Omar Peralta
El ascenso siempre es una tierra prometida: el lugar al cual volver para salir del inframundo. El Real Oviedo ha pasado 23 años fuera de la Primera División del futbol español. Su índole histórica ha tenido que lidiar con una prolongada pesadilla que puede dejar de ser eterna el próximo domingo cuando visiten Barcelona para medirse con el Espanyol. Contra ellos se juegan el derecho a formar parte de LaLiga. La promoción los tiene adelante con un 1-0 conseguido en la Ida. El fin de la obra todavía está por dirimirse, pero el entusiasmo que este club ha despertado se deja sentir en las calles de manera excepcional.
En 2001, con Radomir Antić en el banco, el Oviedo perdió la categoría, un hecho que ya les había amenazado en años cercanos, después de que la primera parte de los noventa fuera de bonanza absoluta: jugaron, por vez primera en su historia, una competencia europea, con la Copa UEFA en la edición de 1991-1992. Fue una ironía: después de tocar el cielo, y de alcanzar una estabilidad deseable para todo club modesto, avecinó un infierno que nadie vio venir.
El descenso fue apenas el comienzo. Al año siguiente (2001-2002), quedaron a once puntos del ascenso. No se dio. Llegó algo peor al siguiente ciclo: el descenso a la Segunda División B. En dos años, el histórico Oviedo había bajado dos escalones en el sistema de competencias del futbol español. La turbulencia tenía que parar en algún momento. A partir de 2012, el panorama comenzó a cambiar: Grupo Carso, del empresario mexicano Carlos Slim, y Grupo Pachuca, de Jesús Martínez, se convirtieron en accionistas del club (esta sociedad tenía un sólido estatus de éxitos deportivos en México). El ascenso a Segunda División llegó tres años más tarde.
Real Oviedo estaba, por lo menos, un escalón más cerca de la gesta de volver a Primera. La brecha, sin embargo, seguía siendo enorme: de Segunda a Primera hay todo un océano que navegar. La estabilidad sí llegó: Oviedo comenzó a ser un equipo pleno. Había un proyecto, pero tenía que encontrar un sentido más amplio para competir realmente por el ascenso. Para 2022, Grupo Pachuca se convirtió en accionista mayoritario del club azulón con un 51%.
El Grupo Carso se quedó con 29% y el restante 21% recayó en los socios del club. Dos temporadas más tarde, el sueño se puede tocar con las yemas de los dedos: Oviedo está en la promoción final para alcanzar la vuelta a Primera. Le ganaron 1-0 la Ida al Espanyol. Este fue el análisis de su accionista principal Jesús Martínez, personaje de amplio reconocimiento en México:
«Sí, la verdad es un partido muy trabado, difícil como lo veníamos pensando es un partido de final, nadie regala nada y el ambiente es ahorita lo mejor, es un ambiente increíble, la gente con una pasión impresionante. Le doy su lugar a Martín (el presidente) y yo veo el partido en la tribuna, como debe de ser, ahí estoy en tribuna con mi gente que es la afición de Oviedo, que es mi amor”, dijo a Fox Sports.