Lo importante de tener personal capacitado para actuar en momentos de crisis, es vital para días como el de ayer. La Gobernadora Maru Campos se dio cuenta que César Duarte venía en camino a Chihuahua por la prensa nacional y en Chihuahua nadie sabía nada. Al intentar hablar con el fiscal general Roberto Fierro, este se encontraba fuera del estado y al medio día de ayer, aún no tenía información de qué Duarte venía en avión a Ciudad de México. La gobernadora tuvo que improvisar un mensaje a través de Facebook para informar que César Duarte llegaría a Chihuahua y que se actuaría conforme a derecho.
Lo que demostró el Gobierno de Chihuahua es que andan en la fiesta, en la nube del poder, en todo menos en lo sustantivo que es la gobernabilidad. Es inconcebible que en su mensaje, Maru Campos hable de buenas relaciones con el Gobierno Federal y que, ni siquiera le hayan informado de la extradición del exgobernador. Por supuesto que fue el fiscal Fierro quien, ayer, por vez primera recibió un fuerte regaño de la gobernadora, la amistad quedó atrás. Pero el oso que el Gobierno del Estado de Chihuahua mostró, es solo una muestra de que andan perdidos.
Las oficinas de prensa colapsaron al intentar cubrir la ausencia del fiscal, de quien nadie sabía dónde andaba, hicieron que Maru saliera a escena con un discurso mal integrado y para rematar, a las 4:30 de la tarde aparece Javier Fierro titubeante, tembloroso, ausente de ideas y con nulas respuestas a los reporteros. Su actuar es como si trajera una gran «resaca». La noticia más esperada por Corral, ahora por Maru Campos y su combate a la corrupción, se convirtió en un circo.