Historia de Miguel Vázquez •
La Fiscalía General de la República (FGR) aseguró que, de acuerdo con las investigaciones, hubo un segundo tirador en el asesinato del candidato del PRI a la Presidencia de la República , Luis Donaldo Colosio; se trata de Jorge Antonio Sánchez Ortega, agente del Centro Nacional de Inteligencia (Cisen), quien habría participado en el magnicidio ocurrido el 23 de marzo de 1994 en Tijuana.
¿Quién es Jorge Antonio ‘N’?
Jorge Antonio Sánchez Ortega cubría al candidato Colosio después de su acto político y fue detenido a pocos metros del lugar donde el político resultó herido. En ese momento, su chamarra blanca estaba manchada con sangre de Colosio, y dio positivo en la prueba de rodizonato de sodio. Aunque inicialmente fue liberado, la FGR sostiene que hubo un encubrimiento delictivo liderado por Genaro García Luna, Subdirector Operativo en el Cisen.
«Sobre el caso del segundo tirador, en el homicidio del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, hace veinte días el Juez Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales Jesús Alberto Chávez Hernández, actuó con evidente parcialidad, quebrantando los principios obligatorios de valoración y análisis del gran acervo de pruebas presentada por la FGR, que implican a Jorge Antonio “S”, agente del CISEN asignado a cubrir al candidato presidencial, y quien fue liberado en aquellos momentos, en un evidente encubrimiento delictivo en el que estuvo vinculado directamente Genaro “G”, quien era Subdirector Operativo en el propio CISEN y fue quien lo rescató en Tijuana», dice el comunicado de la Fiscalía.
Las pruebas presentadas indican que Jorge Antonio «N» tenía sangre de la víctima en su ropa y dio positivo en las pruebas de rodizonato, confirmando su participación en el disparo. Testigos identificaron al agente en el lugar de los hechos, señalando que huyó sin auxiliar al candidato.
El comunicado de la Fiscalía señala que:
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- Las pruebas presentadas por la FGR en contra de Jorge Antonio “S”, demuestran su presencia en el lugar del homicidio, en el mismo momento del crimen, cuando hubo una diferencia de segundos entre ambos disparos.
- Todas las pruebas aportadas por la FGR, y en especial las de análisis de sangre demuestran que en la ropa de dicho acusado se encontró el tipo de sangre de la víctima.
- Las pruebas de rodizonato señalan que el acusado, en ese lapso, disparó un arma, y ninguna de las pruebas de descargo lo han podido favorecer.
- Un gran número de testimoniales señalan al acusado en el lugar de los hechos, al momento de los disparos, del cual huyó; y niegan que él haya ayudado a transportar a la víctima.
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Un buen número de testimoniales también ratifican su detención cuando traía la ropa manchada con sangre de la víctima; mientras que también se encuentra debidamente probado que el CISEN de la Secretaría de Gobernación mandó al acusado para que estuviera en el lugar de los hechos, para después encubrirlo y sacarlo de Tijuana de manera urgente y subrepticia.
La FGR desmiente el valor de un video que, según el juez, muestra solo al primer tirador, Mario Aburto Martínez, argumentando que no captura al segundo tirador ubicado en un ángulo diferente al de las cámaras.
«El juez llegó hasta el extremo de emitir consideraciones de orden personal en contra del Ejecutivo Federal, lo cual es absolutamente inadmisible en un proceso de esta importancia, demostrando así que los delitos de carácter político, al igual que los de grandes despojos patrimoniales vinculados con gobiernos anteriores, se obstaculizan judicialmente para impedir que la justicia los alcance», concluye el comunicado.