Las colecciones se muestran en línea
EFE
La Semana de la Moda de París continuó este martes rompiendo los esquemas de la industria, ahora que los diseñadores se ven obligados a mostrar sus colecciones en línea, con las propuestas de Marine Serre, en una apuesta por el reciclaje, y las creaciones orgánicas de Ottolinger.
Serre, una de las promesas de la moda francesa, ha roto con la estética nacional y la clásica elegancia que el mundo espera de París para dar forma a una marca rompedora para un público alternativo.
Para su colección otoño-invierno 2021/2022, presentada en la segunda jornada de la Semana de la Moda de París, Serre, de 29 años, propuso media decena de cortometrajes en el que personas corrientes vestían su ropa en un día normal.
Una familia que vive con su hijo en el campo, una mujer de mediana edad que va de compras, una pareja que baila en su jardín… Un gesto fuerte por parte de Serre a favor de la diversidad y la sostenibilidad, pues la ecología fue el centro de las prendas.
Construida íntegramente a partir de prendas recicladas como vaqueros, pañuelos de seda, sastrería, pero también alfombras, jerséis de punto y seda muaré, la colección fue una de las más positivas presentadas por esta joven diseñadora hasta la fecha.
«Todos sabían que estas eran cuestiones importantes, pero la gente cerraba los ojos pensando que no era urgente actuar. Con la covid la gente está preocupada y tiene más tiempo para pensar. No podemos consumir más y tenemos que consumir diez veces menos», dijo Serre en una entrevista a la Federación de Alta Costura y moda, organizadora de la pasarela.
Su forma de «transformar» la ropa, como ella mismo explicó, se basa en una fe absoluta en el reciclaje, pero también en una forma más asequible de entender la moda.
«Lo que ves (en esta colección) no son prendas nuevas, es solo una nueva forma de mirarlas», dijo.
Sus tops de fibra elástica pegados al cuerpo y estampados con las medias lunas, el símbolo de la marca, se repitieron en esta ocasión con nuevos dibujos, como si fueran tatuajes.
Las gabardinas, chaquetas de sastrería y faldas a media pierna iban también grabadas con su media luna, así como pantalones de corte recto y masculino.
El vaquero se reinventó en rojo, con retales en distintas gamas y estampados, a juego con los pañuelos de sed
Todo en esta colección fue especialmente «regenerado» para la ocasión: mantas, sábanas de lino bordadas, tela de algodón para uniformes e incluso bufandas con estampado tartán que ahora se llevan como faldas «kilt» y camisetas.
En paralelo, la marca Ottolinger aprovechó el desfile virtual para recrear una pasarela en un terreno rocoso y jugar con el movimiento y los colores del terreno.
Los tonos tierra predominaron en la línea, con prendas deconstruidas y superpuestas: un anorak de plumas voluminoso combinado con mallas de punto y un mono de licra en estampado gráfico y cortes asimétricos fueron las prendas de la colección.
Destacaron también varios vestidos de noche de apariencia futurista, cuyos drapeados parecían reproducir la tierra rocosa del paisaje, y un espectacular abrigo de piel y borrego, largo hasta los pies y atado a la cintura como una bata.
La pasarela parisina continúa este miércoles con presentaciones virtuales y será la ocasión de ver la primera colección de la diseñadora uruguaya Gabriela Hearst para Chloé.