Tu paz mental es lo más importante
Es fácil decir que uno debería eliminar a las personas tóxicas que nos rodean pero a menudo, es algo muy difícil de hacer. Muchas veces no pensamos en quiénes estamos dejando entrar a nuestra vida y otras, por afán de encajar en cierto estatus, terminamos cerrando el paso a los que sí lo valen.
Estamos tan empeñados en encontrar amor o en tener un círculo grande de amistades, que nos olvidamos de nuestro propio bienestar.
Las personas con malas intenciones abundan; nos acechan y cuando dejas que se queden en tu vida, provocan que termines dudando de tu propio valor. Cuando estás rodeada de personas tóxicas, roban tu energía, absorben toda la confianza y lo más bello que hay en ti. Te agotan emocionalmente y no agregan nada a tu vida más que molestia, dolor y problemas.
Tus relaciones no deben interferir con tu salud mental. Debes sentirte segura y fuerte con quien estés.
No importa si es una pareja, un amigo o un familiar; tus relaciones deben sumar y no restar. Deben darte más motivos para sonreír que para llorar pero sobretodo, no deben darte motivos para sentir que no eres suficiente.
No deberías estar con alguien que afecta tu salud mental, alguien que te trae más drama del que puedes manejar, alguien que es tóxico para tu ser. Quédate con quien haga que tus días se sientan más ligeros, no más pesados.
Saca de tu vida a quienes les gusta jugar a la víctima, quienes son incapaces de disculparse sin poner una excusa para que tú te sientas culpable. No sigas con aquellos que hacen que tu mundo sea más estresante de lo que ya es. No des paso a la toxicidad y quédate con quienes contribuyan a tu salud mental.
Todos los que se cruzan en nuestro camino dejan una lección pero si algo debes aprender de esas personas tóxicas es que no necesitas todas esas quejas, drama o negatividad en tu vida.
Quédate con quien no tengas que fingir ser otra persona, con quien puedas llorar o reír sin temor a ser juzgada. Las personas que vale la pena conservar son aquellas que suman alegrías y aprendizaje a tu vida. Por Karen Hernández