Pretenden saquear las aguas del cochos, construyen ductos para regar 600 hectáreas
Según la Conagua hay una investigación en proceso, pero la construcción del ducto continúaTubos de gran dimensión se instalan en el ejido La Laguna, en San Francisco de Conchos, con la intención de conducir el agua del cauce del río Conchos a una zona nueva de cultivo. A pesar de que es una obra de gran dimensión y que se requiere de permiso de la Comisión Nacional del Agua, todos se hacen de la vista gorda.
Entre el kilómetro 14 y 15 de la carretera Camargo a La Boquilla se encuentra esta obra hidráulica que a finales de mayo fue denunciada por los mismos productores, quienes se verán afectados por la desviación del agua, que a su vez impedirá que los productores de zonas más alejadas reciban agua que sale de la presa La Boquilla.
La obra hidráulica se encuentra a la vista, en la parte baja que colinda con una propiedad particular de unos empresarios del municipio de Jiménez y con otras tierras de cultivo, se construyó el cárcamo.
Actualmente se puede apreciar la zanja donde se instalan los tubos blancos. En la parte de más arriba se encuentra maquinaria pesada que se encarga de ir tapando la zanja.Tras la denuncia, los trabajadores de dicha obra apuraron el paso, para ello metieron la tubería y taparon la zanja para que no quedará a la vista cuando se transita por la carretera.
Casi llegando al entronque con la carretera se puede apreciar el tubo que conectarán hacia el otro extremo.
Justo debajo de la rúa atraviesa una especie de canal de desagüe, en ese sitio pretenden conectar los tubos para que a través de un bombeo el agua pueda llegar hasta las nuevas tierras de cultivo.NO QUIEREN PROBLEMAS
Los productores de la zona aledaña a esta obra prefieren no denunciar por temor.
Al indagar en Camargo y en San Francisco de Conchos se pudo conocer que José Abel González, presidente de los Productores Agrícolas Misión Indios del Conchos está involucrado.
A pesar de que la obra afectará a mucha gente, prefieren callar y evitarse problemas, debido a que el presunto involucrado tiene años al frente de la asociación de agricultores.
De acuerdo a la información que se pudo recabar en el sitio, serán 600 hectáreas de cultivo las que se abran, de las cuales 100 se le destinarán a González, debido a que presuntamente él consiguió el permiso de la Comisión Nacional del Agua para realizar dicha conducción de agua.
Uno de los productores, de quien guardaremos su identidad, señaló que “Muchos han preferido abandonar su patria, su familia, y amigos en lugar de luchar por ellos, así estamos aquí”.
La obra se ubica a unos metros del río Conchos, “Mire los tubotes, se van a llevar toda el agua”. En la zona hay varias personas trabajando, pero prefieren no mencionar nada de la obra y la respuesta es que prefieren evitar problemas.
Al dar un recorrido por el río Conchos se aprecia como el agua va fluyendo con gran fuerza, uno de los ejidatarios mencionó que al cerrarse la presa La Boquilla, el agua dejará de fluir, consideran que para el mes de julio se cerrará la presa porque no hay agua suficiente.
una situación alarmante en la que la construcción de un ducto para desviar agua del río Conchos hacia nuevas áreas de cultivo continúa a pesar de las preocupaciones planteadas por los agricultores locales y la investigación en curso por parte de la Conagua. Esta falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades evidencia una clara negligencia en la protección de los recursos hídricos y en la regulación de proyectos de infraestructura que impactan directamente en comunidades y ecosistemas.
Es preocupante ver cómo se están llevando a cabo estas obras sin el debido permiso y con total impunidad, lo que sugiere una falta de aplicación de la ley y un posible favoritismo hacia ciertos intereses particulares, como se sugiere con la presunta implicación del presidente de los Productores Agrícolas Misión Indios del Conchos en la obtención del permiso para la construcción del ducto. Esto plantea interrogantes sobre la integridad de los procesos de toma de decisiones y la necesidad urgente de una mayor transparencia y rendición de cuentas en la gestión de recursos naturales.
La reticencia de algunos agricultores a denunciar la situación por temor a represalias subraya el clima de intimidación y la falta de protección para aquellos que buscan defender sus derechos y los intereses de sus comunidades. Esta situación refleja una clara desigualdad de poder y una vulneración de los derechos humanos de las personas afectadas por estas acciones.
En última instancia, es imperativo que las autoridades competentes tomen medidas inmediatas para detener la construcción del ducto y llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre este asunto. Además, se deben implementar medidas para garantizar la participación significativa de las comunidades afectadas en la toma de decisiones que impactan en su entorno y sus medios de vida. La protección de los recursos naturales y los derechos de las comunidades locales debe ser una prioridad absoluta en la agenda política y de desarrollo del país.