Hace un par de días Dulce Silva Hernández anunció —mediante sus redes— que busca una oportunidad para contender por la gubernatura de Tlaxcala bajo la bandera de Morena.
Más o menos esto fue lo Dulce Hernández dijo: “Me registré formalmente en Morena para participar en el proceso a la candidatura por la gobernatura de Tlaxcala. Me siento contenta, estamos arriba en las encuestas”.
De la “boda fifí” a una precandidatura para la gubernatura de Tlaxcala
El registro se hizo el 5 de diciembre en medio de los y las simpatizantes que le cayeron a las oficinas de Morena en la colonia Roma, alcaldía Cuauhtémoc CDMX —a pesar de las recomendaciones de las autoridades chilangas para que la gente evite como sea las aglomeraciones, hasta música y un breve bailongo se armó, aunque no fue la única aspirante que llevó a su tropa como apoyo. Hubo otros casos.
Pero regresando al rollo de la precandidatura de Dulce Silva Hernández, empresaria de Huamantla, Tlaxcala, vale mencionar que junto con César Yáñez comparte militancia en Morena.
Y ahora rumbo a las elecciones del 6 de junio de 2021, Hernández ha aprovechado el tiempo para hacer proselitismo y en una de esas llevarse la candidatura a la gubernatura —además de denunciar acoso y hostigamiento en su contra y su equipo de trabajo porque, de acuerdo con la empresaria, “bien” en las encuestas. “Los medios aliados de los que no quieren el bien de Tlaxcala siguen intentando perjudicarme, pero no conseguirán su objetivo”, acusó.
Mientras eso sucede, también hay que recordar que César Yáñez trabaja como coordinador General de Política de AMLO, después de ser criticado por la llamada “boda fifí” que puso en problemas a Andrés Manuel López Obrador.
Va de nuez: las críticas fueron porque César Yáñez y Dulce Silva Hernández replicaron —sin medir el costo político y ético— las prácticas del PRI, como presumir bodas o eventos a gran escala y mandarlos a publicación en portadas de revistas del corazón internacionales, tal como le sucedió a Enrique Peña Nieto y la Gaviota, Angélica Rivera.