San Judas Tadeo es conocido como el santo de las causas perdidas, protector de ladrones y policías. Sus fieles cariñosamente lo llaman San Juditas y cada 28 de octubre acuden con fervor a la Iglesia de San Hipólito,
¿Quién es San Judas Tadeo?
De acuerdo al Nuevo Testamento, San Judas Tadeo fue uno de los doce apóstoles que siguieron a Jesús durante su ministerio. El mismo texto señala a Judas como hermano de Jesús, tema sobre el que existe un amplio debate. Es importante no confundirlo con Judas Iscariote, quien de acuerdo a la leyenda vendió a Jesus para su crucifixión. Su nombre en hebreo (Yehuda) significa «alabanzas sean dadas a Dios».
El Templo de San Hipólito en la Ciudad de México
En México la devoción se encuentra ampliamente extendida entre las familias de la capital, principalmente entre los estratos populares. El epicentro de religioso en torno a la figura de Tadeo se encuentra en la Iglesia de San Hipólito, templo novohispano edificado en 1521.
San Hipólito fue uno de los primeros templos en edificarse durante la colonia. Como monumento, conmemora la toma de Tenochtitlán a manos de los colonizadores. Se encuentra construido en lo que inicialmente fue una hermita hecha por Hernán Cortés para conmemorar la Noche Triste. El templo se finalizó en 1740. A su vez, San Hipólito se convirtió en el patrono de la Ciudad de México.
Sin embargo, poco a poco la advocación del templo cambió hasta convertirse en un centro de peregrinación para los fieles al San Judas Tadeo. Entre las devociones se encuentran peregrinaciones menores cada 28 de mes, algunas de ellas para cumplir mandas. La peregrinación y fiesta mayor tienen lugar el 28 de octubre de cada año, evento que suele ir acompañado de fiestas en los barrios populares de la capital y el Estado de México.
Durante las peregrinaciones del 28 de octubre es común observar fieles cargando figuras de San Judas Tadeo de distintos tamaños, algunas de las cuales alcanzan dimensiones humanas.
¿Por qué es el santo de la causas perdidas?
San Judas Tadeo se venera principalmente por la atribución de milagros. Los colores de su ropaje representan esperanza y renovación, de ello que sea buscado por quienes se encuentran en problemas o llevan una vida limítrofe. Por otra parte, Tadeo suele confundirse con Judas Iscariote, con lo cual se asume que se trata de alguien que ha violado las normas divinas, lo que permite que los sectores excluidos se identifiquen fácilmente con él.
En la tradición mexicana, para que la posesión de una imagen del santo sea efectiva, el ícono debe ser comprado, regalado o robado (lo que implica dar la vida por el santo).
28 de octubre, día de San Judas Tadeo
De acuerdo con la antropóloga Miriam Cruz Mejía, “el culto moderno del santo surgió en Chicago en 1929, tras la gran crisis económica estadounidense. En ese contexto, los hermanos claretianos promovieron la devoción a su imagen para dar aliento a los feligreses. El 28 de octubre de 1929 se celebró la primera misa en honor al San Judas Tadeo, culto que posteriormente se extendió por América Latina.”
Mejía, también piensa que San judas Tadeo “capta la atención de lo jóvenes más vulnerables; de aquellos que carecen de empleo o estudios. A ellos, el santo responde como amigo y escucha, casi como si fuese un pariente cercano o complice de sus labores cotidianas.” Actualmente es el santo más venerado en México después de la Virgen de Guadalupe.
Oración a San Judas Tadeo
¡Glorioso apóstol San Judas Tadeo! Por causa de llevar el nombre de quien entregó a nuestro querido Maestro en manos de sus enemigos, muchos os han olvidado. Pero la Iglesia os honra e invoca como Patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por nosotros, que somos pecadores, y haz uso os rogamos de ese privilegio especial a vos te concedió nuestro Señor, de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en nuestra ayuda en esta gran necesidad, e intercede ante nuestro Señor para que recibamos su consuelo y socorro en medio de nuestras tribulaciones y sufrimientos. Que bendiga Dios a vos y a todos los escogidos por toda la eternidad. Amén.