Rhianna queda a deber
Grandes sumas de dinero, espectáculos insípidos en SuperBowl
Eduardo Arredondo Delgado
Las expectativas de Rhianna en el Superbowl LVII eran muchas, y solo superó la de los fans. Porque dejó a deber y la crisis del entretenimiento en el medio tiempo en picada.
No fue el embarazo prominente de la cantante sino la ausencia de emoción y sí sustituida por la gran tecnología que ya acostumbran los intermedios del Super Bowls, uno de los espectáculos más vistos en la televisión mundial.
La de Islas Barbados salió al escenario desde las alturas con un vestido rojo que lucía más a una larga pijama holgada y sus interpretaciones cayeron en la monotonía.
Los diseñadores del espectáculo del entretenimiento en el estadio State Farm en el Superbowl LVII colocaron plataformas movibles, cuyas tarimas descendían desde grandes alturas. Ahí Rhianna intentó cautivar, atrapar pero no pudo.
Ni Rhianna ni los espectáculos previos de las últimas ediciones- tres años por lo menos- han propuesto poco, salvo atiborrar el escenario de cámaras, bailarines y un sonido descomunal.
Aquellos años con la presencia de Michael Jackson, Rolling Stones y Paul McCartney han quedado en episodios memorables, ahora la falta de creatividad ha dejado solos a las nuevas generaciones.
El evento más importante del mundo deportivamente hablando necesita nuevos directores de entretenimiento y ponerlos a prueba una agenda pendiente.