El Senado dominado por los republicanos, confirmó a Amy Coney Barrett, la jueza conservadora que el presidente Donald Trump propuso para la Corte Suprema, una victoria para el mandatario a ocho días de las elecciones en Estados Unidos.
El Senado votó por 52 votos a favor y 48 en contra la nominación de la jueza Amy Coney Barrett que va cimentar la mayoría que tienen los conservadores en el alto tribunal, que ahora será de seis contra tres.
Está previsto que Barrett, de 48 años, jure su cargo vitalicio esta misma noche en un acto en la Casa Blanca en el que también participará el presidente Donald Trump.
La confirmación de Barrett en el Senado llega tras un apresurado y polémico proceso que se inició el 18 de septiembre pasado con la muerte de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg a los 87 años.
Barrett fue nominada por Trump días después, el 26 de septiembre, antes de que Ginsburg fuese incluso enterrada.
Del mismo modo que los republicanos bloquearon la confirmación de un juez progresista durante el último año del mandato de Barack Obama, no quisieron arriesgarse ahora a que una posible victoria demócrata la semana que viene frustrase sus planes con Barrett.
Los republicanos aprovecharon así su control sobre el Ejecutivo y sobre el Senado para decantar aún más a su favor el Supremo, que ahora queda con seis magistrados conservadores y tres progresistas, lo que marca el futuro de la corte para las próximas décadas.
En días pasados, Coney Barrett aseguró que su fe católica no pesará en sus decisiones, pero se negó a opinar sobre la sentencia del alto tribunal que legalizó el aborto.
«Los jueces no pueden levantarse una mañana y decir: ‘Tengo una meta en mi vida, amo u odio las armas de fuego, amo u odio el aborto’ e imponer su voluntad como figuras de la realeza», dijo.