blumenthal dijo que Biden está “tan afilado como siempre” y que en todo caso será el pueblo norteamericano quien juzgue su agudeza mental, y no Hur. Y el senador por West Virginia, Joe Manchin, dijo que Biden siempre está “muy lúcido” cada vez que hablan.
La cúpula del Partido Rebublicano en la Cámara de Representantes sacó un durísimo comunicado contra Hur por haber eximido de culpa a Biden –a diferencia de lo que ocurrió con Trump–, pero a la vez usó su trabajo para atacar a Biden.
WASHINGTON — Un duro y polémico informe del Departamento de Justicia sobre el presidente, Joe Biden, desató un vendaval político en Estados Unidos al poner en duda su agudeza mental y describirlo como “un anciano simpático, bien intencionado y con mala memoria”.
Anoche, visiblemente molesto, Biden convocó a la prensa y brindó un discurso fuera de agenda para responder personalmente al informe, una reacción intempestiva que terminó por echar más leña al fuego.
“Mi memoria está bien. Miren lo que he hecho desde que soy presidente”, refutó Biden, en un tenso ida y vuelta con los periodistas en la Casa Blanca.
La descripción sobre Biden aparece en el informe final del Fiscal Especial, Robert Hur, en la investigación federal a Biden por haber retenido documentos cuando dejó el gobierno de Barack Obama, en el que fue vicepresidente. Aunque Hur encontró pruebas de que Biden “retuvo y reveló intencionalmente” información clasificada, lo exoneró y descartó cualquier acusación formal contra el presidente porque concluyó que –a diferencia de lo que ocurrió con Trump, quien enfrenta un juicio en Washington por el mismo tema– la evidencia contra Biden “no establece la culpabilidad más allá de toda duda razonable”. Pero sus cuestionamientos a la memoria de Biden terminaron por opacar por completo el desenlace de la investigación.
“También hemos considerado que, en un juicio, el Sr. Biden probablemente se presentaría ante un jurado, como lo hizo durante nuestra entrevista, como un anciano simpático, bien intencionado y con mala memoria”, apuntó el informe.
Ante ese panorama, Hur evaluó que ningún jurado condenaría a Biden.
Tanto o más importante que su conclusión, el informe de Hur, que cubrió casi toda la vida política de Biden, tocó una fibra en la Casa Blanca al poner por escrito un tema instalado desde hace ya un tiempo en el debate político de Estados Unidos: si Biden, a sus 81 años, está en condiciones de ser presidente o no.
El trabajo señala que la memoria de Biden “fue significativamente limitada” durante las entrevistas con los investigadores, y las conversaciones eran “a menudo dolorosamente lentas”, y que Biden se esforzaba “por recordar eventos” y también “para leer y transmitir sus propias anotaciones”. El informe de Hur también dice que la memoria de Biden fue todavía “peor” en una entrevista en su oficina, en la cual tuvo problemas para recordar cuándo fue vicepresidente, o cuándo murió su hijo, Beau Biden. La mala memoria de Biden parece ser uno de los motivos principales por los que Hur decidió evitar recomendar la presentación formal de cargos contra el presidente, aunque también el Departamento de Justicia de Estados Unidos tiene una larga tradición de evitar procesar a presidentes en ejercicio.
“Incluso hay referencia de que no recuerdo cuándo murió mi hijo. ¿Cómo diablos se atreve a plantear eso?”, dijo Biden anoche en la Casa Blanca “No necesito que nadie me recuerde cuándo falleció”, añadió.
Hur también se preocupó por diferenciar el desmanejo de material clasificado de Biden del de Trump, al mencionar “distinciones materiales” entre ambos casos. Biden cooperó desde el principio con los investigadores federales, mientras que Trump no lo hizo, y mientras Biden entregó los documentos, el FBI debió hacer una redada en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Palm Beach, para recuperar los documentos.
“No es nuestra función evaluar los cargos penales pendientes contra Trump, pero varias distinciones materiales entre el caso de Trump y el de Biden son claras. A diferencia de las pruebas que involucran a Biden, las acusaciones expuestas en la acusación contra Trump, si se prueban, presentarían hechos agravantes graves”, indicó el Fiscal Especial.
Apenas salió el informe de Hur, la Casa Blanca difundió un comunicado preparado que no incluía ninguna mención alguna a la memoria del presidente. En ese mensaje, Biden dijo que la investigación había sido “exhaustiva”, y destacó la conclusión a la que siempre creyó que se llegaría: ninguna acusación. Biden luego brindó un discurso –que si estaba en agenda– en el que volvió a hacer referencia al informe, siempre en el mismo tono del comunicado.
“La conclusión es que, en mi caso, el fiscal especial decidió no seguir adelante con ningún cargo. Este asunto ya está cerrado”, dijo Biden.
Respuesta y otro desliz
Ya entrada la noche en Washington, la Casa Blanca anunció que Biden daría un mensaje que no estaba en la agenda original del mandatario. El resultado fue el tenso ida y vuelta con la prensa que terminó por alimentar la narrativa sobre su salud mental. Biden incluso se enfrentó a la pregunta de si está en condiciones o no de ser nuevamente candidato.
“Mi memoria está bien. miren lo que he hecho desde que soy presidente”, respondió el mandatario. “Soy la persona más calificada en el país para ser presidente y terminar el trabajo que empecé”, dijo Biden.
Biden ya había quedado mal parado esta semana al confundir en un discurso al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con François Miterrand, el antiguo líder francés quien murió en 1996. El nombre apareció corregido luego en la transcripción del discurso que difundió la Casa Blanca. Anoche tuvo otro desliz: Biden confundió al líder egipcio Abdelfatah Al-Sisi con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando hizo referencia a una conversación entre ambos para acelerar el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza
Los abogados de Biden ya habían dejado una respuesta por escrito en el informe a los planteos por la memoria del presidente.
“No creemos que el tratamiento que se da en el informe a la memoria del presidente Biden sea exacto o apropiado”, escribieron los abogados de Biden, Richard Sauber y Bob Bauer. “Los informes utilizan un lenguaje muy prejuicioso para describir un hecho común entre los testigos: la falta de recuerdo de acontecimientos ocurridos hace años. Tales comentarios no tienen cabida en un informe del Departamento de Justicia, particularmente uno que en el primer párrafo anuncia que no se justifican cargos criminales y que las pruebas no establecen la culpabilidad del Sr. Biden, entonces discutir el impacto del jurado del testimonio hipotético del presidente Biden en un juicio que nunca ocurrirá es completamente superfluo”, afirmaron..
Trump y Biden bajo la lupa
La agudeza mental de Biden ya es uno de los principales temas de discusión en la campaña presidencial. Aunque Biden mantiene una agenda de trabajo similar a la de cualquier otro mandatario y su círculo de confianza y sus aliados sostienen que el presidente goza de buena salud y está afilado, su vejez y sus deslices incomodan a los votantes, coinciden las encuestas. Gane quien gane en la próxima elección presidencial, Estados Unidos tendrá un presidente octogenario, algo que la mayoría de los norteamericanos preferiría evitar, coinciden los sondeos.
El informe de Hur puso por primera vez esas preocupaciones en letras de molde en un informe oficial, y le dio munición gruesa a los republicanos y a la campaña de Trmp.
Los republicanos salieron rápidamente a defenestrar al presidente, ya contra las cuerdas políticamente por su edad, y varios senadores demócratas salieron en su defensa. El senador demócrata Richard Blumenthal dijo que Biden está “tan afilado como siempre” y que en todo caso será el pueblo norteamericano quien juzgue su agudeza mental, y no Hur. Y el senador por West Virginia, Joe Manchin, dijo que Biden siempre está “muy lúcido” cada vez que hablan.
La cúpula del Partido Rebublicano en la Cámara de Representantes sacó un durísimo comunicado contra Hur por haber eximido de culpa a Biden –a diferencia de lo que ocurrió con Trump–, pero a la vez usó su trabajo para atacar a Biden.
“Entre las partes más inquietantes de este informe se encuentra la justificación del Fiscal Especial para no recomendar cargos: a saber, que la memoria del presidente tenía tales “limitaciones significativas” que no pudo convencer a un jurado de que el presidente mantenía un “estado mental de obstinación” que un grave el delito requiere”, indica el comunicado. “Un hombre demasiado incapaz de rendir cuentas por el mal manejo de información clasificada ciertamente no es apto para la Oficina Oval”, cierra.