by SERGIO RAMÍREZ El Mundial de Rusia 2018 pasó a la historia por ser el primer que empleó la tecnología del VAR, con la cual los árbitros pudieron señalar más penales y de alguna manera hacer que un partido fuera lo más justo posible. En Qatar 2022, la tecnología tendrá un elemento tecnológico que hará más sencillo el trabajo de los silbantes a la hora de marcar un fuera de lugar.Una de las reglas más complejas del futbol es precisamente el fuera de lugar, el cual obliga a un jugador ofensivo a superar a dos rivales para que un gol sea válido. Uno de esos jugadores es el portero y el otro, generalmente, es un defensa. Si un jugador ofensivo se encuentra por delante de ese defensa, se ubica en posición adelantada o ilegal, y se marca el fuera de lugar.
Los balones tendrán un súper sensor
Aunque en el VAR se revisan estas jugadas, no siempre queda clara la posición legal o ilegal de un futbolista, por lo que en Qatar 2022 se implementará una nueva tecnología semiautomática que ayudará a detectar la posición exacta de los jugadores y todo nace en el balón.
Cada balón del Mundial de Qatar contará con un sensor, capaz de enviar datos ópticos inerciales 500 veces por segundo (o sea 500 cuadros por segundo) justo en en el momento en el que es pateado, de modo que esto permite conocer de forma precisa el punto de golpeo en el esférico.
Esto es una locura, pues en televisión, el seguimiento óptico se “limita” a 50 cuadros por segundo. Así, sabremos la posición exacta del balón en el momento que es pateado.
¿Y cómo se sabrá la posición de un jugador?
Cada partido será monitoreado por 12 cámaras especiales que estarán montadas debajo del techo de cada estadio de Qatar. Estos lentes rastrearán el balón, así como 29 puntos de la parte del cuerpo de cada jugador involucrado en un posible fuera de lugar.
Estos 29 puntos se enfocarán principalmente en las extremidades y articulaciones y podrá detectar detalles a 50 cuadros por segundo para determinar las posiciones exactas, así que literalmente se podrá marcar un fuera de lugar prácticamente por un pelo.
Todos los datos irán a la sala del VAR
En cuestión de segundos, los datos del balón y de las 12 cámaras serán procesados a través de inteligencia artificial, para después enviar una alerta en la sala de operaciones de video (o sea, el cuchitril del VAR).
Los árbitros del VAR serán los encargados de analizar los datos gráficos y finalmente comunicarán al árbitro a través del auricular para informar si hay fuera de lugar o no.
Pero ahí no para la cosa, ya que la imagen que ven los árbitros del VAR se proyectará tanto en televisión como en las pantallas de cada uno de los estadios para que los aficionados puedan ver la jugada digital y constatar que la decisión de anular una jugada (o dejarla seguir) fue correcta.
Por ahora, esta tecnología será exclusiva del Mundial, aunque conforme pasen los años podríamos verla en las principales ligas del mundo, como en la Champions League.