by SERGIO RAMÍREZ
Santiago Giménez ya respiraba como un cruzazulino más en los primeros días de nacimiento. Su madre y su padre lo criaron en los primeros meses de vida como un “hincha” de Boca Juniors porque su padre, Christian, jugaba en dicho club. El 20 de junio de 2001, ‘Chaco’ festejaba el título de aquella Copa Libertadores en la que Cruz Azul cayó en penales en La Bombonera. Para ese entonces, Santiago tenía dos meses y dos días de edad.
A Santi también lo vistieron con la playera de Unión Santa Fe e Independiente en los pocos años que vivió en Argentina, y en México también portó los colores del Veracruz, Pachuca y hasta del América, pero ningún color e historia le sedujo más que la de Cruz Azul, donde su padre se partió el alma por conseguir un título de liga que nunca llegó.
Cuando su padre llegó a La Máquina, en 2010, Santiago tenía nueve años de edad, mientras que el equipo capitalino cumplía 13 años sin conquistar el título de liga, pero esa pasión que le puso su padre y su máximo ídolo durante los siete años siguientes, lo convirtieron en un aficionado más de Cruz Azul, club con el que se formó como futbolista.
Uno de los momentos que marcó esa pasión y en un aliado de La Máquina fue cuando como recogebalones retrasó la reanudación del partido, por lo cual fue expulsado en un partido de liga, aún en el Estadio Azul. “Es el hijo del ‘Chaco’”, murmuraban en las tribunas, por lo que un sector de la afición lo ovacionó. Aquel joven que soñaba con debutar en Primera División en el equipo en el que su padre se hizo ídolo, está por dar el salto al futbol de Europa.
El día en que Santiago Giménez cumplió el sueño de su padre
“Son dos historias diferentes, dos momentos diferentes, jugadores diferentes y estoy muy feliz y obviamente ya me superó y eso me pone muy contento”, dijo Christian, quien en 2015 veía imposible el hecho de compartir la cancha con Santiago.
Sin embargo, el 16 de junio de 2016, el sueño del ‘Chaco’ se hizo realidad, en un partido amistoso contra Pumas, en Houston, Texas. Santiago Tenía 15 años de edad y jugó 15 minutos, con el número 349, y provocó un penal, el cual cobró y falló su padre. Aún así, el momento fue especial para ambos.
Esas mismas lágrimas que derramó ‘Chaco’ en cada uno de los intentos fallidos por sacar a Cruz Azul campeón, se convirtieron después en lágrimas de orgullo cuando vio a su hijo por primera vez titular en La Máquina, la primera vez que marcó un gol y más aún cuando logró el título de liga de la tan anhelada novena. “Viste que no era tan difícil”, le dijo Santiago a su padre entre los festejos de aquel título.