Sin miramientos y con humillación incluida, el América avasalló a los Pumas con global de 7-2 y con ello consiguió su pase a la Final en la que se verá las caras con el Cruz Azul.
Tras un vibrante encuentro en Ciudad Universitaria (1-1) el jueves pasado, América y Pumas saltaron a la cancha del Estadio Azteca con el eterno compromiso de brindarse en el terreno de juego: tenían prohibido perder.
América siguió fiel a su estilo, se mostró contundente de cara al marco universitario, el primero en la frente de Universidad fue obra de Renato Ibarra, apenas al minuto 7. El futbolista paraguayo recibió en la franja izquierda y ante la tibia marcación de Malcorra, asestó un disparo sólido que entró dramáticamente a la portería felina tras escurrírsele a Saldívar.
Gran sufrimiento para la afición universitaria que no dejaba de alentar desde las gradas. Así, los Pumas tomaron inspiración y no decayeron pese al gol tempranero azulcrema. De a poco se sacudieron el nervio y al 23′, en un tiro de esquina, los auriazules elaboraron una jugada con rumbo a la cabeza del goleador Carlos González y éste la mandó al fondo de las redes americanistas con un testarazo espectacular con el que venció al arquero Marchesín. Empate en el Azteca.
Vendaval americanista. Poco tiempo pasó para que las Águilas se convirtieran, nuevamente, en el verdugo de su odiado rival deportivo. Al 27′ llegó Bruno Valdez para abrir las compuertas de una cascada de goles que terminaron por crear un lago de humillación donde ahogaron al conjunto de Pumas. El paraguayo anotó el 2-1. Luego, al 35′ Roger Beyker aprovechó un regalo cubierto de oro por parte del arquero Saldívar y clavó el tercero en la frente de unos auriazules que empezaban a enfriarse con su helada realidad.
Ya para el segundo tiempo, las cosas continuaron con el mismo tenor con el que finalizaron en la primera mitad: América, sin despeinarse, creaba jugadas de gol ante la inoperancia de todo el conjunto de la UNAM.
El 4-1 cayó al 45′ en los botines de Guido Rodríguez. Euforia y festejo completo en las gradas americanistas, pues su equipo estaba, literalmente, arrastrando a su rival.
Al 49′ Diego Lainez cerró la pinza para anotar el quinto que aplastaba a toda la nación puma. América ya firmaba su pase a la Final. Ya pensaba en la siguiente fase del torneo. Pero los Pumas y sus bondadosos jugadores estaban de oferta en una noche negra para la afición auriazul; el sexto llegó al minuto 70, Víctor Aguilera terminó por limar la «garra puma» y anotó el 6-1, ante la mirada atónita del estratega David Patiño, un personaje que se emberrinchó en poner como lateral a Malcorra, un jugador que desconocía la posición y en el pecado llevó una penitencia que parecerá eterna para la afición universitaria.
Tras el sexto, América se insinuó sobre la cabaña de Saldívar, pero ya sin mucho empuje, con un poco de apiado por su rival. Pumas gastó sus tres cambios pero en ningún momento le fue suficiente para cambiar la cara, vaya, ni para evitar verse tan infinitamente inferior en una noche de pesadilla que América supo aprovechar de principio a fin en una especie de kermés.
Con el abultado marcador a favor de 7-2 global, con la energía renovada y con todo el derecho, las Águilas del América llegan a la Final del Apertura 2018 donde pelearán el título ante el líder Cruz Azul. Pumas, por su parte, buscarán consuelo en el tiempo luego de una goleada que difícilmente olvidarán los corazones universitarios.
Víctor Aguilera, del América, festeja su gol contra los Pumas, durante el juego de vuelta de las semifinales del Torneo Apertura 2018 de la Liga MX, en el Estadio Azteca.