Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, el Sábado Santo se considera un día de luto y de transición
El Sábado Santo es el tercer día del Triduo Pascual y la Iglesia está de luto en espera junto al sepulcro. La celebración de la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la Resurrección de Jesucristo.
Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, el Sábado Santo se considera un día de luto y de transición. En ese sentido, la Iglesia Católica no concede celebrar matrimonios, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos y la Sagrada Comunión.
Recordando las palabras de Jesús: «Al tercer día resucitaré»
Antiguamente se solía llamar a este día como Sábado de Gloria; sin embargo, la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el Papa Pío XII lo denominó como Sábado Santo únicamente. Dado que no puede celebrarse ningún rito oficial durante este día, se suelen realizar retiros espirituales y los sacerdotes atienden confesiones. También es común la misa de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares.
El sábado Jesús yacía en su tumba para el desconsuelo de los apóstoles que estaban convencidos de que todo había acabado. Mientras tanto, su madre, acompañada del apóstol Juan, recordaba las palabras del Señor cuando predecía “Al tercer día resucitaré”. El altar permanece desnudo hasta la Vigilia Pascual, uno de los principales actos religiosos del año litúrgico, que se realiza después de las 18 horas. La Vigilia es la más grande y santísima noche del año, la celebración antigua más importante y más rica de contenido.
En ella se vela para expresar que los fieles siguen en la espera, en la vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del cumplimiento del nuevo y definitivo paso con él.
El Pregón Pascual, uno de los himnos más antiguos del cristianismo
Es una noche en la que se entona el Pregón Pascual, también conocido como «Exultet». Se trata de uno de los himnos más antiguos del cristianismo. Durante la Vigilia Pascual, renuevan las promesas bautismales y también se administra el Bautismo a los nuevos cristianos. Al concluir la Vigilia Pascual, se canta el Regina Coeli, alabanza a la Virgen María.
A pesar de ser un día no litúrgico, y por lo tanto no es correcto celebrar procesiones, en lugares como en Valladolid, se celebra el Ofrecimiento de los Dolores a la Santísima Virgen en la iglesia de la Vera Cruz y se produce el traslado del Cristo Yacente en el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana.