Investigadores hallan una relación directa entre la depresión invernal y el color de los ojos.
Si vive en un lugar donde el invierno viene acompañado de la implacable falta de sol, y si su tristeza se intensifica cuando llega la estación más ‘oscura’ del año, puede que la causa de su desánimo esté en el color de sus ojos.
Investigadores de la Universidad de Gales del Sur (USW) han descubierto que las personas que tienen los ojos marrones son más propensas a padecer el así llamado trastorno afectivo estacional, que —aunque también puede ocurrir en verano—, suele manifestarse más en otoño o invierno, por lo que también se conoce como depresión invernal.
Los resultados de este nuevo estudio fueron presentados este jueves en la conferencia anual de la Sociedad Británica de Psicología (BPS) en la ciudad inglesa de Nottingham.
Los científicos llegaron a esta conclusión tras encuestar a 175 estudiantes de la USW y de la Universidad Girne American, en Chipre del Norte, y no hallar una correlación directa entre las diferencias anímicas y los distintos orígenes geográficos, aunque sí por la variación del color de los ojos.
Menos luz en el cerebro
La razón por la que las personas con ojos marrones corren mayor riesgo de convertirse en ‘víctimas’ de la depresión invernal reside en la melatonina, cuyos niveles se reducen con la entrada de luz en el cerebro.
«Como a través de los ojos azules entra más luz en el cerebro, puede que esto lleve a una mayor reducción de melatonina durante el día, siendo así que las personas con los ojos más claros son menos propensas a padecer el trastorno afectivo estacional», explica el profesor Lance Workman.
Los científicos también han descubierto que la incidencia en las mujeres de la depresión estacional es un 40% mayor que en los hombres. Este dato se desprende de otro estudio presentado en la misma conferencia realizado sobre la base de una encuesta en línea a 2.031 adultos. Por cada 100 hombres con trastorno afectivo estacional había 140 mujeres con el mismo problema.