Rolando Gallego Sucede en todas las décadas, no hay una más proclive que otra para que cantantes y bandas musicales generen pegadizas y recurrentes melodías que lograban alcanzar la cima de los rankings musicales, pero que, lamentablemente, en el corto plazo, las mieles del éxito se transformaban en amargos recuerdos. Los quince minutos de fama rápidamente se evaporan, sin siquiera, en muchos de los casos, responder a causas concretas como la caída del mercado musical, cambios de gustos o, tal vez, crisis económicas. Ritmos y canciones reproducidas casi en loop no logran fidelizar a aquellos que las interpretan con sus públicos. Con el término de “One hit wonder”, la industria musical y la cultura popular designan a aquellos cantantes o bandas que alcanzaron la fama gracias a una sola canción y que, con el tiempo, tal vez siguieron con la música, pero sin la misma repercusión.
Un repaso por algunos de los artistas que lograron todo en poco tiempo, pero que en poco tiempo, también, debieron pensar en un plan B para sus vidas y carreras.
Rick Astley
A los 21 años, el artista británico llegaba a la cima de los charts mundiales con “Never Gonna Give You Up”, una pegadiza melodía que formaba parte de su primer disco, Whenever you Need Somebody, de 1987 y que gracias también a su videoclip, lo llevó a conquistar el primer puesto del Hot 100 de Billboard. Pero ese mismo video, que primero sirvió para la difusión, también fue la sentencia que determinó la caída y el freno a su ascendente y meteórica gloria, ya que muchos creyeron que ese joven blanco y pelirrojo nada tenía que ver con la voz que el hit prodigaba.
Hacia los años 90 decidió, luego de intentar su gran retorno varias veces, retirarse de la música, obteniendo regalías de compilados hasta que en 2000, impulsado por su familia, volvió con el disco Portrait. “Con 25 años tuve a mi hija, había tenido una carrera muy compacta en la música, fue todo muy rápido, muy intenso. Fui número uno en muchos países del mundo pero me sentía como alguien que está todo el día viajando en aviones y no como un músico; ya no disfrutaba cantar, que es lo que realmente me apasiona. Mi hija iba creciendo y quería estar con ella”, mencionó en el programa Late Motive. Ese mismo año y hasta 2007, el video de “Never Gonna Give You Up” se viralizó como nunca, dado que fue objeto de lo que se llama hoy rickrolling, siendo direccionado en enlaces falsos hacia el video de la canción. Este año lanzó el álbum Are We There Yet, tras presentarse en Glastonbury haciendo delirar a sus fanáticos y a nuevas generaciones.
Lou Bega
Con su reversión de “Mambo número 5″, el clásico de Pérez Prado, este alemán de 24 años aprovechó el empujón que la música latina, con Ricky Martin a la cabeza y su “Livin’ la vida loca” estaba teniendo. También, su residencia parcial en Miami, al ponerse de novio con una mujer de origen cubano que lo inició en los ritmos de la región. Logrando trepar hasta el top ten de los charts de todo el mundo, su álbum A Little Bit of Mambo se convirtió en un fenómeno de ventas que le permitiría, además, gestionar una serie de presentaciones en vivo en donde, con un look muy particular, trajes sofisticados y un sombrero estilo Borsalino, hacía viajar a los espectadores hacia los años 50.
Con 5 millones de discos físicos vendidos, la pegadiza versión continúa sonando en fiestas y encuentros, aunque Bega, ahora con 50 años, ya no se dedica a la música.
Blind Melon
El segundo sencillo de la banda, titulado “No Rain”, acompañado por un videoclip en el que una niña vestida de abeja baila, se convirtió, rápidamente, en una de las canciones más escuchadas y reproducidas en formatos físicos de 1993. La voz de Shannon Hoon, tan característica y particular, permitió que, primero, colaborara con Guns N’ Roses en los discos Use Your Illusion I y Use Your Illusion II, hasta que la fama le llegaría junto a su grupo, con el que pudo disfrutar de las mieles del éxito por un corto período. Sus adicciones y comportamientos erráticos llevaron a Hoon a un final muy precoz, aunque la melodía y la poesía de “No Rain” continúa sonando hasta la actualidad.
Nek
“Laura no está, Laura se fue, Laura se escapa de mi vida”, decía la letra de Filippo Neviani, conocido por todos como Nek; un hit que musicalizó los años noventa y que fue ridiculizado en programas de televisión como ShowMatch, sonando hasta el hartazgo.
Filippo había comenzado su carrera en 1992 en su Italia natal, y con la versión de “Laura no está”, dedicada a una expareja, que nunca tuvo una identidad pública, pero que sí fue parte de la vida del artista. Nek comenzó su carrera musical a los 9 años, fue parte de algunas bandas hasta que se lanzó como solista. Editó 15 discos y a sus 52 años continúa cantando.
“Mi regla y eslogan es no sentarse a hacer una canción exitosa, que sea una sorpresa. Cantás ‘Laura no está’ y te das cuenta de que en realidad son tres notas (…) pero ese par de acordes cuentan. Tan simple que se queda en tu cabeza. Con la melodía adecuada se podría incluso cantar la guía telefónica”, revelaba el artista a La Repubblica, en 2022. Recientemente Disney, al lanzar Entrelazados, serie argentina protagonizada por Caro Domenech, utilizó “Laura no está” como canción para promocionar el proyecto, enmarcado en parte en los años noventa, para ilustrar a las nuevas generaciones de esta indestructible canción, con la que Nek llegó a llenar una fecha en el teatro Gran Rex y visitar varios programas televisivos del momento con picos de rating impensados.
Lipps Inc
Pese a editar cuatro discos, la banda que lanzó en 1980 el mega éxito “Funkytown” nunca logró superar esa pegadiza melodía que hasta fue reversionada por Los Parchís en una versión en castellano sin desperdicio, que unió a grandes y chicos en la pista de baile. El grupo original surgió en Minneapolis, Estados Unidos y tenía entre sus miembros a Steven Greenberg, Cynthia Johnson y David Rivkin, junto a otros músicos que iban rotando en la formación. La canción llegó en el momento justo, en esa bisagra de transición entre la música disco, que se iba despidiendo para siempre, y el pop más colorido y alegre.
Desde su lanzamiento fue número uno en la lista principal de Billboard y comenzó rápidamente a trepar en los charts de varios países. La banda intentó con otros dos álbumes colocar alguna otra canción en los rankings, pero no lo logró. En 1983 se disolvió. Y no es hasta 1986 que la canción volvería a ser historia, y casi como en espejo, ahora la banda Pseudo Echo, de Australia, reversionaria sus icónicos acordes, pero en versión rock, logrando también un éxito, pero no mucho más que eso.
Jennifer Paige
De la noche a la mañana, en 1988, la cantante norteamericana lograría con “Crush” conquistar al mundo. Ese “flechazo” que hizo que su melodía comenzara a ser parte de la alta rotación de las cadenas radiales, fue gracias a un trabajo de hormiga de Andy Goldmark, un productor que había estado muy cerca de estrellas como Elton John, Natalie Cole y Michael Bolton, que supo cómo llegar a los directivos para que la canción sonara.
“Crush” formaba parte de su álbum debut Jennifer Paige y fue lanzado de manera independiente. El éxito no se hizo esperar. Paige, en una entrevista a la revista Bustle, asumía lo pegadiza y simple que era la canción: “Obviamente ‘Crush’ no es una canción profunda, pero cuando estás descubriendo la vida por ti mismo, te sientes libre, y creo que la gente se identificó con ese sentimiento, que puede vincular sus propias historias con su música, y cuando lo hacen es cuando realmente conectas”.
Las revistas del corazón apuntaban a que la melodía había sido creada para Joey Fatone, de NSYNC y decían que Paige estaba saliendo con él. Pero en realidad esto no pasó y sólo habían coincidido en algún programa de televisión, al que ambos asistieron para promocionar sus trabajos.
Si bien Paige intentó con otros discos superar “Crush”, nunca lo logró. En 2000 fue convocada para la banda de sonido de la película “Otoño en Nueva York”, para la que creó el olvidable tema “Beautiful” y, en 2003, se finalizó el contrato que había logrado con Hollywood Records tras el éxito de “Crush”. En 2017, en su nuevo álbum Starflower, incluyó una versión acústica mucho más lenta que la original. De ahí en más no volvió a grabar.
Crash Test Dummies
El pegadizo y grave “Mmm Mmm Mmm Mmm” sonaba por todos lados. Era 1993 y la banda comenzó a resonar en todo el mundo gracias a su particular elección para nombrarse. Los Crash Test Dummies eran aquellos maniquíes utilizados en la industria automotriz para probar los lanzamientos y determinar qué tan seguro o no era un vehículo. Ya con esa elección particular para llamarse, los canadienses lograron que esa misma canción replicara en las radios de todo el mundo. Con el correr de los años sumaron dos melodías a las bandas de sonido de “Los Picapiedra” y “Tonto y re tonto”, con “In the Days if the Caveman” y “The Ballad of Peter Pumpinhead”, respectivamente. Pero claro, nada fue lo mismo. Su último disco salió en 2010.
Dee-Lite
“Groove is in the Heart” entonaban los miembros de este grupo norteamericano creado en 1986, pero que recién en 1990 pudieron lanzar el álbum World Clique, que rápidamente los hizo sonar en las disco de todo el mundo. En la línea de bandas como B-52, en cuanto a lo visual, Dmtry Brill, Jungle DJ Towa Tei y Lady Miss Kier desfilaron su extravagancia y looks entre retro y futuristas por las pantallas de las señales musicales de ese entonces.
El house, el tecno, el rap y el funk eran los ritmos y estilos escogidos por el trío para deslumbrar en los escenarios y entonar la pegadiza canción que apuntaba a que las “sensaciones están en el corazón”. Ni hace falta decir que sólo “Groove is in the Heart” logró trepar en los charts, aunque el trío no desistió su camino por encontrar más éxitos, aunque les fue imposible superar ese sencillo de ese disco debut.
En la segunda década de 2000, la banda volvió a ser noticia, pero en este caso porque Kier inició una demanda a la empresa Sega exigiendo una retribución por “inspirarse” para el personaje Space Channel 5, aunque perdió la demanda al dictaminar el juzgado que los creadores nunca habían escuchado hablar de la agrupación al momento de inventarlo.
Nena
Gabriele Sussane Kerner, una cantante alemana que logró el éxito con “99 Luftballons”, se sirvió del grupo Nena, llamado igual que el apodo que ella utilizaría, para posicionarse en los rankings de todo el mundo. Tal fue el suceso de la melodía que primero, en idioma alemán, circuló por las radios en 1983, que al año siguiente tuvo que reversionarlo en inglés, logrando así una llegada aún mayor en los mercados. Sin lograr superar esa melodía, la banda se disolvió en 1987, aunque Nena siguió cantando en escenarios de todo el mundo y en su página oficial, nena.de, se pueden observar todas las fechas que tiene aún por delante para este 2024.
Big Mountain
Peter Frampton jamás imaginó que un grupo de reggae estadounidense lograría aún mayor éxito con su reversión de “Baby, I Love your Way” y mucho menos que formaría parte de una película bisagra para la llamada Generación X en los años noventa: Reality Bites o, como se llamó en Argentina, precisamente Generación X. La pegadiza canción logró llegar al HOT 100 de Billboard en 1994, convirtiéndose en el mayor éxito de esta banda americana, formada en 1987, que sigue vigente y de gira hasta la actualidad. Formada en San Diego, su estilo, fusión de pop y reggae, cautivó rápidamente a los oyentes de todo el mundo, quienes reconocieron en el grupo su amor por el ritmo. Muchos los llamaron los UB40 de Estados Unidos. En la biografía oficial de la banda se recuerda cómo el productor de la película, Ron Fair, se acercó a Big Mountain para pedirles la reversión del clásico de Frampton. El tema se incorporó a la banda sonora, pero también en su segundo disco, Unity, ambos alcanzando récords de venta en todo el mundo.
¿Y por casa cómo andamos?
Durante los años sesenta y setenta, con la explosión en televisión de programas musicales, varios artistas y cantantes lograron imponer una canción para luego seguir con sus vidas en otros caminos. Así, La Joven Guardia (“El extraño de pelo largo”), Raúl Padovani (“Una noche excepcional”), Heleno (“La chica de la boutique”), Katunga (“Mirá para arriba, mirá para abajo”), Quique Villanueva (“Quiero gritar que te quiero”) y Ruben Mattos (“Que la dejen ir al baile sola”), entre otros. Pero también hubo, más adelante, algunos casos emblemáticos de “One hit wonders” locales.
Los Ladrones Sueltos
Era 1993 y un joven Christian Puga, que se dedicaba a escribir canciones para otros, firmó contrato con Sony, pero, aquello que tanto soñaba, grabar un disco propio, se transformó en una experiencia que le cambió la vida para siempre. Es que los productores de la compañía veían en Puga mucho potencial, por lo que le ofrecieron crear una banda y así responder a las demandas de shows en vivo. Así nació el grupo, que, bajo liderazgo de Puga, lanzó un disco con una canción que aún siguen sonando hoy: “La rubia del avión”.
Ese tema, que hasta la mismísima Xuxa entonaba en su ciclo de las tardes de Telefe, fue el regalo del compositor a un amigo que había sacado un ticket en avión a Brasil con sus amigos del trabajo. Hace unos años le decía a LA NACIÓN: “A mí ese tema me parecía malísimo. Había caído en ese casete que llegó a Sony y la querían. Dije, bueno, grabémoslo. Lo pusieron en la radio y le dije al productor, sacá ese tema porque nos hundimos”. Ese tema fue reversionado por Susana Giménez y, tras el suceso, la discográfica le pidió un nuevo disco, que si bien no pegó en los oyentes, le permitió consolidarse como compositor y creador. Puga, hasta el día de hoy, sigue cantando las melodías con un presente que lo encuentra en Perú promocionando sus viejos y grandes éxitos.
Pancho y La Sonora Colorada
Apoyándose en la picardía y carisma de su líder y cantante, la banda de origen santafesino, supo lograr un éxito sin precedentes llamado “Cachete, pechito y ombligo”, que hizo bailar a toda la Argentina en la década del noventa. Francisco Serra era comprador y sabía que tenía entre manos un éxito, y si bien la banda supo realizar temporadas y festivales en todo el territorio del país, es con esta melodía que llegaron al prime time de la televisión local, expandiendo un fenómeno que él creía imposible. Es que Serra, amante del rock y de The Beatles, The Rolling Stones y The Police, renegaba de la cumbia, pero cuando reconsideró el género, su popularidad se disparó con la recordad melodía y con la letra que proponía acercar las tres partes del cuerpo para lograr un baile entre seductor y dinámico.
Si bien otros temas de la banda también lograron cierta popularidad, nada acercaría al grupo al fenómeno masivo en el que se convirtió “Cachete, pechito y ombligo”.