Eduardo Arredondo Delgado
La liga estadounidense, NFL estudia año con año las modas, música y luego el organismo deportivo, las adapta a sus fines en el espectáculo del entretiempo del Superbowl.
El medio tiempo que en ediciones previas llegó a tener a figuras clásicas de la música contemporánea, Michael Jackson, The Rolling Stones etcétera, ahora en este 2022, presumió de “artistas” connotados en Estados Unidos con expresiones ridículas que más bien se asemejan a PANDILLAS Locales (gangs) estructuradas y enajenadas de Los Ángeles.
Esto no se debe a que la NFL saque de la manga artistas sin valía, más bien obedece al momento político que vive Estados Unidos, en el ámbito social y político. Es indiscutible. Por lo mismo Dr. Dre, Eminem, 50cents, Snoop Dogg, incluso fumando marihuana en pleno escenario- en California está permitido.
La tecnología brilló desde luego con los monitores y micrófonos de punta, lo último del mercado y su escenario descomunal ambientados en los callejones pandilleros dejó estupefactos a las nuevas generaciones.
¿Con dinero que no se puede hacer?
El Superbowl es el evento más visto anualmente y el espectáculo del medio tiempo viene a sorprender, pero esta vez el cálculo de la NFL dejó a deber y quedó más bien como un evento localista y no mundial como debe de ser.
No es que el Superbowl deba de ser entendido, se volvió una tradición mundial y si Eminem se hinca en solidaridad con el exquarterback de San Francisco, 49ners, Colin Kaepernick-pese a la molestia de la NFL por romper con los protocolos del himno estadounidense y su barato patriotismo, influye en el televidente porque lo aproxima y lo influye en la cultura del imperialismo.
Ahí los artistas reflejaron o buscaron al menos que los afrodescendientes, mutilados por el racismo y la violencia policial en Estados Unidos tuvieran de un momento de solidaridad.
La NFL no en vano selecciona sus artistas en el tiempo político ahora encabezados por el demócrata, Joseph Biden.
https://www.facebook.com/watch?v=635377377728596