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El Tren de Aragua es la estructura criminal más poderosa de Venezuela y el único grupo local que ha logrado afianzarse en el extranjero. Dejó de ser una pandilla carcelaria confinada al estado de Aragua para convertirse en una amenaza de naturaleza transnacional con un amplio portafolio criminal.
Su prosperidad criminal responde en parte a largos periodos de impunidad fomentados por el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Además, ha aumentado su poder y presencia territorial por medio de alianzas y cooptando pequeñas bandas locales en territorios clave de Venezuela y distintas células en otros países sudamericanos.
Esta expansión transnacional se produjo a expensas del masivo éxodo venezolano. Desde la prisión de Tocorón, en Aragua, la pandilla supervisaba y se beneficiaba de células establecidas en al menos otros tres países suramericanos.
Sin embargo, en septiembre de 2023, 11.000 policías y militares venezolanos, irrumpieron en Tocorón para aparentemente tomar el control del que, hasta entonces, había sido el centro de operaciones del Tren de Aragua. A pesar del golpe que supuso la pérdida de su base de operaciones, la cúpula de la pandilla escapó y sus células transnacionales siguen operando.
Historia
El Tren de Aragua nació en la cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua. El nombre del grupo puede tener su origen en un sindicato de una obra ferroviaria que nunca concluyó. Pero Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, convirtió el Tren de Aragua en lo que es hoy durante su encarcelamiento en Tocorón.
Bajo el liderazgo de Niño Guerrero, Tocorón se convirtió en una de las prisiones más notorias del país, en gran parte debido a la política no oficial del gobierno venezolano de entregar el control de algunas prisiones, entre ellas Tocorón, a jefes criminales conocidos como pranes. Esta libertad y los ingresos delictivos de la pandilla permitieron la construcción de un zoológico, una piscina, un parque infantil, un restaurante y un club nocturno dentro de la cárcel.
Con el control de la pandilla firmemente cimentado dentro de la prisión, el Tren de Aragua comenzó a expandir su influencia. Comenzó por el barrio de San Vicente, donde estableció un estricto control social e incluso recibió recursos y apoyo del gobierno a través de su fundación benéfica conocida como “Fundación Somos El Barrio JK”.
Algunas bandas criminales que ya operaban en Aragua establecieron pactos de no agresión con la pandilla, entre ellas el Tren del Llano. Sin embargo, tras el asesinato del líder del Tren del Llano en 2016, el grupo carcelario comandado por Guerrero se apoderó de sus territorios en Aragua y parte del estado Guárico, según fuentes policiales que hablaron bajo condición de anonimato por temor a su seguridad.
En los años siguientes, la pandilla expandió su red a otros estados de Venezuela a través de alianzas con grupos más pequeños, llegando a estar presente en al menos otros cinco estados. Durante este proceso, amplió su portafolio criminal en Venezuela para incluir la extorsión, el secuestro, la trata de personas con fines de explotación sexual, el tráfico de migrantes, el contrabando, la minería ilegal, el tráfico de drogas al por menor, la ciberdelincuencia y el robo.
La expansión del Tren de Aragua se volvió transnacional hacia 2018, cuando la pandilla intentó establecerse en la frontera entre Venezuela y Colombia, entre el estado venezolano de Táchira y el departamento colombiano de Norte de Santander. Allí se enfrentó a importantes grupos criminales colombianos, entre ellos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Los grupos lucharon por el control de los pasos fronterizos clandestinos, conocidos como trochas, que albergan diversas economías delictivas, como el trasiego de drogas, contrabando de bienes y migrantes.
El Tren de Aragua se abrió un espacio dentro de la población fronteriza colombiana de La Parada, donde muchos migrantes venezolanos que huían de su país llegaban por primera vez a Colombia. En ese momento, el éxodo venezolano estaba en pleno apogeo y el Tren de Aragua vio una oportunidad en la desesperación de sus compatriotas. Mientras los principales grupos criminales colombianos se centraban en el narcotráfico, el Tren de Aragua comenzó a explotar sistemáticamente a los migrantes venezolanos, cobrándoles extorsiones, llevándolos clandestinamente a Colombia y haciéndose con el control de varios nodos del mercado de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Entre 2018 y 2023, el Tren de Aragua construyó una red criminal transnacional, estableciendo células en Colombia, Perú y Chile, con informes adicionales de su presencia esporádica en Ecuador, Bolivia y Brasil.
El grupo se expandió siguiendo los flujos migratorios venezolanos, permaneciendo inicialmente bajo el radar al centrarse únicamente en los migrantes venezolanos, a medida que aumentaba su presencia en los pasos fronterizos y en las zonas urbanas donde estos se congregan.
A medida que las células se fueron consolidando, permearon economías delictivas locales, empleando una violencia selectiva y llamativa para expulsar a los grupos locales y constituirse como una seria amenaza. Además de la extorsión y el tráfico de migrantes, las facciones del Tren de Aragua en el extranjero controlan un sistema de préstamos ilegales (también conocidos como gota a gota), microtráfico, el secuestro, el tráfico internacional de drogas a pequeña escala, la trata de personas y los robos. Cada célula se especializa en actividades diferentes, en función de las condiciones locales.
Sin embargo, como el uso de la violencia por parte del grupo en el extranjero ha encendido las alarmas en la región, autoridades de Sudamérica tienen ahora al Tren de Aragua en la mira. El gobierno de Venezuela retomó el control de Tocorón en septiembre de 2023, privando al Tren de Aragua de su bastión histórico, mientras que las fuerzas de seguridad de Chile, Perú y Colombia han llevado a cabo operaciones de gran escala contra la pandilla desde 2022.
Liderazgo
El líder del grupo es Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, quien dirigió al Tren de Aragua desde la prisión de Tocorón hasta septiembre de 2023. Se fugó antes de la operación para retomar la cárcel, tras ser advertido con antelación, según informes de la sociedad civil venezolana. Se desconoce su paradero.
De acuerdo con los registros del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Guerrero comenzó su carrera delictiva en 2005, cuando asesinó a un agente de policía en Aragua. Fue encarcelado por primera vez en Tocorón en 2010, pero se fugó dos años después. Su recaptura y regreso a Tocorón en 2013 llevaron a Guerrero a consolidar el Tren de Aragua junto a otros delincuentes, que se convirtieron en sus lugartenientes de mayor confianza. Entre ellos estaban Larry Amaury Álvarez, alias “Larry Changa”; Kenferson Sevilla Arteaga, alias “El Flipper”, y Yohan José Guerrero, alias “Johan Petrica”. Este último ha sido acusado de mantener vínculos con el Tren de Aragua y de dirigir una poderosa agrupación de extracción ilegal de oro en Las Claritas, estado de Bolívar, conocida como el Sindicato de Las Claritas. Algunos informes sugieren que Niño Guerrero podría estar escondido con Petrica en Las Claritas tras la invasión de Tocorón.
Reportes oficiales de las fuerzas de seguridad en Perú, Chile y Colombia sugieren que a pesar de la expansión geográfica de la banda, esta ha mantenido una estructura jerárquica, con Niño Guerrero al mando. Documentos judiciales muestran cómo varios lugartenientes del Tren de Aragua han sido enviados a células de toda la región, algunos de los cuales incluso parecen rotar entre varios países.
Geografía
El centro de operaciones del Tren de Aragua se encontraba en la prisión de Tocorón, en el estado de Aragua. La banda también está presente en al menos otros cinco estados venezolanos: Carabobo, Sucre, Bolívar, Guárico y Lara.
Aún no está claro dónde estará el nuevo núcleo del grupo tras la invasión de Tocorón en septiembre de 2023. Sin embargo, no hay indicios de que la banda haya dejado de operar en Venezuela.
Fuera de Venezuela, Tren de Aragua ha establecido células permanentes en Colombia, Perú y Chile, con informes de sus actividades en Brasil, Ecuador y Bolivia.
Estas actividades suelen concentrarse en zonas fronterizas con pasos clandestinos utilizados habitualmente por migrantes venezolanos, como la frontera entre Venezuela y Colombia, la frontera entre Perú y Chile y la frontera entre Bolivia y Chile. La banda también ha establecido células en zonas urbanas con grandes poblaciones de migrantes venezolanos, como Bogotá (Colombia), Lima (Perú) y Santiago (Chile).
Aliados y enemigos
El Tren de Aragua mantiene numerosos vínculos con el crimen organizado y con grupos carcelarios, tanto en Venezuela como en otros países, con los que ha establecido pactos de no agresión e incluso alianzas para repartirse las rentas criminales. Una de estas bandas carcelarias estaba ubicada en el Centro de Reclusión Judicial de Trujillo, dominada por Álvaro Enrique Montilla Briceño, alias “El Loro”. La prisión fue tomada por las fuerzas de seguridad poco más de un mes después de que los funcionarios allanaran Tocorón.
Además, el Tren de Aragua presuntamente reclutó y financió a una pequeña pandilla criminal del estado de Lara, llamada la banda de “El Santanita”, para cometer secuestros y extorsiones.
Un informe de 2021 procedente de Brasil afirmaba que miembros de Tren de Aragua habían sido encarcelados en el estado de Roraima, al norte del país, cerca de Venezuela, y trabajaban con el mayor grupo delictivo de Brasil, el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), afirmaciones repetidas por una investigación académica de 2022, aunque la naturaleza exacta de esta relación sigue sin estar clara.
El Tren de Aragua se ha enfrentado a múltiples grupos, entre ellos el ELN, por el control de los pasos fronterizos entre Venezuela y Colombia. Funcionarios locales y fuerzas de seguridad de toda la región han destacado la disposición del grupo a utilizar la violencia selectiva para expulsar a las bandas locales.
La relación de la banda con las fuerzas de seguridad y los funcionarios venezolanos ha sido compleja. Por un lado, múltiples fuentes entrevistadas por InSight Crime han señalado que el grupo ha corrompido a funcionarios locales y regionales. Por otro lado, su crecimiento se vio impulsado por el traspaso no oficial de poder del Estado a los pranes y por la impunidad de la que gozaba dentro de Tocorón. Incluso tras la invasión de Tocorón por parte del gobierno, su relación con los funcionarios sigue siendo turbia. Ha perdido su bastión, pero parece haber recibido aviso con antelación, y no se ha capturado a ningún miembro de alto rango del grupo.
Perspectives
El Tren de Aragua fue el primer grupo criminal venezolano que logró expandirse por Suramérica. Se ha convertido en una amenaza para la seguridad regional, y desmantelarlo no será fácil.
Sin embargo, su expansión internacional parece haberse ralentizado, y la pérdida de su base de operaciones en la prisión de Tocorón podría interrumpir sus operaciones transnacionales. Además, las fuerzas de seguridad de toda la región están invirtiendo recursos en perseguir a las células de la banda, con la detención de más de 100 presuntos miembros en 2022 y 2023 por funcionarios peruanos, chilenos y colombianos. Estas detenciones, si bien debilitan a la banda fuera de prisión, tienen el potencial de hacer que el grupo vuelva a sus raíces y se extienda por las cárceles extranjeras.
La migración masiva que permitió la expansión del Tren de Aragua también se está ralentizando y evolucionando. Había poca infraestructura criminal en Suramérica preparada para el número de migrantes venezolanos que viajaron a través del continente entre 2018 y 2022, lo que permitió a Tren de Aragua intervenir y reclamar gran parte de las ganancias.
Pero ahora, los venezolanos viajan cada vez más hacia Estados Unidos, cruzando a través de Colombia y Centroamérica. Esto disminuye los ingresos procedentes de los migrantes en el territorio del Tren de Aragua. Dado que el tráfico de migrantes y la trata de personas a lo largo de la ruta hacia el norte ya están controlados por poderosos grupos criminales, es poco probable que Tren de Aragua pueda expandirse hacia el norte tan fácilmente como lo hizo en Suramérica.
Continúan apareciendo informes sobre nuevas células en Suramérica, aunque las autoridades creen que muchas de ellas son imitadores que intentan aprovecharse de la notoriedad del Tren de Aragua. Queda por ver si el Tren de Aragua mantendrá su red actual, seguirá creciendo o si entrará en declive.