Agencia EFE
(EFE).- El horizonte se funde con el cielo y las personas se frotan los ojos sorprendidas por el fenómeno natural del espejo más grande del mundo, en el salar de Uyuni de Bolivia, elegido por cientos de turistas para recibir el Año Nuevo.
A más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, este desierto de sal tiene una extensión de 10.582 kilómetros cuadrados y alberga una de las maravillas naturales más impresionantes del planeta, el efecto de espejo.
Este evento se debe al desborde de los lagos cercanos en la época de lluvia, esto crea una capa de agua que se extiende por todo el desierto de sal que refleja la luz y crea la ilusión de un cielo infinito.
«A la diosa Tunupa su esposo Kusku le quitó sus hijos porque era un marido celoso, al quedarse Tunupa sin ellos derramó su leche y mezclada con sus lágrimas de tristeza creó el salar de Uyuni, así narran algunos la leyenda por acá», contó a EFE Celso, un experimentado guía turístico originario de Potosí.
“Cuando no llueve y la sal se asienta el suelo se ve blanco y parece nieve”, agregó el guía potosino.
Al desierto solo se puede acceder con vehículos todoterreno, estos avanzan con lentitud para visitar los hoteles construidos con bloques de sal, o también a un parque con esculturas de sal, uno de los sitios preferidos de los turistas, según el guía.
Este último posee representaciones construidas con sal de la Pachamama o Madre Tierra, un iglú, un cóndor, una pirámide y una mano gigante, entre otras.
Otro atractivo turístico del lugar son las fotografías ilusorias. “Con un dinosaurio de juguete hago la imagen de una persecución a los turistas, juego con la perspectiva y las personas se ven pequeñas y el dinosaurio grande, es una de las fotos favoritas de los visitantes”, mencionó Celso.
Artesanías y trenes
El pueblo de entrada al salar es Colchani, una pequeña población con escultores y recolectores artesanales de sal. Ahí esta la fábrica de sal más grande de la región, se estima que extrae más de 20.000 toneladas del mineral al año, en su mayoría para consumo humano.
Los habitantes enseñan a los turistas el proceso artesanal de extracción y refinamiento de sal. En la orilla de la carretera hay decenas de puestos con artesanías fabricadas con el mineral como llaveros, joyeros o figuras como llamas o sapos.
Unos kilómetros atrás existe otro sitio considerado un imán para los turistas, el «Cementerio de trenes» de Uyuni, ahí decenas de locomotoras del siglo pasado se oxidan abandonadas a la intemperie.
Los pobladores indican que en Uyuni se construyó la primera línea ferroviaria de Bolivia durante la bonanza industrial de la región en 1889. Ahora los trenes y sus vagones están abandonados, sin embargo los visitantes los aprecian y se toman fotografías encima de las estructuras.
Riqueza de litio
El salar boliviano, aparte de su belleza está considerado una de las mayores reservas mundiales de litio. En diciembre el Bolivia inauguró un complejo industrial que prevé producir 15.000 toneladas de carbono de litio al año.
El país suramericano ya tiene en funcionamiento plantas de industrialización de sales y cloruro de potasio y una piloto de carbonato de litio, a las que se suma el complejo industrial en el salar de Uyuni cuya construcción comenzó en 2019.
Bolivia cuenta con unas de las mayores reservas del mundo de ese metal ligero que por su gran capacidad para almacenar energía es usado para fabricar baterías.
Según un estudio hecho por la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos, el país posee la primera reserva mundial de litio al haber pasado de 21 a 23 millones de toneladas.
Esteban Biba
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