México vivió el último conflicto armado más grande del país
El 20 de Noviembre de 1910 es la fecha en que inició la Revolución Mexicana y terminó el 5 de febrero de 1917 con la Constitución Política que rige a México actualmente.
Aquel día, Francisco I. Madero convocó al pueblo a levantarse en armas en contra del régimen de Porfirio Díaz , al que consideraba una dictadura. Aquel 20 de Noviembre de 1910 destacan los movimientos que Pascual Orozco y Francisco Villa encabezaron en Chihuahua.
El general Porfirio Díaz
Francisco I. Madero y la no reelección
Madero era hacendado de Coahuila, en donde su familia aún tiene descendientes. En 1908, Francisco I. Madero publicó el libro La sucesión presidencial de 1910, en donde criticaba abiertamente al general Porfirio Díaz, quien tenía 30 años en el poder.
Cuando se realizaron las elecciones en junio de 1910, Díaz y Madero fueron los candidatos, pero el general se reeligió como presidente de México y encarceló a Madero por rebelión. Sin embargo, ya había una polarización e inconformidad al régiman de Porfirio Díaz, que llevaba varios años cocinándose.
Posteriormente, otros líderes comenzaron a adherirse al movimiento de Madero, quien desde el exilio en Texas, lanzó el Plan de San Luis, en el que acuñó la famosa frase de «Sufragio efectivo. No reelección».
Madero y su esposa
La decena trágica
Madero fue presidente del 6 de noviembre de 1911 al 19 de febrero de 1913, cuando fue derrocado por Victoriano Huerta, en la llamada » decena trágica «, en la que participó Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz.
Francisco I. Madero fue asesinado junto con su vicepresidente José María Pino Suárez en la decena trágica, en el que también Gustavo A. Madero fue torturado y asesinado.
Después del Golpe de Estado, Huerta asumió la presidencia de México, pero de inmediato hubo oposiciones, como la del entonces gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, quien se levantó en armas en contra de Victoriano Huerta.
Al levantamiento armado en contra de Díaz y Huerta, también se sumaron Emiliano Zapata y Francisco Villa, quienes al final rompieron con Carranza, cuando éste trinfó sobre Huerta.
La lucha de la decena trágica
La Revolución contra Huerta
formó la División del Norte, el ejército más poderoso de la Revolución, que era financiado entre la propia moneda que Villa creó, los derechos que Hollywood le pagaba al Centauro del Norte por grabar sus batallas e incluso, por la retención de haciendas y bancos.
Los carrancistas lucharon contra los zapatistas, a quienes les quemaban las tierras. Zapata realizó el Plan de Ayala desde 1911, en el que pedía tierra para los campesinos, una demanda que aún reivindica el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Carranza, Villa, Zapata y Álvaro Obregón se reunieron en la Convención de Aguascalientes para llegar a un acuerdo, luego de que Victoriano Huerta renunció a la presidencia en 1914.
Sin embargo, Villa y Zapata no simpatizaban con Carranza, lo que generó una ruptura que llevó a una lucha de guerrillas, que fue la siguiente etapa de la Revolución.
¿Cuándo empezó la Revolución mexicana?
La Revolución mexicana comenzó el 20 de noviembre de 1910, cuando un movimiento revolucionario encabezado por Francisco Madero se levantó en armas contra la dictadura de Porfirio Diaz, iniciando dicho conflicto armado en el norte del país mexicano y, posteriormente, extendiéndose por gran parte de México.
¿Cuándo terminó la Revolución mexicana?
Hoy día no existe un consenso entre los historiadores sobre cuándo acabó la Revolución mexicana. No obstante, se manejan varias hipótesis:
- La primera de estas sitúa el fin de dicho proceso revolucionario en 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana.
- Otras, por el contrario, sitúan el fin de la Revolución mexicana en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta, o en 1924 con la de Plutarco Elías Calles (siendo este último quien iniciase el conflicto bélico religioso conocido como la Guerra Cristera).
- Finalmente, algunos aseguran que la Revolución mexicana se extendió, incluso, hasta 1940.
Antecedentes de la Revolución mexicana
Porfirio Diaz y el porfiriato
La mayoría de revoluciones a lo largo de la historia han tenido como motivación principal el derrocamiento de un régimen tiránico y/o dictatorial o bien la instauración de un nuevo sistema ideológico.
Tal es el caso de la Revolución mexicana, cuya motivación principal era acabar con el régimen de Porfirio Díaz, un mestizo oaxaqueño que había participado en la Segunda intervención francesa entre los años 1862 y 1867, y asumido la presidencia de México por primera vez en 1876.
Antecedentes económicos
En 1856, la ley Lerdo declararía baldías las propiedades corporativas, especialmente las de la Iglesia católica y las comunidades indígenas.
Asimismo, entre los años 1889 y 1890, el gobierno de Porfirio Díaz ordenó que las tierras comunales se hicieran parcelables, lo que derivó en una ola de estafas hacia la población indígena orquestadas por particulares y funcionaros que vieron en la ignorancia de estos respecto a la propiedad privada la oportunidad perfecta para engañarlos.
En consecuencia, la población indígena, ahora sin tierras, se vio en la obligación de convertirse en jornalera en las haciendas cercanas. Porfirio Díaz continuaría, mediante la promulgación de nuevas leyes en materia económica, declarando baldías a todas aquellas tierras que no tuviesen su respectivo título de posesión.
Así fue como, en 1910, menos del 1% de las familias en México poseían o controlaban cerca del 85% de las tierras cultivables. En este sentido, el gobierno de Porfirio Díaz fue construyendo una sociedad bastante desigual, siendo esta la razón de que algunos consideren al porfiriato como un régimen ideal y otros como uno tiránico.
Si bien durante el mandato de Díaz, México se había erigido como una potencia en materia económica, el costo de dicho logro sería la explotación de los pequeños pueblos y agricultores independientes, quienes estaban obligados a pagar altísimos impuestos.
Además, se encontraban en clara desventaja frente a los grandes hacendados, quienes sí podían tener acceso a créditos y a proyectos de irrigación.
Antecedentes sociales
Durante el porfiriato, la cantidad de latifundios (hacienda agrícola de gran extensión que pertenece a un solo propietario) era lo suficientemente grande como para que el 80% de la población mexicana dependiera del salario rural.
Dentro de los latifundios existía una especie de Estado independiente, con sus propias leyes y sistema de justicia —similar al feudalismo—, donde la palabra de los latifundistas era la ley.
Algunas de las inescrupulosas practicas ejercidas por los dueños de los latifundios contra los trabajadores fueron las siguientes:
- Reclutamiento obligatorio.
- Contratación por engaño.
- Adjudicación de una deuda inexistente (enganche).
- Pago de salarios en mercancías.
- Endeudamiento exacerbado mediante el engaño o elementos coercitivos.
- Represión y maltrato laboral.
En consecuencia, una considerable cantidad de intelectuales alzarían su voz contra las injusticias ejercidas contra la clase obrera, siendo algunos de estos Lázaro Gutiérrez de Lara, Práxedis G. Guerrero, Juan Sarabia y Ricardo Flores Magón.
Antecedentes culturales
Se podría calificar al gobierno de Porfirio Diaz, incluyendo dentro del mismo al grupo de los Científicos, como una especie de oligarquía basada en un pensamiento aristocrático y darwinista, socialmente hablando, donde sólo los mejores a nivel cognitivo —nótese las similitudes con La República de Platón— poseían la capacidad de dirigir el gobierno.
Todo ello condujo al alzamiento de la población campesina y obrera, quienes reclamaban mayor participación en la toma de decisiones, así como también mayor poder e influencia política.
Causas de la Revolución mexicana
La siguiente lista tiene como finalidad exponer con detalle cada una de las causas tras el estallido de la Revolución mexicana en noviembre de 1910:
Desigualdad ante la ley y concentración de la riqueza
Si bien la mayoría de historiadores e intelectuales definen la desigualdad social como algo malvado y que, por tanto, debe ser erradicado, lo cierto es que en ocasiones dicha desigualdad es producto de la libertad, la acción y el pensamiento propio de cada individuo. Por tal motivo, es preciso identificar correctamente la verdadera causa de un problema determinado a la hora de exponer un suceso histórico.
En el caso específico de México durante el mandato de Porfirio Díaz, lo correcto sería hablar de desigualdad ante la ley, ya que los latifundistas recibían un trato totalmente desigual, uno que podría ser descrito como un privilegio (en contraste con el trato inhumano e inescrupuloso que recibía la población campesina y obrera).
En consecuencia, solo los latifundistas, junto a todos aquellos que formaran parte del selecto grupo de beneficiados, comenzarían a concentrar toda la riqueza de la nación.
Todo ello dividiría a México en dos perspectivas totalmente opuestas. Para algunos (los latifundistas), México era un país creciente y poderoso, y, para otros, México estaba sometido a un régimen inescrupuloso y desalmado.
Régimen dictatorial
Durante el mandato de Porfirio Díaz no existía libertad política alguna, es decir, la democracia era totalmente inexistente.
En este sentido, los ciudadanos no tenían la capacidad de elegir a sus propios representantes políticos a nivel estatal o federal, pues estos eran impuestos arbitrariamente por Porfirio Díaz, cuya permanencia en la presidencia de la nación no estaba sujeta a discusión alguna.
Despojo de tierras a los campesinos
Una serie de reformas y leyes implementadas por Porfirio Díaz privó a los campesinos y a los indígenas de sus tierras, ya que, según se establecía en dichas reformas, las tierras podían ser consideradas baldías si no poseían su respectivo título de propiedad.
Creación de latifundios
Durante el porfiriato se impulsó la creación de latifundios, por lo que gran parte del sector agrícola y ganadero quedó dominado por unos pocos propietarios, mientras que el resto de mexicanos quedaron obligados a trabajar en dichos latifundios con condiciones paupérrimas de trabajo, ya fuera mediante engaños o por producto de la coerción, y un salario que no estaba sujeto a discusión.
Población analfabeta
Nuevamente, fruto del trato desigual ante la ley, y de la desigualdad social generada a partir de esta, la población mexicana era mayormente analfabeta (alrededor de un 80%).
Libertad de expresión inexistente
Todo aquel que se atreviese a diferir o despotricar de alguna de las medidas tomadas por el ejecutivo debía afrontar las consecuencias. En este sentido, tanto la prensa como cualquier sector de la población tenía prohibido emitir cualquier tipo de opinión que hiciera apología a la oposición del porfiriato.
Represión y uso exacerbado de la fuerza
Si bien las condiciones de trabajo de los campesinos y obreros de los latifundios eran lo suficientemente paupérrimas como para ser consideradas una especie de esclavitud, a ello se le debía añadir las brutales represiones que estos recibían si osaban manifestar su inconformidad ante sus empleadores. Por ejemplo, durante la huelga de Cananea, en 1906, y la huelga de Río Blanco, en 1907, varios obreros fueron asesinados.
Etapas de la Revolución mexicana
Porfiriato
El porfiriato constituye la primera de todas las fases de la Revolución mexicana y, en consecuencia, alberga en sí misma, como etapa principal, todas las causas detonantes de dicha revolución.
Como se ha explicado a lo largo del presente artículo, el porfiriato fue el nombre con el que se conoció al gobierno de Porfirio Díaz, el cual se extendió de manera ininterrumpida desde el 1 de diciembre de 1884 hasta el 25 de mayo de 1911.
Cabe destacar que, previo a los 27 años de presidencia ininterrumpida de Porfirio Díaz, el mismo ya había ostentado tres veces el cargo de jefe de Estado de México:
- La primera vez ejerció como presidente interino tras el triunfo de la Revolución de Tuxtepec, entre el 28 de noviembre de 1876 y el 6 de diciembre de 1876.
- La segunda vez, desde el 17 de febrero de 1877 al 5 de mayo del mismo año.
- Finalmente, asumió la presidencia de México de forma constitucional desde el 5 de mayo de 1877 hasta el 30 de noviembre de 1880.
Ya hacia 1910, Díaz acusaría a su principal contendiente, Francisco Madero, de rebelión, tras lo cual decidiría llevarlo a prisión. Tras esto, no tendría quien le hiciese frente en las elecciones, por lo que resultaría electo en las mismas, olvidando así su promesa de no reelegirse en 1910.
Madero sería liberado de prisión con la condición de no salir de San Luis Potosí. Sin embargo, se escaparía a los Estados Unidos de América, lugar desde el cual prepararía un plan contra Díaz.
Revolución maderista
Tras llegar a Estados Unidos, Madero comenzaría a planificar un movimiento revolucionario que acabase con el porfiriato. Así fue como, el 20 de noviembre de 1910, proclamaría desde San Antonio, Texas, el Plan de San Luis; un llamado a tomar las armas contra la dictadura de Porfirio Díaz.
Madero regresaría a México invadiendo la Ciudad de Juárez. Por su parte, Díaz respondería suspendiendo las garantías constitucionales. Asimismo, la clase media democrática se sumaría a las protestas, encabezadas principalmente por campesinos y obreros, dentro de los que destacaban Emiliano Zapata y Francisco «Pancho» Villa.
La creciente presión del movimiento revolucionario llevó al presidente Díaz a remover a todo su gabinete e impulsar una norma que impidiese la reelección; sin embargo, para los maderistas eso no sería suficiente.
Finalmente, el 25 de mayo de 1911, tras poco más de seis meses de protesta ininterrumpida, Porfirio Díaz renunciaría a la presidencia y se exiliaría en Francia, donde moriría cuatro años más tarde.
Luego de esta renuncia, Francisco León de la Barra, quien en aquel entonces fungía como ministro de Exteriores, asumiría la presidencia de México, formando así un gobierno de unidad nacional; no obstante, este fracasaría.
Tras esto, se convocarían elecciones para elegir a un nuevo presidente, resultando electo Francisco Madero con el 99% de los sufragios.
Presidencia de Madero
Si bien la elección de Francisco Madero como presidente de México significaba el fin del porfiriato, el proceso revolucionario que este había iniciado aún no había terminado. En un principio, la presidencia de Madero permitiría que la clase media lograse llegar a altos cargos políticos; sin embargo, dejaría a un lado a los campesinos y obreros, quienes continuarían siendo relegados.
Los movimientos contrarrevolucionarios no tardaron en aparecer. Fue así como Francisco Madero terminaría enfrentándose a Emiliano Zapata, quien había sido su aliado al inicio de la revolución.
El gobierno de Madero entraría en declive, recibiendo un golpe de Estado conocido como la Decena Trágica entre el 9 y el 23 de febrero de 1913.
Los catorce días que duró la Decena Trágica serían suficientes para que:
- Los porfiristas Bernardo Reyes y Félix Díaz fueran puestos en libertad.
- El general Victoriano Huerta traicionase a Francisco Madero tras firmar el Pacto de la Ciudadela con un recién liberado Félix Díaz.
- Aureliano Blanquet apresase al presidente Madero y al vicepresidente Suárez con el beneplácito del congreso, resultando estos asesinados mientras iban camino a la cárcel.
- El general Victoriano Huerta asumiese la presidencia de México.
Dictadura de Victoriano Huerta
El gobierno de Victoriano Huerta se propondría como objetivo principal estabilizar el país, incluso si ello implicase acabar con las reformas democráticas y disolver el congreso.
Pese a lo antes expuesto, Huerta deseaba conseguir en el presidente estadounidense Woodrow Wilson el aliado ideal de su régimen. No obstante, este no solo le negaría su beneplácito, sino que también le pediría que convocase elecciones libres y que, además, no participase en las mismas.
El destino de Victoriano Huerta no sería distinto al de su antecesor, Porfirio Díaz, ya que, tras una serie de revueltas a nivel nacional y la intervención de tropas estadounidenses en suelo mexicano —que concluyeron con la Toma de Zacatecas, el 23 de junio de 1914—, renunciaría a la presidencia de México el 15 de julio de 1914 y partiría al exilio.
Enfrentamiento entre Villa, Zapata y Carranza
Luego de la renuncia de Victoriano Huerta y la Convención de Aguas Calientes, comenzaría un nuevo enfrentamiento, esta vez entre Francisco Villa, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza y los seguidores de estos (villistas, zapatistas y carrancistas).
De todos estos, Carranza fue el más astuto, pues formó una alianza con los Estados Unidos que le permitió recuperar el control de México. Además, convocó un Congreso Constituyente en el que se redactó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, la cual permanece vigente en la actualidad.
Carranza resultaría electo presidente en las elecciones celebradas tras el fin del Congreso Constituyente, asumiendo como presidente constitucional desde el 1 de mayo de 1917 hasta el 21 de mayo de 1920.
Conclusión
Es en este punto de la historia (1917) donde algunos historiadores señalan el fin de la Revolución mexicana. Sin embargo, la inestabilidad política, las revueltas y los enfrentamientos seguirían vigentes, al menos durante doce años más, acabando, finalmente, con el convenio de paz tras el fin de la guerra cristera en 1929.
Consecuencias de la Revolución mexicana
La siguiente lista tiene como finalidad exponer con detalle cada una de las consecuencias surgidas tras la Revolución mexicana, especialmente en el ámbito social, político y cultural de México:
Consecuencias políticas, sociales y económicas
- Los dirigentes porfiristas, es decir, aquellos que formaban parte del gabinete del poder ejecutivo o bien gobernaban de facto junto a Porfirio Díaz durante su régimen dictatorial, perderían el gran poder político que ostentaban; sin embargo, continuarían conservando su poder económico.
- El sistema sociopolítico pasó a estar fuertemente influenciado y/o dominado por los militares. Tal aseveración se puede comprobar en el abrumador aumento de puestos gubernamentales ocupados por militares en el gobierno de Plutarco Elías Calles, en contraste con el sistema sociopolítico que ostentaba el gobierno de Porfirio Díaz.
- La nueva clase política surgida tras la revolución comenzaría a enriquecerse a través de propiedades de bienes raíces y algunos negocios, derrochando dicho capital en diversión y excentricidades.
- Los grandes propietarios rurales y una pequeña población campesina emigraron a las ciudades con la finalidad de huir del desorden y el caos del campo. En consecuencia, el capital aportado por las ciudades al PIB paso de ser un 42% en 1900 a un 60% en 1940.
- La población campesina comenzó a empobrecerse como resultado de la reforma agraria surgida tras la revolución. Entre 1934 y 1940 se registró una disminución del 25% de los salarios reales en el campo, en contraste con el aumento del 20% de los salarios reales de los obreros en las grandes urbes.
- Parte de la población campesina, que decidió emigrar del campo, tuvo como destino los Estados Unidos de América.
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