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Jorge Espinoza Cortés
Abogadomartes,
La prudencia, la mesura, el sentido común, son quizá los valores y virtudes de los seres humanos más útiles, pero de los menos comunes en las personas, sin duda alguna, alguno les llaman, en conjunto, inteligencia emocional, otros madurez y no falta quien las reconozca como atributos únicos, casi dotes divinos, que favorecen el crecimiento y desarrollo de las personas. Como quiera que se vea, son de gran utilidad para cualquiera y también se vuelven un grave problema para quien carece de ellos.
En principio pensé titular este escrito “Carta abierta a un Magistrado desorientado”, pero luego, después de razonarlo y meditarlo con calma y prudencia, concluí que era darle demasiada importancia a quien ha demostrado no merecer la más mínima atención seria, formal, cabal, razonada, a no ser para ponerle un freno a su incontenible locuacidad que raya en la demencia.Por eso no lo mencionaré en absoluto en este escrito, aunque todo mundo sepa de quién se trata, no merece mi personal atención.
Nunca en mis casi 30 años de litigante, en toda clase de juzgados y tribunales, escuché siquiera por referencia el nombre de este extraño magistrado, así, con minúscula, así como tampoco nunca en todo ese tiempo había visto o sabido de algún integrante del Poder Judicial (magistrado, ministro, juez, secretario o actuario), que haya despotricado tan fluidamente contra un servidor público de cualquiera de los otros dos poderes, nunca antes lo había visto.
Como juzgadores, con la investidura que les otorga el cargo, y como lo señalan todos los ordenamientos jurídicos al respecto, están obligados jueces y magistrados a la prudencia, a la reserva, a la discreción, a la ética, a la imparcialidad, características y virtudes reservadas solo a personalidades libres de traumas y sin problemas emocionales, por ello no cualquiera puede acceder a dichos cargos, claro, excepto cuando son misteriosamente ungidos merced a algún favor o componenda especiales, sin una trayectoria judicial mínima, sin una capacidad específica en el litigio y sin una experiencia académica o en la cátedra, son pues magistrados-hongos que surgen de pronto luego de una lluvia de favores.
Por eso desconocen las reglas máximas de su encargo, por eso carecen de la más elemental vergüenza y calidad moral para comportarse a la altura del alto cargo que desempeñan, desconocen el ABC del funcionario judicial que debe respetar la autonomía e independencia de cualquier funcionario de los otros poderes, en principio para ser respetado igual, pero también para hacer valer la autonomía que define la Constitución. No puede ser de otra manera.
A diferencia de quién hoy se ostenta como magistrado, así con minúsculas, en este espacio no caeré en la tentación de la fácil descalificación a la persona, ni en la estrategia absurda de litigar en medios un tema que se debe litigar en las instancias adecuadas, no, sólo se trata de poner un contexto general más allá de lo formal, de lo jurídico, hay quienes tenemos formación y educación y hay otros que, aunque tuvieron acceso a lo mismo, prefieren comportarse como cholos de barrio haciendo uso de la violencia verbal como su único “argumento” para imponer ideas.
Antes de todo esto, nunca hubiera imaginado siquiera la posibilidad de que un magistrado, así, con minúsculas, del Poder Judicial de Chihuahua estuviese convertido en abierto francotirador del gobernador del estado, no porque le deba temor o que sea intocable, sino porque esencialmente ambos representan dos poderes distintos, autónomos, independientes, pero iguales señala la Constitución, pero sobre todo porque la Carta Magna habla de juzgadores imparciales, éticos, profesionales que se mantengan alejados del conflicto de interés en temas específicos de sus competencias ¿Así cómo?
Yo aquí la dejo. No me interesa entrar a debates estériles de barrio, sin argumento ni asideros reales, no contribuiré al linchamiento mediático estéril y me ceñiré, como hasta hoy lo he hecho, con buen éxito por cierto, a los temas jurídicos, bien sustentados, bien argumentados y, sobre todo, planteados en las instancias que debe ser. Solo eso.
*Abogado