Por Deanna Paul
Cuando William Patrick Williams llamó a su abuela desde la habitación de un hotel el 13 de julio, ella podía escucharle manipulando el rifle AK-47 que había comprado unos días antes. Él le dijo que era un homicida y un suicida, según una denuncia criminal presentada por la oficina del Fiscal de EEUU, y le contó que quería «tirotear» el hotel y después «suicidarse con un policía cuando los agentes llegaran».
La abuela, que no ha sido identificada, persuadió al chico de 19 años de Texas y le convenció para que le dejara llevarlo al Convenant Medical Center en Lubbock, Texas, donde su nieto fue admitido para una evaluación psiquiátrica.
Después de una breve estancia en el hospital, Williams le dio a la policía de Lubbock el número de su habitación de hotel, y les dijo que «había dejado todas las armas sobre la cama». De acuerdo a la denuncia, los agentes recuperaron un rifle A-47, 17 cargadores con municiones, una gabardina negra, pantalones tácticos negros y guantes sin dedo con las palabras «Let’ Em Come» [Deja que vengan].
«Evitamos otra gran crisis», dijo la Fiscal de EEUU, Erin Nealy Cox, en una entrevista telefónica el lunes, refiriéndose a un tiroteo en el tribunal federal de Dallas en junio. Williams no figuraba en ninguna lista de vigilancia estatal o federal. Si su abuela no hubiera intervenido, dijo Cox, «No hubiéramos sabido que estaba planeando esto. Ella le salvó la vida, impidió lesiones, y probablemente, salvó la vida de varias personas».
Williams fue arrestado el jueves y fue acusado de hacer declaraciones falsas a un vendedor de armas de fuego, un delito federal castigado con hasta cinco años en prisión. El 11 de julio, dos días antes de que tramara el tiroteo masivo, Williams, que según los documentos de la corte estaba bajo un tratamiento para la depresión, presentó un formulario de armas de fuego y apuntó la residencia de su tío y su tía en el documento. Aunque la dirección coincidía con la licencia de conducir de Williams, los funcionarios federales de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos descubrieron en cuestión de días que estaba desactualizada, y que Williams se había mudado de la casa de su tío y de su tía.
Su abogada, Laura Wynn, declinó realizar comentarios sobre el caso.
Williams fue arrestado días antes de los tiroteos masivos de El Paso, en Texas, yDayton, Ohio, masacres que dejaron un total de al menos, 31 personas muertas. El caso deja al descubierto algunos de los desafíos que las fuerzas de la ley enfrentan a la hora de investigar y perseguir casos de presunto terrorismo doméstico.
Bajo la ley federal, informó The Washington Post, presuntos terroristas domésticos que no son acusados por un acto específico de violencia «son normalmente acusados de otros crímenes, tales como drogas o violación de leyes de armas de fuego, y muchos de esos casos se presentan en cortes estatales, y no en federales,lo que significa que el público en general, a menudo desconoce que un sospechoso de terrorismo doméstico ha sido arrestado».
Daryl Johnson, un ex analista del Departamento de Seguridad Nacional, dijo a The Post que los legisladores han evitado calificar este tipo de violencia, por temor a la reacción política.
«Estamos en ese estado de actividad elevado donde sufrimos tiroteos masivos y complots de bombas», dijo Johnson, y «sin embargo, no hay fuerza de voluntad política y todo el mundo parece estar enterrando la cabeza en la arena, en lugar de intentar abordar el problema».
Cox calificó el tema como «un problema de múltiples partes interesadas». La policía, dijo, es reactiva.
«Estamos respondiendo a una situación que otros pusieron en juego. Lo estamos mirando con ojo crítico, porque sabemos la responsabilidad que tenemos. Esa no es la situación ideal», dijo. «Las escuelas y otros individuos no quieren equivocarse o sentirse avergonzados al realizar una serie de acusaciones. Yo prefiero que alguien vea algo, y diga algo, y [después] se vea obligado a decir: «Ok, estabas equivocado, pero tu intención era buena».