El Universal
(EL UNIVERSAL).- Cuando se le preguntó a Carlos Reinoso, leyenda del América y uno de los mejores extranjeros que ha llegado al futbol mexicano, quién, en su opinión era el mejor jugador mexicano de todos los tiempos, no dudó en responder: «Fernando Bustos».
Y un 23 de septiembre de 1979, el multiganador de títulos con Cruz Azul falleció… Hace 45 años.
Dicen que jugaba de extremo izquierdo, otros lo vieron por la derecha… Unos más hablaban de él como enganche, pero la realidad es que el nacido en la Ciudad de México se volvió pieza fundamental de La Máquina tanto en su ascenso a Primera División como en la obtención de varios títulos de liga para los cementeros en los 70.
Con Cruz Azul, Bustos ganó 6 campeonatos de Liga, además de una Copa, dos torneos de la Concacaf y dos campeón de campeones. Ese equipo lo conformaban también figuras como Miguel Marín, Alberto Quintanilla, Héctor Pulido y Octavio Muciño.
Cerca del final de la década de los 70, las lesiones comenzaron a restarle capacidad en la cancha. Las rodillas no aguantaban más. Se fue un año al hoy desaparecido Atlético Español, para tratar de recuperarse, esto no se dio. Regresó a Cruz Azul a retirarse en 1979, en un juego ante el Guadalajara, dónde marcó un gol.
Y dijo adiós.
La muerte de Fernando Bustos
El 23 de septiembre de 1979, Fernando Bustos disfrutaba de sus primeros días como jugador retirado.
Pero no lo disfrutó mucho.
Apenas cinco meses después, Bustos, a quien su familia lo esperaba en su casa en Ciudad Cooperativa Cruz Azul, un sábado por la tarde, murió.
La leyenda habla de que cuando regresaba de una visita con sus padres, fue chocado por una pipa de Pemex. El cementero fue llevado con vida a un hospital de la Ciudad de México, pero no soportó los golpes que recibió.
Apenas tenía 35 años.